¿Alguna vez, leyendo un libro, has enarcado una ceja porque sentías que algo “no encajaba”? Esto es algo que ocurre cuando el autor ha olvidado seguir estrategias para mantener una narrativa coherente, olvidando que todo debe tener sentido y significado.
Desde personajes que aparecen y luego desaparecen sin previo aviso ni explicación, hasta la inclusión de elementos en la trama que no son lógicos.
Un ejemplo de esa falta de coherencia en una historia, aunque no sea literaria, es la de la serie Riverdale. Lo que empezó como la historia de unos adolescentes que investigaban un asesinato en su pueblo, terminó con demonios, sectas y criaturas mitológicas. Elementos que hacían que los espectadores no supiesen ya de qué iba la ficción televisiva.
Algo parecido pasa en las novelas cuando los personajes, el mundo literario y, en definitiva, el argumento, dejan de fluir de un modo lógico y abandonan al lector por el camino, que ya no conecta con la historia y ni la comprende.
Para evitar que esto te ocurra, es importante aplicar estrategias y mantener una narrativa coherente en tus libros.
¿Cómo puede un escritor planificar eficazmente para mantener la coherencia narrativa?
En muchas ocasiones se dice que un escritor no siempre sabe cómo se desarrollará su historia, que son los personajes quienes “marcan el camino”.
Aunque esta idea es, cuanto menos, inspiradora e idílica, lo cierto es que los autores deben planificar estrategias para mantener una narrativa coherente.
Por supuesto, según se avanza en la escritura, pueden hacerse cambios al sentir que la historia necesita avanzar de un modo no previsto. Pero, incluso dentro de esa libertad creativa, debe haber cierto orden, consistencia y armonía.
Planificando el desarrollo de los personajes y de la trama
¿Cómo va a desarrollarse la trama de tu novela? Aunque no sepas aún los detalles, las escenas o los diálogos, debes tener claro, antes de sentarte a escribir, cuál serán la introducción, el nudo y el desenlace.
En otras palabras, debes definir cuál será el conflicto y también quiénes sus protagonistas.
Por lo tanto, una de las estrategias para mantener una narrativa coherente desde el principio es hacer una planificación de la trama. Así, tendrás el hilo que unirá la historia y te permitirá ir tejiéndola.
¿Qué debe incluir este esquema de la historia?
- Un esbozo de los personajes, para asegurar que son creíbles y que tienen unos rasgos que explicarán su comportamiento. Por ejemplo, Hermione Granger se describe desde un principio como inteligente y un poco prepotente, algo que, aunque evoluciona, se mantiene durante toda la saga literaria y hace que sus acciones sean lógicas según esa personalidad tan suya.
- Unas motivaciones lógicas para la trama y para el conflicto. Si el conflicto va a ser el de un asesino en serie que aterroriza a una ciudad, debe haber un porqué detrás de los crímenes (por ejemplo, un recurso muy usado en los thrillers psicológicos es que el asesino tenga un trauma infantil). No puede ser que el criminal solo mate “porque sí” o por alguna razón ridícula como que perdió el autobús.
- Una línea temporal de cómo evolucionará la trama, para asegurar que esta está bien construida y que cualquier giro argumental no es “casualidad”.
- Los elementos propios del género o nicho literario en el que escribes. Aunque siempre tengas libertad para desarrollar tu propio estilo narrativo, no olvides que hay ciertos cánones que conviene seguir para mejorar la experiencia del lector. Incluso aunque pueda parecer predecible que en una historia de amor se dé un triángulo amoroso y que en un relato de ciencia ficción el mundo corra el peligro de ser destruido, este tipo de elementos aportan coherencia.
- Una descripción del escenario o escenarios donde se va a desarrollar la trama. Puede parecer secundario, pero piensa en que esos lugares influirán en el argumento, sobre todo si existen unas normas sobre su funcionamiento. Un gran ejemplo de ello es Hogwarts, pero también el mundo distópico de Los Juegos del Hambre o El cuento de la criada.
Cómo y por qué revisar el esquema narrativo
Nadie dice que ese primer esquema esté escrito sobre piedra. De hecho, sería un problema que así fuese, pues en ocasiones hay que cambiarlo o ajustarlo.
