La digitalización ha conquistado diferentes rincones de nuestras vidas, también el modo en el que escribimos, editamos y leemos. De manera más concreta, ha cambiado el modo en el que imprimir un libro en la era digital.

Lo que antes solo estaba al alcance de grandes editoriales y de autores que publicaban con esas grandes editoriales, ahora se ha democratizado. La autoedición no es ya una palabra o un proceso desconocido, sino que muchos escritores recurren a ella para sacar sus libros y darse a conocer dentro del mercado literario actual.

Esto ha hecho que no sean pocos los casos de éxito, que han dejado de ser “excepciones” para convertirse en una posibilidad real. A la mente se nos vienen ejemplos como el de Elísabet Benavent (actualmente una de las escritoras que más vende en España), Javier Castillo o Eloy Moreno. Personas que, en un primer momento, no contaron con el respaldo de una editorial, pero que entendieron que un libro impreso era fundamental para lograr sus sueños. Por un lado, el sueño de ver su libro publicado. Por otro lado, el sueño de hacerlo llegar a los lectores que, aun en la era de la información y la tecnología, siguen prefiriendo el papel.

En definitiva, imprimir un libro en la era digital es accesible y posible, pero también es una oportunidad que muchos autores toman y que supone un primer paso en su vida de escritores. Te contamos las razones para apostar por ello.

La magia del libro impreso

Es innegable que el formato electrónico, es decir, el ebook, forma parte de nuestro día a día. Muchos lectores se han pasado al kindle y leen desde allí. ¿Quiere decir esto que ya no merece la pena imprimir un libro en la era digital?

A pesar de las comodidades de llevar cientos de libros en un dispositivo de apenas 200 gramos, las personas queremos leer en papel. Nos gusta pasar páginas y nos gusta el olor que se desprende de esa acción.

Por lo tanto, si eres escritor y estás pensando en publicar, no olvides que imprimir un libro en la era digital puede parecer arriesgado, pero también deseable por parte de quienes serán tus lectores.

Sensación táctil y conexión personal con un libro físico

Si alguna vez te has mudado, es muy probable que siempre haya habido una caja rotulada con la palabra “libros”. Incluso si tenías un libro electrónico, seguro que algún estante de la que era tu casa acogía libros impresos que se trasladaron contigo.

Es, por tanto, evidente que el libro en papel tiene un valor emocional para las personas. Al pasar las páginas y al enfrascarnos en la lectura dejamos parte de nosotros (a veces incluso en forma de anotaciones en los márgenes), una sensación que no se tiene con un libro electrónico. 

El tacto de las páginas de un libro impreso, además de la experiencia emocional, favorece el aprendizaje y refuerza la impresión de que avanzamos. En un ebook no podemos ver tan claramente cómo las hojas van pasando de lado a lado, aumentando el lado de las páginas leídas y reduciéndose el de las que quedan por leer. 

Percepción de valor y legado

Cuando vemos un objeto cualquiera roto, lo percibimos, generalmente, como viejo o como inservible. En cambio, con los libros y con otras formas de arte no ocurre así. Un libro ajado, con las páginas amarillentas o con anotaciones de antiguos lectores, nos hace valorar su legado.

Quienes han tenido entre sus manos un ejemplar antiguo, de los que se venden en ferias de ocasión, conocen esa sensación de estar ante una reliquia. Por mucho que un lector de libros electrónicos pueda cambiar de dueño, el efecto nunca logrará ser el mismo.

Durabilidad y falta de dependencia tecnológica

La durabilidad es otra ventaja del libro impreso frente al libro electrónico, aunque mucha gente piense que es al revés. 

Especialmente si el libro se ha impreso bajo unos estándares de calidad y con una buena encuadernación y una buena tinta, este durará. En caso de que pierda parte de su buen estado, como hemos visto, esto puede ver como positivo.

Además, un libro físico nunca necesitará estar cargado o depender de una fuente de energía. Su batería nunca se agotará y dejará tirado al lector en medio del clímax literario de un thriller psicológico.

Durabilidad y falta de dependencia tecnológica
Durabilidad y falta de dependencia tecnológica

Las ventajas de la autoedición y de imprimir un libro en la era digital

Hemos planteado por qué imprimir un libro en la era digital es una buena idea a pesar de lo que, inicialmente, podríamos suponer.

