Si eres un gran lector, sabes que una de las peores sensaciones es cuando acabas un libro que te ha atrapado. Y una de las mejores sensaciones es cuando sabes que un libro forma parte de una saga y que te quedan algunas entregas más para seguir sumergiéndote en ese universo literario. Si esto es así, es porque hay autores que se han esforzado por escribir secuelas y series de libros que extiendan el placer de leer.
Harry Potter, Los Juegos del Hambre, Divergente, El cementerio de los libros olvidados, Memorias de Idún, Eragon… Si has sido ávido lector de alguna de estas sagas, sabrás que leerlas no es comparable con casi nada. Lo que consiguieron J. K. Rowling, Suzanne Collins, Veronica Roth, Carlos Ruiz Zafón, Laura Gallego o Christopher Paolini fue algo épico. Sin embargo, detrás de la épica también hay estrategia, planificación y un esfuerzo literario extra para crear historias que evolucionen a lo largo de varios ejemplares.
No todas las historias tienen el potencial de continuar en varios libros. Las que lo tienen, deben estructurarse desde un principio para que la trama se desarrolle sin resultar repetitiva o larga. Al mismo tiempo, una saga debe no solo atraer a los lectores, sino acogerlos a lo largo de los años, creciendo con ellos.
Si sabes que quieres escribir secuelas y series de libros, pero necesitas una guía y consejos sobre cómo hacerlo, quédate a leer este artículo.
¿Cómo se puede planificar eficazmente una serie de libros desde el inicio?
Carlos Ruiz Zafón quizá no se imaginase que los libros de su saga El cementerio de los libros olvidados fuesen a convertirse en absolutos (y merecidos) bestsellers, vendiendo millones de copias en todo el mundo. Sin embargo, lo que con casi total probabilidad sí se imaginó desde que empezó a idear La Sombra del Viento (la primera entrega) es que escribiría una saga y que habría, incluso, más de un spin-off.
Solo con planificación de series y con una visión general y a largo plazo, pudo ser capaz de crear un mundo envolvente que atrapó a millones de almas lectoras. Si tú fuiste una de ellas, sabrás que, a pesar de los años que pasaron entre publicación y publicación, nada podía alejarte de esos personajes, tramas y universos literarios.
Esta tetralogía es, por lo tanto, uno de los muchos ejemplos de que la continuidad es fundamental, pero que para que esta ocurra es imprescindible estructurar la historia no solo en un libro, sino en varios.

La escaleta de una serie de libros
Normalmente, se habla de la escaleta en el mundo audiovisual, siendo esta un documento que acompaña al guion. No obstante, la escaleta también puede ser literaria y ser un elemento clave para el escritor.
Así, en este papel se hace un esquema de lo que va a ir ocurriendo. Como si fuese una película, la escaleta recoge las diferentes secuencias, dónde ocurrirá cada una, quiénes participarán en ella o cómo conducirá a la siguiente.
Crear la escaleta es, en definitiva, una de las más importantes estrategias para escribir secuelas y series de libros, pues ayuda a seguir el camino evitando errores de coherencia o que se nos olvide continuar una subtrama. Esto es especialmente crucial teniendo en cuenta que en las sagas son muchas las tramas y subtramas, y que estas se extienden en varios volúmenes, por lo que sin una escaleta podrían quedar cabos sueltos.
Piensa de nuevo en cómo en series de libros como Harry Potter todo lo que no estaba resuelto quedó explicado en el libro final, incluso aspectos que habían sido mencionados en las primeras entregas. ¿La razón? Una planificación de serie excepcional de su autora, que desde un comienzo tuvo claro cuáles serían las líneas argumentales y cómo estas irían desarrollándose a lo largo de la serie.
Cómo desarrollar una escaleta que guíe todas las entregas
Como un resumen, la escaleta debe recoger los puntos clave de cada secuencia de las entregas literarias. En cada una de estas secuencias deben especificarse aspectos como los personajes que intervienen, los espacios y tiempos que contextualizan el episodio o la trama que va a avanzarse.
Igual que con cualquier otra estrategia de escritura, es fundamental seguir un sistema para que la escaleta no termine siendo un caos. Siendo así, y sabiendo que cada autor tiene su propio estilo, estas son algunas recomendaciones para desarrollarla:
- Plantea cuál va a ser el método de organización (por escenas, capítulos, partes, etc.).
- Indica qué personajes van a intervenir y también en qué espacio y en qué tiempo (esto es muy importante cuando, como suele ser común en sagas literarias, se producen saltos temporales).
- Describe lo que va a ocurrir (no hace falta que sea de manera literaria, simplemente anotando detalles clave como los sentimientos de un personaje).
- Define el objetivo de esa secuencia, es decir, en qué sentido hace avanzar la trama y qué papel va a tener dentro de la historia.