Por supuesto, esas modificaciones nunca pueden hacer peligrar la coherencia narrativa, así que las revisiones del esquema deben ser constantes.
Si esperamos a tener nuestro manuscrito acabado para volver al esquema, es posible que encontremos aspectos que no encajan y que, como no lo revisamos antes, ahora desmontan toda la trama.
En cambio, cada cierto tiempo (sobre todo cuando vamos a escribir alguna escena importante), debemos acudir al esquema y verificar que lo que va a ocurrir en la historia sigue teniendo sentido.
En caso de percatarnos de que algo no encaja, no tenemos por qué rechazarlo, pero sí encontrar el modo de volver a ordenar nuestras ideas y nuestro argumento.
¿Qué técnicas narrativas pueden usar los escritores para mantener la consistencia de los personajes y el entorno?
Aunque el esquema es la primera de las estrategias para mantener una narrativa coherente, debemos profundizar en otras, sobre todo en aquellas que tienen que ver con los personajes y el entorno.
El desarrollo de los personajes y el entorno es fundamental para lograr una trama coherente y no arruinar la historia ni dejarla coja.
Manteniendo la consistencia de los personajes
Para construir personajes consistentes, creíbles y memorables no hay que hacerlos realistas, sino reales. ¿A qué nos referimos con esto?
A que personajes como los de Juego de Tronos poco tienen de realistas, pues pueden hacer magia, tienen orígenes extraños o pesan sobre ellos profecías. Sin embargo, son reales porque son coherentes y responden a lo que se espera de ellos según su personalidad y los rasgos con los que han sido escritos. Así, los arrebatos de ira o pasión de Daenerys Targaryen tienen sentido y no se perciben como exagerados, pues desde el inicio de la serie literaria esta reina se presenta como víctima de sus propias maldiciones y emociones.
En definitiva, todo lo que tenga que ver con los personajes, incluida su evolución, debe ser coherente a nivel narrativo. Estas son algunas técnicas narrativas para lograrlo:
- Asegúrate de que cada acción del personaje tenga una explicación. No hace falta que siempre incluyas una frase del tipo “dijo o hizo esto porque…”. No será necesario si esas acciones o palabras son coherentes con cómo el personaje es.
- Realiza un esquema evolutivo de cada personaje, indicando no solo sus características, valores o habilidades, sino también lo que le pasará y cómo le pasará.
- Establece cuáles serán las motivaciones y los objetivos de los personajes dentro de la trama y del conflicto. Por ejemplo, enamorar a otro personaje, ganar una batalla, convertirse en rey, acabar con un sistema opresor… Esto te ayudará a entender cuál debe ser la respuesta y la actitud del personaje ante una situación, sin caer en sinsentidos. Como es lógico, esta misión no puede cambiar sin una razón de peso.
- Si vas a incorporar algún evento que haga cambiar totalmente el carácter y los valores del personaje, verifica que tanto el acontecimiento como el cambio sean coherentes. Por ejemplo, porque sufren un trauma.
- Confía en aspectos como el registro lingüístico o su aspecto físico (generalmente menos cambiantes) para reforzar su identidad y construir personajes consistentes.
Estrategias para mantener la coherencia narrativa en el desarrollo del mundo ficticio
Puede parecer que los consejos para crear un mundo creíble son solo para escritores de fantasía, distopía o ciencia ficción. Sin embargo, todos los autores dibujan un escenario para sus libros, así que todos deben preocuparse de la coherencia en la escritura de estos universos.
¿Qué estrategias para mantener una narrativa coherente deben ponerse en práctica en lo que se refiere al mundo ficticio?
- Igual que con la trama y los personajes, crea un esquema con los elementos más relevantes del mundo ficticio, como las normas por las que se rige o detalles sobre su política, economía o sociedad.
- Dibuja un mapa del mundo. Incluso si se trata de una ciudad existente como Madrid, te vendrá bien tener claras las ubicaciones de cada escenario (por ejemplo, la casa de tu protagonista, su lugar de trabajo, su bar de confianza…) para mantener la coherencia espacial y no cometer errores del tipo “tardo cinco minutos en llegar” cuando, inicialmente, habías escrito que dos ubicaciones estaban lejos.