Que en los últimos años, sobre todo tras la pandemia de la Covid-19, hayamos vivido una transformación digital sin precedentes, no implica que las personas no sigamos apreciando lo de siempre.

En ese “lo de siempre” tienen especial cabida los libros impresos. Sin embargo, dentro de la impresión de libros sí hay algo que la digitalización ha traído: la existencia de empresas que disponen de servicios en línea de impresión profesional para escritores independientes. No solo eso, sino que también ofrecen estos servicios, en un modelo B2B, a editoriales pequeñas.

La mayor disponibilidad y accesibilidad de este tipo de imprentas en línea es una de las ventajas de la autoedición. Ya no es necesario enviar cartas de presentación a editoriales con la esperanza de que un editor se interese, sino que el propio autor puede tomar la iniciativa y publicar su libro.

“El mejor libro de la historia de la literatura puede no conocerse porque el autor no lo ha enviado o un grupo de editores lo ha rechazado”

— Javier Castillo, un autor que autoeditó y publicó su primera novela (El día que se perdió la cordura) en una plataforma digital el mismo día que la terminó. El éxito no tardó en llegar. Desde entonces, solo de esa obra, se han vendido más de millón y medio de ejemplares.

Control total sobre el diseño, contenido y marketing

El hecho de que sea el autor, sin intermediarios, quien se encargue de la autoedición de su libro implica que todas las decisiones depende de él. Por supuesto, deben ser decisiones informadas, para lo que se recomienda seguir alguna guía de impresión y autoedición.

En cualquier caso, el autor cuenta con:

  • Total libertad creativa en la escritura y el desarrollo de la idea: en ocasiones las editoriales, por intereses, objetivos o tendencias comerciales, dirigen al escritor hacia un argumento u otro. Aunque esto en ocasiones puede ser útil, también puede convertir la escritura en un trabajo y no en un proceso creativo.
  • Poder de decisión sobre el aspecto del libro: con la autoedición el autor no solo responsable del texto, sino también de otros aspectos como la maquetación, el diseño gráfico de la portada o el formato de papel elegido para imprimir.
  • Posibilidad de definir la estrategia de marketing de su libro autopublicado: el modo de promocionar y vender un libro autoeditado es diferente al que seguiría un sello editorial. El autor quizá no pueda organizar grandes firmas o participar en ferias como las de Madrid o Barcelona. Sin embargo, puede adecuar sus estrategias según sus necesidades sin depender de un equipo de marketing que quizá no las conozca. Por ejemplo, en lugar de enviar miles de copias a grandes distribuidores o invertir dinero en publicidad, para un autor independiente resulta más eficiente usar redes como Instagram o potenciar el boca a boca.

Potencial de mayores ganancias por copia vendida

La ausencia de intermediarios también implica mayores ganancias para el autor. Mientras que en la publicación tradicional mediante editorial esta se lleva un gran porcentaje de las ventas, cuando el libro se autoedita es el autor el que recibe los beneficios. No solo eso, sino que puede fijar el precio de venta del libro, ajustándolo a sus expectativas y a las posibilidades económicas de su público.

Por supuesto, parte de esos beneficios deberán ser reinvertidos para continuar con la impresión o para cubrir los gastos derivados del marketing. Incluso siendo así, el escritor sale ganando.

Capacidad de definir el propio ritmo y plazos de publicación

Al ser el escritor el responsable primero y último de la impresión, puede llevar también un control más exacto del stock.

Cuando es la editorial la que manda la orden a la imprenta, las tiradas suelen ser mayores y más caras, ya que se opta por la impresión en grandes cantidades y ófset y se requiere el uso de planchas de meta personalizadas.

Por el contrario, en el contexto de la autoedición, las imprentas permiten hacer tiradas cortas (incluso de un solo ejemplar, como en Coollibri España) para controlar gastos e inventario. Además, en la impresión digital el tiempo de producción es menor, lo que favorece la puesta en marcha de preventas y la solicitud de ejemplares una vez vendidos.

Esto impide que el autor se vea con miles de libros impresos, a los que no sabe cómo dar salida y por los que ya ha pagado.

Oportunidad de llegar a un público que aún valora el formato impreso

Muchos escritores independientes valoran el no imprimir su libro en la era digital. Consideran que es mucho más rentable publicarlo solo en formato ebook.

