Cuando vas a una librería y coges un libro de la estantería, ¿en qué te fijas? Seguro que te interesa que su interior sea enriquecedor y de calidad pero, en realidad, buena parte del ejercicio de haber tomado este libro entre todos los demás del estante ha sido su edición y, entre otras cosas, su peso, materiales y gramaje. La edición de un libro impreso es casi igual de importante que su interior de cara a la publicación y difusión que tendrá.

Precisamente, uno de los elementos que más suele complicar dentro del mundo de la autoedición es el gramaje, esto es, el grosor y peso del papel. Aunque parezca algo insignificante, de esta decisión dependerá la textura, calidad y peso de cada página que pasen tus lectores. En este nuevo artículo nos vamos a centrar en la importancia del gramaje y cómo elegir el correcto dependiendo del tipo de libro que quieras imprimir.

 

¿Qué es el gramaje del papel?

 

Elegir un buen tipo de papel para tu libro es una decisión que por pequeña que parezca, es vital para el resultado final del proyecto de edición. Dentro de las características y los parámetros que debes barajar, quizás uno de los que mayor impacto tiene en el aspecto y el coste sea el gramaje, para poder ahorrar unos dólares.

El gramaje se define como el peso de un metro cuadrado de papel. Para poder medirlo y clasificarlo, este elemento se mide en gramos por metro cuadrado (g/m2). De esta proporción dependerá que el tipo de papel que elijamos tenga una textura más porosa o más concentrada, que sea más grueso o más gordo o que sea más flexible o menos. 

 

 

Existen algunas medidas que se han estandarizado y son las que se usan con más frecuencia. Estas son 80g/m², 90g/m², 115g/m², 135g/m² y 300g/m². Cada uno de estos gramajes está pensado para un tipo de papel y uso diferente.

No es lo mismo pensar en el gramaje de las páginas de interior de un libro de bolsillo, que en la cubierta de una revista o el papel de un libro ilustrado. Es por eso que, a continuación, nos detendremos a revisar los diferentes tipos de gramajes y los usos más frecuentes para algunos tipos de papel determinados.

 

Diferentes tipos de gramaje en un libro

 

El mejor ejercicio que se puede hacer para poder entender la importancia del gramaje es coger uno de los libros de la estantería y analizarlo. Podrás observar rápidamente de qué tipo de libro se trata; de bolsillo, tapa dura, tapa blanda… Si tomamos como ejemplo un libro estándar de bolsillo de unas 300 páginas, lo primero que debe llamar la atención es la textura de sus hojas.  

 

 

Normalmente, las páginas serán algo porosas para disminuir su peso y que sea más fácil transportarlo. También se podrá observar cómo las páginas de su cubierta y contraportada son más gruesas, para proteger el interior. De este modo, observamos cómo el gramaje cumple varias funciones dentro de un libro y su medida debe ser muy meditada y precisa.

 

Papel para páginas de interior

 

Lo que se busca en el gramaje de las páginas del interior de un libro es que sean lo más ligeras posibles, además de que tengan una textura agradable con la que el lector pueda pasar de una a otra. La medida estándar más usada suele ser de 90 g/m2, ya que asegura que la tinta quede bien impresa en cada cara del folio pero sin añadir más peso del necesario.

 

 

No obstante, si se trata de un libro muy grueso, normalmente de más de 500 páginas y de formato A6, lo aconsejable sería bajar un poco su gramaje a 80 g/m2 para así conseguir que el lomo no sea muy ancho y adaptar el tipo de fuente y texto. De este modo, se abaratan los costos de impresión sin renunciar a la calidad del libro y ofreciendo un libro más compacto a los lectores.

 

Papel para cubiertas de libros

 

Cuando hablamos de las cubiertas de un libro, lo primero que se debe valorar es que cumplan su función de «cubrir» y proteger el interior del libro. Es por eso que el gramaje debe ser más grueso que el interior para que tenga más fuerza y resistencia. En los casos en que se opta por una cubierta en cartoné, de tapa dura, es este material el encargado de proteger el libro.

 

 

Sin embargo, en libros de tapa blanda con una encuadernación rústica, será el propio gramaje del papel el que determine el grosor que tendrá la portada y contraportada. Lo más aconsejable es disponer de un gramaje de 300 g/m2, ya que dará firmeza pero sin perder flexibilidad.

Aún así, hay casos excepcionales. En portadas de revistas impresas, cuadernos de tesis o ensayos, está normalizado usar un gramaje de 135 g/m2 ya que no es tan necesaria una cubierta como en libros con más extensión.

 

¿Cómo elegir un gramaje correcto para mi libro?

 

Como hemos visto anteriormente, hay determinadas medidas del grosor del papel offset para cada distinto tipo de libro. Cada publicación tiene unas características determinadas y se debe ver como un caso independiente pero, aún así, siempre hay una clasificación estándar en la cual se deben priorizar dos principios: la calidad y el resultado del libro y los costes de impresión.