- Si tu mundo es uno de ciencia ficción o fantasía y existen reglas o leyes, anótalas y detállalas, evitando inconsistencias o ir inventándolas sobre la marcha según te convenga.
- Haz que el mundo evolucione de manera coherente según la trama. Igual que los eventos narrativos impactan en los personajes, también lo hacen en el mundo. Imagina que en tu novela ocurre un gran atentado o la muerte serial de varias personas, esto sin duda también afectará a la organización de los espacios, a cómo la gente interactúa entre sí o incluso a las leyes. Lo incoherente sería que todo siguiese igual y que el mundo pareciese un decorado de cartón pluma totalmente desligado de la historia.
¿De qué manera puede ajustarse el ritmo y tono para mejorar la coherencia de una historia?
Más allá de la construcción de personajes y mundos, entre las estrategias para mantener una narrativa coherente también están el control del ritmo y el tono, es decir, el cómo se escribe.
Dentro de escritura existen algunas normas que ayudan a garantizar la coherencia y la fluidez en la trama.
Cómo mantener un ritmo consistente y uniforme
Cuando un lector se enfrasca en un libro, busca una experiencia entretenida, que le lleve por un camino literario intenso en el que no haya baches que le impidan continuar y abandonar la lectura.
Para ello, además de conectar al lector con personajes, historias y un mundo creíble, es crucial cuidar el ritmo narrativo.
En este sentido, conviene definir cómo se narrará cada tipo de escenas. Generalmente, se combinan y equilibran escenas de acción y gran intensidad con otras de reflexión y más lentas.
Esto es importante porque, si todas las escenas tienen el mismo ritmo, se corre el riesgo de o abrumar o aburrir al lector, y de que este no perciba cuándo se trata de un momento relevante para la trama.
Al mismo tiempo, si cada vez se utiliza un ritmo diferente para las descripciones, las reflexiones internas de los personajes o las escenas de máximo suspenso, el lector sentirá que está leyendo novelas diferentes.
Si no hay ajustes de ritmo, no hay fluidez. Yendo a veces demasiado rápido y otras demasiado lento, la experiencia de lectura se siente como la conducción de un coche estropeado que avanza a trompicones. En cambio, cuando el ritmo se cuida para que sea consistente, el resultado es el de un viaje lector incomparable.
El tono narrativo como estrategia para mantener una narrativa coherente
Cuando hablamos de la consistencia del tono narrativo nos referimos a cómo es el narrador de la historia. Este puede ser irónico, cínico, objetivo, humorístico, dramático, negativo…
Si el narrador de un relato comienza siendo totalmente objetivo, no sería lógico que, sin ninguna justificación, pase a valorar las acciones de los personajes o incluso a describirlas con odio.
Por supuesto, su tono puede cambiar, pero siempre y cuando ese cambio sea coherente. Un ejemplo sería el de un narrador en primera persona que describe su vida con cinismo. Sin embargo, conoce a alguien que le hace replantearse, poco a poco, su modo de ver el mundo, así que, de manera gradual, en su cinismo comienza a entrometerse cierto positivismo.
De igual modo, cuando ese narrador en primera persona, que también es personaje, hable, su tono debe reflejarse en su lenguaje. No sería lógico que fuese un cínico y, en las conversaciones de su día a día, se mostrase extremadamente genuino.
¿Cómo puede la edición iterativa y el feedback de lectores beta contribuir a una narrativa más coherente?
La coherencia en la escritura no sea consigue sin ayuda, o al menos no debería ser así.
Muchas veces, cuando releemos nuestro propio manuscrito, al conocerlo tan en profundidad y saber absolutamente todo de los personajes y la trama, no nos damos cuenta de los errores.
No hablamos solo de errores gramaticales que un corrector sí detecta, sino de fallos en lo referente a la consistencia y la fluidez de lo escrito.
Por qué es importante realizar varios procesos de edición
Es un error creer que la edición de libros solo se hace al final una vez el manuscrito está finalizado.