Aunque es cierto que el formato libro electrónico es más barato a nivel de producción, no siempre es más rentable. Un libro en papel llega de manera más directa y destaca. Estas son las razones:

  • A pesar de la digitalización, está demostrado que los lectores no abandonan el papel.
  • Especialmente cuando es la primera obra de un autor desconocido, el lector aprecia poder leer en las solapas del libro información sobre esa persona o simplemente pasar las páginas, algo que resulta más cómodo y natural en un libro impreso.
  • Según cuál sea la temática y, por lo tanto, el público objetivo del libro, este deberá imprimirse para tener la oportunidad de ser leído. Por ejemplo, quien escribe literatura infantil y juvenil debería publicar en formato físico, ya que, por lo general, lo que se busca es que los niños lean para abandonar el uso excesivo de la computadora y las pantallas. Lo mismo ocurre con una obra cuyo lector ideal es una persona mayor, no digitalizada.

Desventajas de la autoedición

Como es lógico, cuando comparamos la publicación tradicional vs. autoedición, también hay desventajas de la segunda frente a la primera. De hecho, lo que podrían ser beneficios también pueden convertirse en inconvenientes.

Por ejemplo, que el autor deba encargarse de todo le da mucha libertad creativa y de decisión, pero al mismo tiempo puede generar dudas y suponer un gran esfuerzo en todos los sentidos. Ese extra de responsabilidad y falta de conocimiento sobre algunos aspectos, puede caer con un jarro de agua fría sobre el escritor.

Costos iniciales de impresión y distribución

Cuando es la editorial la que asume la publicación del libro, es ella la que asume también los costes.

Aunque en la autoedición, como hemos visto, el gasto puede ser más controlado gracias a la impresión bajo demanda, las editoriales pueden permitirse hacer tiradas grandes e invertir también en publicidad y distribución para vender los ejemplares. Es más, realizan un estudio de mercado para establecer de cuánto debe ser la tirada para que resulte rentable.

En conclusión, la capacidad (y organización) económica de una editorial siempre va a ser mayor que la de un autor independiente, que deberá poner él mismo dinero de su bolsillo para autopublicar un libro sin tener unas previsiones exactas de las ventas.

La necesidad de auto-promoción y marketing

La libertad creativa de la que hablamos es un punto a favor de la autoedición. Poder decidir cómo publicar el libro y cómo promocionarlo hace que todo sea más natural. Por ejemplo, hay autores que se ven obligados a participar en grandes eventos de promoción cuando en realidad no se sienten cómodos, pero deben ir porque la editorial así lo exige en el contrato. 

No obstante, y aunque autoeditarse otorga un mayor poder de decisión, el respaldo de la editorial en el asunto del marketing puede ser beneficioso. Las grandes empresas editoriales, por lo general, cuentan con la experiencia y los medios para distribuir el libro, atraer lectores y hacerlo desde plataformas potentes.

Un autor independiente, por el contario, no es experto en marketing literario ni tampoco tiene los contactos para, por ejemplo, aparecer entrevistado en un periódico. De igual modo, su capacidad para alcanzar la distribución en grandes cadenas (como La Casa del Libro) también es menor. 

Riesgo de menor calidad sin el apoyo de profesionales de una editorial

De las ventajas de la publicación tradicional vs. la autoedición se concluye que el escritor no deja de ser escritor, y el resto de “cargos” que debe asumir en el proceso de autopublicación de su obra pueden quedarle grandes.

Esto, además de una responsabilidad, también puede afectar al resultado final del libro. Las editoriales cuentan con equipos y proveedores especializados que garantizan la calidad del diseño y del formato del libro. De este modo, las decisiones que se toman sobre aspectos como la tipografía que utilizar o el gramaje del papel, se toman bajo unos parámetros y sabiendo qué es lo más adecuado. Un autor que debe elegir por sí mismo puede cometer errores al no conocer cuáles son todas las opciones disponibles ni en qué se diferencian unas de otras.

Por suerte, y gracias a la era de tecnologías de la información y la comunicación, hay múltiples recursos online y existen plataformas como Coollibri, que favorecen que los autores independientes también puedan acceder a una impresión profesional.

Costos iniciales de impresión y distribución
Costos iniciales de impresión y distribución

Comparación con la publicación digital

Como hemos mencionado al inicio, una de las cuestiones que se plantean cuando se habla de imprimir un libro en la era digital es si, realmente, es necesario hacerlo. Aunque no lleguen a superar a los lectores en papel, cada vez más personas usan el libro electrónico.