 

Quizá no haya días de infancia que vivamos tan plenamente como aquellos que creemos que dejamos pasar sin haberlos vivido, aquellos empleados con nuestro libro favorito.

Marcel Proust

 

De este modo, los textos literarios, ya sea un cuento, una novela o un libro de poesía, de forma general siempre tendrán un gramaje de entre 80 g/m2 y 90 g/m2. Sin embargo, si se trata de un tipo de libro más específico que incluya algún tipo de recurso a color, como un libro de interiorismo o un reportaje fotográfico, el gramaje cambiará para poder soportar el peso sin dañar la calidad.

 

Gramaje para el papel de un libro ilustrado

 

Los libros ilustrados son uno de los tipos de libros que, por su contenido, debe tener un gramaje especial. Debido al peso que puede tener la tinta y, sobre todo, al hecho de que puedan conservarse con la mejor calidad, se debe subir un poco el grosor para que tenga un aspecto mejor.

 

 

Lo ideal para los libros que tengan algún tipo de ilustración a lo largo de todo su interior es optar por un gramaje de 115 g/m2. Esto vale también para los libros para niños ilustrados y hará que el papel sea más poroso y pueda acoger todas las ilustraciones.

También se debe valorar el hecho de que, si se trata de un formato de libro más grande que un A5, por ejemplo, un tamaño folio, un mismo gramaje puede dar sensación de ser más fino, al estar en una superficie más grande, por lo que siempre será adecuado subir unos gramos más su peso.

 

Gramaje para el papel de un libro de fotografías

 

Igual que en el caso de las ilustraciones, las fotografías suponen una gran carga para el papel y un gramaje de 90 g/m2 no puede aguantarlo. Es por eso que para proyectos de libros de fotografía o que tengan algún tipo de registro fotográfico, como un álbum de fotos, lo mejor es subir el gramaje a 115 g/m2. De este modo, será ligeramente más grueso al tacto pero podrá asegurar la calidad y el color.

 

 

Para este tipo de libros de fotografías, además, se debe optar por un tipo de papel satinado, ya que al tener un aspecto brillante, cuidará mejor los detalles y el ISO de las fotografías.

 

Tipos de papel para tapas de libros

 

Cómo introducíamos anteriormente, el gramaje no solo está pensado para el interior de los libros, sino también para la cubierta. En este sentido, es importante conocer previamente cuál será la extensión que tendrá el libro y cuál será su formado para determinar qué tipo de tapa debe tener, con su correspondiente gramaje.

 

 

Las revistas de formato A4, por ejemplo, suelen funcionar bien con un gramaje de 135 g/m2 con un tipo de papel satinado. Sin embargo, si estamos ante la impresión de un gran ejemplar de literatura, un enciclopedia de información o un tomo, los materiales varían en tres grandes tipos:

 

• Papel couché: fabricado normalmente con tres capas de estuco, es un material que absorbe poca tinta y es brillante, siendo ideal para fijar detalles. Como material para la tapa de un libro, suele ir con un gramaje de entre 250 g/m2 y 300 g/m2.

 

• Cartulina gráfica: aporta mucha más rigidez ya que, a pesar de tener un aspecto satinado, es un material más rígido que recubre una capa de estuco. Suele usarse en gramajes de entre 220 g/m2 y 300 g/m2.

 

• Tapa dura: este tipo de encuadernación consiste en cubrir el libro con un cartón compacto de hasta 3 mm y forrado con un papel con gramaje de no más de 115 g/m2 que le dará el acabado final, eligiendo entre offset o estucado.

 

Asegúrate un buen gramaje en la autoedición de tu libro

 

El mundo de las letras es apasionante y gracias a la tecnología es cada vez más accesible. Si tienes un libro entre manos y quieres darle salida, ya no es imprescindible la figura del editor. Ahora, a pesar de no ser un experto en la materia en cuanto a imprenta, diseño y marketing, puedes dar salida a tu pasión por la escritura gracias a la autoedición.

 

Los libros son espejos: sólo se ve en ellos lo que uno ya lleva dentro

Carlos Ruiz Zafón

 

Plataformas como Coollibri son capaces de dar forma a tu libro con la mayor libertad y siempre asesorado por un equipo de profesionales. De este modo, tendrás la oportunidad de elegir todos los aspectos relevantes de tu novela como el gramaje, encuadernación, el tipo de papel o diseño de portada y, además controlar los gastos, haciendo impresión bajo demanda.

 

 

Da igual si tu siguiente proyecto va de la Revolución de 1868 o si es un ensayo sobre la bahía de Hudson. Gracias a la autoedición podrás ver tu libro hecho realidad y podrás ser tú mismo el que lo des a conocer en Twitter, acompañado de un saludo a todos sus usuarios. Seguro que logras superar todas las cuotas de pantalla.