Por supuesto, lo que se escribe en la escaleta no está escrito en piedra, y puede ir modificándose. Escribir secuelas y series de libros es un trabajo de años en los que el autor evoluciona, y con él su modo de ver la literatura y su propia obra, por lo que puede sentir la necesidad de llevar a los personajes por otros caminos. En ese caso, la escaleta debe revisarse y reorganizarse en su conjunto y no solo las secuencias individuales.

Estableciendo arcos argumentales
Uno de los aspectos más complejos al escribir secuelas y series de libros son los arcos argumentales. Mientras que en un libro independiente las tramas y sus personajes empiezan y acaban, en una saga el desarrollo se extiende y puede que acabe dos o tres entregas más adelante.
El autor, como hemos visto, debe conocer cuál y cómo será la evolución, pero también tiene que saber escribir los arcos argumentales, de modo que los lectores se enganchen a ellos y los sigan sintiendo como familiares.
Consejos para diseñar arcos que se extiendan a través de varios libros
A pesar de lo difícil que en un primer momento resulta diseñar argumentos largos, pero al mismo tiempo entretenidos, coherentes y que no cansen al lector, existen técnicas para lograrlo.
- Elige cuántos (y cuáles) arcos argumentales se extenderán a lo largo de la saga. Por ejemplo, los libros de Sherlock Holmes tienen tramas independientes (los diferentes casos a los que se enfrenta), pero luego hay una trama (la del profesor James Moriarty) que sí se extiende. Así, Arthur Conan Doyle se preocupó de ir dejando “pistas” o elementos narrativos que hiciesen evolucionar ese arco argumental. Mientras, George R. R. Martin, autor de Juego de Tronos, sí maneja varias subtramas al mismo tiempo.
- Céntrate en una trama principal, que debe llevar el peso del desarrollo, y deja que haya subtramas que sí se resuelvan en un solo libro o en unos pocos. Esto ayudará a que los lectores se enganchen y tengan la sensación de que la serie evoluciona, aunque haya una gran cuestión que no se cierra. En Harry Potter, por ejemplo, el gran enfrentamiento contra Voldemort no acaba hasta el último libro, pero sí lo hacen otros conflictos como el de Harry aprendiendo a controlar su magia.
- Presta atención a los personajes, pues ellos son el mejor reflejo de esa evolución de las tramas. En este sentido, intenta que aprendan o que cambien en algún sentido. En el caso de El señor de los anillos es obvio cómo Frodo va transformándose como persona, y lo hace a la vez que el lector. Para ello, define desde el inicio cuál será su conflicto interno principal, pues suele ser un gran pilar sobre el que construir su evolución.
- Acaba cada entrega en un punto de máxima tensión en el que todo parezca que se va a solucionar, pero no del todo. Contestando algunas cuestiones, aunque no todas, harás avanzar la trama y también fidelizarás a los lectores, que esperarán con nervios la siguiente entrega.
Manteniendo la coherencia al escribir secuelas y series de libros
En cualquier proceso de escritura, uno de los grandes retos del autor es mantener la coherencia. Esto se puede llegar a complicar más cuando se trata de escribir secuelas y series de libros. La razón es que esa consistencia debe evidenciarse en varios libros sin la posibilidad de corregir uno que ya está publicado.
Es decir, mientras que cuando se escribe un libro independiente, en el caso de sentir que un personaje debe evolucionar de otra manera, se puede editar lo ya escrito y continuar, en una saga esto no es posible. Tener una escaleta y planificar los arcos argumentales es una manera de evitar que esto pase, pero hay que seguir otras directrices:
- Lleva un registro de lo que has ido escribiendo. Lo puedes hacer en la propia escaleta, indicando qué escenas ya se han incluido y cómo se han incluido. También existe la posibilidad de crear un archivo aparte (a mano o en un software de escritura) en el que especifiques ciertos eventos, personajes y elementos del universo literario. Tenerlos en cuenta y retomarlos favorecerá la coherencia.
- Además de los personajes, añade motivos que aparezcan a lo largo de la novela (como ciertos espacios o incluso frases). Esto ayudará a conectar los libros entre sí y a que el lector perciba la familiaridad del argumento.
- Especialmente cuando se trata de resolver un conflicto, evita introducir elementos narrativos nuevos. J. K. Rowling, por ejemplo, introducía más personajes nuevos al comienzo (e iba cerrando las tramas de algunos, como es el caso del profesor Gilderoy Lockhart). Sin embargo, hacia el final de la saga, cuando se trataba de cerrar y no de abrir, mantuvo a quienes ya formaban parte de la trama y a penas hubo nuevas incorporaciones.
- Presta atención a los detalles que parecen irrelevantes, pero que pueden aportar consistencia a la trama. Por ejemplo, todo el mundo recuerda las frases graciosas, pero sabias, al estilo refrán, del personaje de Fermín de El cementerio de los libros olvidados. Este detalle de su personalidad, que podría no existir, actúa como hilo conductor.