Esa tendencia hacia el ebook y los costes (tanto económicos como medioambientales) que genera imprimir libros en papel, hace que el debate siga más abierto que nunca.

Beneficios ambientales y costos de producción reducidos del formato digital

Imprimir en papel no es lo mejor para los bosques en concreto y para el medio ambiente en general. Los estudios alertan: la fabricación de un libro en papel emite 1,2 kilogramos de CO₂ a la atmósfera. Esto es lo mismo que genera la creación de 36 libros electrónicos.

Si comparamos estos datos está claro que la contaminación generada por el formato digital es menor. También lo son, por lo general, los costes económicos. Cuando un libro se autoedita solo para ebook, el autor nota que su cuenta corriente no sufre tanto, ya que no debe pagar por la impresión, que suele ser el gasto más grande.

Eso sí, es importante recordar que, aunque no haya que imprimirlos, los libros electrónicos también suponen un coste medioambiental. La razón es que requieren electricidad para funcionar y, como toda la tecnología, suelen ser víctimas de la obsolescencia programada, por lo que los dispositivos deben seguir produciéndose y renovándose cada cierto tiempo.

Capacidad de llegar a una audiencia global fácilmente

Otro factor a considerar si estamos valorando el libro digital frente al libro en papel es que, por lo general, los primeros son más fáciles de distribuir gracias a plataformas como las de Amazon.

Además de la facilidad de subir el libro en el formato de archivo adecuado, estas plataformas disponen de un público muy amplio y global. Esto supone una mayor competencia, pero también la posibilidad de que más lectores entren en contacto con tu libro. No solo eso, sino que no hay que estar pendiente del stock o de si hay que imprimir más. Una vez subido, el libro puede generar beneficios pero no más costes.

Por otro lado, para aumentar aún más esa probabilidad de ser encontrado, el autor puede contratar a un traductor para que su libro esté en un idioma como el inglés. Al no tener que imprimir esa traducción, simplemente tener que subir un nuevo ebook al software, el riesgo y la inversión son menores.

Tendencias de consumo y la comodidad de la lectura digital

Hemos visto que cada vez son más las personas que caen en las redes del libro electrónico. No obstante, este sigue viéndose como “más frío” que un libro en papel, cuyo valor sensorial y emocional es difícilmente sustituible. 

La tendencia, por lo tanto, es hacia lo digital, pero sin deshacerse de lo físico. Por ejemplo, muchos jóvenes nativos digitales expresan que leen en su ebook por comodidad y accesibilidad, pero que aman el papel.

Aprecian, pues, lo bueno de poder transportar fácilmente el dispositivo, de que este pese tan poco o de que incluya recursos multimedia, pero no renuncian a la emoción de pasar las páginas de un libro tradicional.

Cómo la autoedición puede combinar lo mejor de ambos mundos

Habiendo analizado ya las ventajas del ebook, es probable que muchos autores estén considerando no imprimir un libro en la era digital y apostar por lo puramente electrónico.

Sin embargo, no siempre se trata de elegir entre una cosa y otra. De hecho, en la autoedición ambas opciones pueden darse a la vez. El autor puede, por un lado, subir y publicar su libro en alguna plataforma tipo Amazon Kindle y, por otro lado, imprimir algunos ejemplares.

  • Los libros físicos puede distribuirlos en comercios de su zona o venderlos a través de redes sociales o bibliotecas online para autores independientes, como la de Coollibri. La gestión de esas ventas le llevará más tiempo y dinero, pero siempre podrá controlar los costes de impresión.
  • El libro digital le dará visibilidad global entre lectores a los que, por limitaciones de movilidad geográfica, no podría llegar con los libros en papel. 

Reflexiones finales: ¿Por qué optar por la impresión en una era digital?

Lo hemos visto a lo largo de todo el artículo: a pesar de las innovaciones tecnológicas y las comodidades de un ebook, imprimir un libro en la era digital no pasa de moda. Los lectores siguen prefiriéndolo y, como es lógico, también los autores. Porque pocas cosas generan tanto orgullo como poder sentir en tus manos un libro escrito por ti, sabiendo que, además, otras personas podrán apreciarlo también.

Por otro lado, el auge de la autoedición ha hecho que surjan imprentas y empresas especializadas que facilitan y favorecen el proceso de imprimir y publicar un libro. No obstante, también es valorable sacar la obra en formato electrónico y complementar ambas opciones. Cuál priorizar depende de diversos factores.