Un escritor profesional sabe que esto no es así y que la edición iterativa, es decir, la revisión del texto para mejorarlo y verificar su calidad, debe ser constante durante todo el proceso de escritura.
De no hacerlo, se corre el riesgo de detectar un gran fallo de coherencia cometido al inicio y que se ha repetido durante todo el relato. Si la edición se hubiese realizado antes, el error se habría detectado y solventado.
Para poder hacer estas revisiones de texto y que estas sean efectivas y eficientes, hay algunas recomendaciones:
- Marca un plan de trabajo en el que combines la escritura con la corrección. Por ejemplo, al finalizar cada capítulo o una vez a la semana.
- Utiliza herramientas de análisis de texto que puedan automatizar parte de la revisión.
- Ten siempre cerca cualquier documento que hayas usado para la planificación de la trama, desde un esquema de la historia hasta descripciones o bocetos de los personajes.
- Si detectas algún error, no te lances a corregirlo. Es mejor que, antes, valores qué es lo que realmente falla y cómo afecta a la coherencia total de la obra y no solo de una escena.
Como último consejo, siempre que sea posible, es aconsejable contar con otros lectores, ya que dos pares de ojos ven más que uno.
Uso de lectores beta y feedback externo
Contar con el feedback de lectores siempre es útil, sobre todo cuando esta retroalimentación ocurre antes de la publicación definitiva.
Sin embargo, esto no tiene por qué ser así, y de hecho es bastante recomendable encontrar lectores beta que puedan hacer una primera lectura para encontrar puntos a mejorar.
No estamos hablando de editores que verifican la estructura o el tema de una novela desde un punto de vista comercial. Más bien estos lectores son personas a los que se solicita que lean el libro para valorar si cumple con sus expectativas, si la experiencia lectora es buena o si hay elementos que no encajan y dificultan el seguimiento y mantenimiento del tema principal de la obra.
¿Cómo encontrar participantes para estas lecturas de prueba?
- Acude a tus familiares y amigos, aunque solo a aquellos que sepas que podrán ser objetivos y no decirte solo lo que quieres escuchar.
- Regístrate y sube tu solicitud de lectores beta en plataformas especializadas para ello, como Inkspired, LectoresBeta.com, grupos y foros en Facebook o GoodReads, o incluso en tu biblioteca local.
- Contacta con otros escritores a través de internet o en asociaciones literarias. Ellos podrán darte un punto de vista crítico y profesional.
- Utiliza las redes sociales, sobre todo si ya has creado allí una comunidad de lectores que ya conoce tu estilo personal o, si has escrito una serie literaria, el argumento.
No importa el método que utilices para encontrar lectores beta, el mejor consejo siempre es que, a ser posible, estos lectores tengan un interés real por lo que has escrito y estén dentro de tu público objetivo.
Si, por ejemplo, has escrito un libro para niños o adolescentes, te conviene que entre tus lectores beta no estén personas ancianas, sino jóvenes.
Igualmente importante es que mantengas una comunicación fluida con ellos. De este modo, sus comentarios, sugerencias o críticas no se queden en un “me ha gustado” o “no me ha gustado”.
Mantener una narrativa coherente es fácil si sabes cómo
Cuando hablamos de escritura efectiva no solo nos referimos a una escritura sin faltas de ortografía. Tampoco a una que haga uso de metáforas y recursos literarios que embellezcan el texto.
En ocasiones, todas esas técnicas, símbolos, palabras… Dejan de importar si no hay coherencia en lo escrito.
Es fundamental que el lector entienda lo que está pasando y sienta que, cuando se sumerge en un libro, no se pierde, literalmente, en él.
Para ello, es importante poner en marcha estrategias para mantener una narrativa coherente. Estas empiezan desde que planteamos nuestro argumento, lo esquematizamos y perfilamos los personajes, tiempos y lugares del libro.
Una vez empezamos a escribir, volver a esos apuntes, releer y editar es clave para no llegar a un manuscrito final. Solo así podremos darnos cuenta de que algo no encaja.
En definitiva, no dejes que tu novela pierda sentido. En cambio, dale sentido desde el inicio.