- Haz una relectura de los volúmenes anteriores. Así podrás comprobar que lo escrito en la nueva entrega mantiene el sentido. Si es posible, pide también a tu editor o algún lector de prueba que evalúe por sí mismo la coherencia. Esto es fundamental porque, a veces, como escritores, tendemos a pensar que todo está más claro de lo que realmente lo está.

¿Qué técnicas ayudan a mantener la coherencia en la trama y el desarrollo de personajes a través de múltiples libros?
Los personajes cambian a lo largo de una serie de libros. Aunque no lo haga su personalidad, sí lo hará su conocimiento sobre un hecho. Por ejemplo, Katniss Everdeen no solo madura emocionalmente a lo largo de Los Juegos del Hambre, sino que también perfecciona sus habilidades con el arco. En el caso de Sherlock Holmes, quizá no es un personaje ficticio que crezca, pero sí aumenta su conocimiento sobre Moriarty.
No obstante, el desarrollo de personajes no puede llevarnos a hacer que un protagonista pase de blanco a negro. La gracia de las sagas es, precisamente, recorrer toda la escala de grises con ese personaje. Para que esto ocurra, incidimos de nuevo en la palabra “coherencia”.
Estrategias para evolucionar los personajes manteniendo su esencia
Gran parte del éxito de las sagas está en sus personajes, especialmente en sus protagonistas. Que estos mantengan su esencia es clave para la atracción lectora. Piensa, si no, en cómo la personalidad de Harry, Ron y Hermione te hacían sentir en casa.
Sin embargo, también hay que hacer que estos protagonistas evolucionen, pero sin comprometer aquello que les hace ser ellos. Estos son algunos consejos para garantizar la caracterización de personajes consistentes.
- Haz que los personajes evolucionen por cómo la trama les afecta. Los episodios narrativos que impacte en su vida son el motor del desarrollo, lo que ayuda a explicar y comprender el porqué de ese desarrollo.
- Elige unas características propias para cada personaje para que estas lo definan y lo hagan siempre reconocible. Ron Weasley siempre es torpe, aunque según cumple años lo sea cada vez un poco menos. Este detalle de su comportamiento y personalidad no impide su evolución y aporta coherencia.
- Genera subtramas para los personajes secundarios. Es un modo de no centrarte solo en el desarrollo del protagonista y olvidar al resto. Además, las subtramas no dejan de ser nuevos hilos argumentales con los que atar al lector.
Cómo añadir nuevos personajes y subtramas enriqueciendo la historia principal
Mencionábamos en un apartado anterior que, en ocasiones, se pueden añadir personajes nuevos a la historia principal. La aparición de nuevos “actores” mueve la trama y la hace avanzar. Obviamente, esto solo ocurre cuando esos integrantes cumplen una función y tienen cierta complejidad. De lo contrario, podría parecer una estrategia deus ex machina en la que se introduce un personaje solo para resolver, sin coherencia, el argumento.
En definitiva, quienes aparezcan en la trama deben enriquecerla. Para ello debe destacarse cuál es su propósito y qué impacto van a tener. Por ejemplo, en Los Juegos del Hambre el personaje de Rue potencia el sentimiento de lucha de los protagonistas. Mientras, el de Johanna cumple la función de generar desconfianza en Katniss (y en los lectores), para luego ser crucial en la resolución del conflicto.
Como es lógico, el cuidado en la introducción de nuevos personajes es aún más importante en casos como el de las sagas nórdicas o, un ejemplo más reciente, el de Juego de Tronos. Todas son obras en las que cientos de personajes aparecen e interactúan entre ellos, así que es fundamental establecer relaciones para que quede clara la relevancia de cada cual.

Mundo y reglas: la columna vertebral de tu serie
Generalmente, al escribir secuelas y series de libros, sobre todo cuando estas son de fantasía, se crea un mundo.
Este universo es fundamental para cohesionar y unificar las diferentes tramas y subtramas. El hecho de que Juego de Tronos ocurra siempre en los mismos reinos, ayuda a los lectores a ubicarse.
La importancia de mantener las reglas del mundo ficticio coherentes
Cualquier mundo ficticio se rige por unas normas. Estas reglas del mundo pueden ir descubriéndose poco a poco, pero mantenerse inalterables durante toda la serie. En caso de querer cambiarlos, debe justificarse.
Pero las normas no solo deben permanecer a nivel individual, sino también tener un sentido global. Solo así se puede garantizar la credibilidad de ese mundo, para que, aunque sea producto de la ficción, los lectores conecten y encuentren sentido a lo que ocurre. Además, también ayudan a explicar el comportamiento de los personajes. Katniss Everdeen, por ejemplo, no se presenta como voluntaria porque quiera matar gente, sino porque alguien debe acudir a los Juegos y no quiere que sea su hermana.