Reconocimiento de las preferencias y necesidades individuales de cada autor

Un autor con una economía ajustada es posible que vea más rentable empezar con una publicación digital antes de lanzarse al papel. Lanzar el ebook le permitirá hacerse un hueco en el mercado y, con los datos proporcionados por las plataformas, valorar cuándo y cómo empezar la venta en papel.

Puede, de este modo, analizar entre qué público triunfa el libro y, con esa información, elegir en qué puntos de vista físicos distribuir la obra una vez tenga ejemplares impresos. Por ejemplo, si el ebook es muy comprado por jóvenes, lo ideal sería vender copias impresas en librerías especializadas, centros educativos, etc.

En caso de poder permitirse invertir en la impresión, aunque sea empezando con tiradas cortas, es recomendable no perder esa oportunidad. Si se imprimen inicialmente muy pocos ejemplares, en lugar de venderlos, puede enviárselos a blogueros para que luego escriban una crítica y lo promocionen. Una vez creado ese interés, según lleguen los lectores, se pueden solicitar más impresiones.

Consideraciones sobre el público objetivo y el tipo de libro

Además de tener en cuenta las posibilidades y necesidades del autor, también debe considerarse cuál es el público objetivo e incluso el género del libro. 

Obras infantiles, como los relatos y cuentos, no suelen funcionar en formato ebook, ya que se intenta que los niños, especialmente cuando son pequeños, no pasen demasiado tiempo delante de las pantallas, y menos para leer.

En cambio, novelas para adultos que utilizan dispositivos (es decir, personas mayores, pero no ancianas), sí pueden publicarse de forma electrónica sin miedo a perder lectores.

Por último, es fundamental valorar el tipo de libro y su género. Una antología de poemas, por ejemplo, suele preferirse en papel por su emocionalidad. Algo parecido pasa con grandes clásicos, que la gente prefiere tenerlas en formato físico para dar buena imagen y presumir de tener obras de arte de la literatura en su biblioteca. Sin embargo, hay géneros (como las novelas de amor o las sagas) que a la gente no le importa tanto leerlas a través de un dispositivo.

La coexistencia de lo impreso y lo digital

Muchas veces se habla de lo tradicional y lo digital como un enfrentamiento en el que solo puede quedar uno. En realidad, no es así, pues ambos mundos conviven.

Esa convivencia se da en la literatura, como hemos visto, pero también en otros ámbitos. Por ejemplo, en la actualidad podemos ver obras de arte haciendo una rápida búsqueda en la web. Sin embargo, por mucha resolución que tenga nuestra pantalla, no hay nada como acudir a una galería de arte y ver las pinturas en directo. Con los libros pasa exactamente igual.

Es por ello que el autor no debe elegir, sino valorar qué tipo de publicación le resulta más rentable e intentar combinar ambos. Si una ventaja tiene la autoedición es la posibilidad de adaptar el proceso a las necesidades del escritor.

La coexistencia de lo impreso y lo digital
La coexistencia de lo impreso y lo digital

Imprimir un libro en la era digital: lo que no puedes olvidar

Llegamos al final de este artículo con una idea clara: lo digital y el papel pueden convivir en el mundo de la autoedición. De hecho, es este mundo el que permite al autor tomar decisiones sin la presión de una editorial, controlando desde el aspecto del libro hasta la inversión que va a realizar.

Otro aspecto sobre el que puede decidir es a qué formato (ebook o físico) quiere dar más importancia en un primer momento, sin cerrarse por ello al resto de opciones. 

Sea cual sea la estrategia de publicación y promoción, y como hemos explicado, esta debe definirse y llevarse a cabo según los objetivos del escritor, quienes serán sus lectores y el esfuerzo que pueda hacer. 

El proceso no es fácil, ya que no siempre se dispone del conocimiento sobre aspectos técnicos tales como calcular el lomo de un libro o elegir la tipografía más adecuada. En estas circunstancias, es conveniente contar con profesionales que asesoren y, sobre todo, que se adapten al escritor, y no al revés.

En Coollibri aportamos ese apoyo individualizado. Ofrecemos un servicio que permite, simplemente registrando un correo electrónico, solicitar un presupuesto de impresión y personalizar múltiples opciones, pudiendo incluso hacer una tirada de una sola copia. En definitiva, una manera económica, profesional y asesorada de imprimir un libro en la era digital y comenzar en el mundo de la autoedición.

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