Como siempre, la planificación vuelve a jugar un importante papel en la definición y mantenimiento de las reglas del mundo.
¿De qué maneras se pueden introducir nuevos elementos en la serie sin perder el enfoque de la trama principal?
Igual que cuando se trata de introducir personajes, al añadir nuevos elementos debe respetarse la coherencia.
Una norma no puede ser contraria a otra si no hay una explicación creíble para ello. Esto es lo que ocurre en Los Juegos del Hambre con el vasallaje, que es una competición especial celebrada cada 25 años en la que se hay una regla especial. Este elemento del mundo, que se introduce en la segunda novela, permite que la trama avance de un modo, pero siendo consistente con el funcionamiento del universo en el que se desarrolla la serie.
De hecho, que vayan apareciendo nuevas normas es una buena estrategia para escribir secuelas y series de libros. Explicar todas las reglas de un mundo de golpe sería abrumador, mientras que tiene más lógica hacerlo según sea necesario y el propio personaje se enfrente a ellas.
Enganchando al lector en cada volumen
Conseguir lectores para una narrativa serial no es igual que conseguirlos para un solo libro. Cuando se ha publicado solo una novela independiente, el objetivo es la atracción lectora y el posicionamiento como autor, es decir, que quienes te lean recuerden tu nombre para futuras publicaciones. En cambio, cuando estamos ante una saga, es quizá más importante que se recuerde el nombre de dicha saga y su universo.
La atracción, por lo tanto, pasa a ser fidelización. Para lograr que tus lectores sean leales y vuelvan con cada nueva entrega, no hay nada como crear suspense.
El cliffhanger: tu mejor aliado
El cliffhanger es el giro de argumento, es decir, un recurso narrativo que pone la acción y los personajes en un momento o situación extremos, pero sin resolverlo. O no todavía, porque se trata de que ese “acantilado” ocurra al final de un capítulo o, en el caso de las series, a final de uno de los volúmenes.
Esa necesidad de saber qué va a pasar es el mejor efecto llamada para la siguiente entrega. Si has conseguido que los lectores conecten con la historia, querrán saber cómo continua y cómo se resuelve esa situación; no tardarán en pedirte la siguiente parte.
¿Cómo se utilizan los cliffhangers para maximizar el interés del lector?
Por supuesto, no es suficiente con crear un momento de tensión, sino que hay que guiar la trama hacia este. Además, también hay que tener en cuenta en qué clase de nicho literario estamos y entender qué es lo que dejaría con ganas de más al lector. Por ejemplo, en una saga policiaca sería un encuentro del protagonista con el asesino que acaba con un disparo, aunque no sabemos de quién. En una saga de novelas románticas, un cliffhanger sería acabar un libro con una ruptura entre la pareja protagonista, o con un beso.
Por otro lado, recuerda que el cliffhanger hay que construirlo a través de toda la narración. Obviamente, el gran cliffhanger para Sherlock Holmes era encontrarse con Moriarty porque toda la trama giraba sobre ese “alter ego” del protagonista. Sin embargo, esa tensión no se generaría si con quien se encuentra es con un malo que hasta ese momento no se ha mencionado o no se ha presentado como tal.
Para saber cuál puede ser un buen giro dramático de los acontecimientos, escucha qué te dice el público. J. K. Rowling sabía que los lectores debatían sobre la posible muerte de algunos protagonistas o el hecho de si eran buenos o malos, y por eso jugó con esas incógnitas durante toda la saga.
Las estrategias clave para escribir secuelas y series de libros
Quien se lanza a la aventura de escribir secuelas y series de libros debe pensar a lo grande. Eso implica planificación y estructura no solo con su rutina de escritor, sino también con la trama en sí misma.
Por supuesto, este es un consejo útil para todos los escritores que quieren publicar. Dejar que las palabras fluyan sin orden ni concierto en lugar de hacia una obra literaria, dirige irremediablemente hacia un bloqueo creativo.
No obstante, una vez asentados los pilares sobre los que se construirá la historia, la trama debe desarrollarse sobre el papel. Al ser una serie, a esta trama le acompañarán varias subtramas, igual que al protagonista le acompañarán varios coprotagonistas o secundarios. La coherencia aquí es primordial, pues ningún hilo argumental debe quedar suelto.
También se requiere consistencia en el desarrollo del universo, que será el lugar común de todas las entregas y el lugar al que los lectores querrán regresar una y otra vez. Cuando mejor se construya, más creíble, mágico y atractivo será.
Así que si ha surgido en ti la idea de la escritura y tienes una historia que contar, ahora ya sabes cómo construir, a partir de ella, un universo literario que se expanda más allá de un solo libro.