Un libro es la puerta a un mundo diferente. Esta es una de las grandes frases sobre el poder de la literatura, y resulta complicado ponerla en duda. Porque los libros, efectivamente, nos dan la bienvenida a realidades distintas a las nuestras, permitiéndonos explorar lugares, emociones y personajes únicos. Sin embargo, para que así sea, es responsabilidad del autor la creación de mundos ficticios atrayentes y fascinantes.

Nos acordamos de Tierra Media, de El señor de los Anillos, o de Hogwarts, de Harry Potter. Lugares imaginados por sus autores, pero que son mucho más que espacios. Son universos creados con culturas, criaturas e incluso idiomas propios. ¿El resultado? Millones de lectores deseando enfrascarse en la lectura para volver a visitar esos mundos ficticios.

Esa capacidad de cautivar a las personas es la razón principal por la que muchos escritores, especialmente los de literatura de fantasía, ciencia ficción y realismo mágico, se centran en la creación de mundos ficticios.

No obstante, como todo en la escritura, no es fácil lograr ese efecto si no se siguen unas directrices y se presta atención a cómo lo hicieron otros antes.

Fundamentos en la creación de mundos ficticios

Empecemos por el principio, es decir, por los cimientos de la creación de mundos ficticios. Como es lógico, lo primero que necesitamos es establecer las bases sobre las que se construirá el universo literario en el que se desarrollará la historia.

¿Qué lo hace especial? ¿Cómo está organizado? ¿Qué fuerzas, buenas y malas, lo rigen? Son preguntas que hay que contestar, ya que determinarán el comportamiento de los personajes, cómo estos se mueven por el mundo o a qué retos se enfrentan.

“Detesto la vulgaridad del realismo en la literatura. Al que es capaz de llamarle pala a una pala, deberían obligarle a usar una. Es lo único para lo que sirve”.

— Oscar Wilde

— Oscar Wilde
— Oscar Wilde

Comenzando con los cimientos

Como adelantábamos, debe haber algunas piedras “fundacionales”. Es mejor empezar poco a poco, asegurándote de que esos cimientos son firmes y profundos. A partir de ellos, luego podrás ir desarrollando aspectos más concretos y complejos.

Por ejemplo, el universo de Harry Potter se inicia desde una sola “piedra”: la del colegio de magia y hechicería secreto. Sobre esta idea luego se continúa con la creación del mundo ficticio, estableciendo la organización de esa escuela, qué tipo de personajes (estudiantes y profesores) acuden a él, etc.

De este ejemplo de Harry Potter concluimos que, en definitiva, desde los cimientos luego hay que construir el resto de elementos básicos del mundo:

  • El espacio físico: puede ser una ciudad, un país o algo más específico, como un castillo o un bosque. Aunque querrás y podrás decir mucho de este espacio, lo principal es que tenga unas características destacadas y reconocibles, de modo que el lector sepa que está en ese lugar (y, por lo tanto, en el mundo ficticio). Un ejemplo sería el de Narnia, en el que los lectores sabían que estaban cuando los protagonistas cruzaban el armario y llegaban a un gran bosque. 
  • El tiempo: en la creación de mundos ficticios el tiempo también es importante. A la mente nos viene la saga de La Rueda del Tiempo, ambientada en el Medievo, o cualquier distopía al estilo de El cuento de la criada, en las que precisamente la ausencia de un tiempo concreto o conocido forma parte del mundo en sí mismo. 
  • Los hechos significativos: que haya pasado (o vaya a pasar) algo en muchas ocasiones es el detonante para la construcción de mundos ficticios. En Harry Potter es el regreso de Voldemort, en Juego de Tronos, la muerte del rey y la lucha de sus herederos…
  • Las leyes: sean mágicas o no las normas y la política por las que se regirá el mundo ficticio es fundamental para su construcción. A través de ellas se explicará no solo el universo en sí mismo, sino las estructuras sociales que se dan entre los personajes. 

La cultura y la sociedad en la creación de mundos ficticios

Como hemos insistido en artículos anteriores, las historias las mueven los personajes, y estos a su vez son movidos por la cultura y la sociedad en la que “viven”. De ahí que en la creación de mundos ficticios, estos dos elementos (cultura y sociedad) tengan un papel aún más relevante. 

De hecho, en muchos de estos universos imaginados las clases o estamentos sociales son cruciales para entender la relación entre protagonista y antagonista. Es decir, entre las fuerzas del bien y el mal que crearán el conflicto y harán evolucionar el argumento.

Igualmente importante es describir qué implica ese bien y ese mal, esto es, definir los valores culturales sobre los que se asienta la sociedad. Además, dentro del ámbito de la cultura también hay que hacer referencia a aspectos como la vestimenta, el arte, los referentes o las costumbres. 

Volviendo al ejemplo de Harry Potter, piensa en lo significativo y reconocible que era la Navidad en Hogwarts o la tradición del sombrero seleccionador. 

Por último, otro elemento que puede hacer que el mundo sea único es el lenguaje. J. R. R. Tolkien creó un idioma solo para sus novelas de El Señor de los Anillos. Esto puede parecer un esfuerzo demasiado ingente, pero no olvidemos que, gracias a ello (y a otros elementos), el autor logró su cometido y el universo de su saga es toda una referencia.

La cultura y la sociedad en la creación de mundos ficticios
La cultura y la sociedad en la creación de mundos ficticios

Estrategias para desarrollar mundos ricos y creíbles

Cuando tengas sobre el papel el esbozo de ese mundo ficticio sobre el que quieres escribir, es momento de desarrollarlo con más detalle, de modo que cobre vida dentro del libro. 

Quizá te resulte complicada esta parte, pues una cosa es imaginarlo y otra darle forma. Tú puedes querer crear un bosque mágico con criaturas únicas pero, a la hora de la verdad, no saber cómo describirlas o hacerlas “reales”. 

Investigación e inspiración

Por suerte o por desgracia, todo está ya creado. Con esto queremos decir que, antes que tú, miles de autores han abordado la creación de mundos ficticios con éxito, y esto te puede servir de inspiración.

Además, no solo hablamos de autores contemporáneos como J. R. R. Tolkien o George Martin, sino de esos autores anónimos que han ido transmitiendo la mitología grecorromana o cuentos fantásticos. De estas historias y leyendas muchos autores han cogido inspiración para desarrollar sus mundos (si no, piensa en el mito del minotauro y el laberinto y las referencias en El corredor del laberinto). 

Con esto no queremos decir que tengas que copiar mundos ya existentes, pero sí utilizar esta investigación a tu favor para captar ciertas ideas que, aunque siguen siendo increíbles, resultan reconocibles para los lectores. Así, podrás conectar mejor y construir mundos imaginados pero no del todo desconocidos. Algo clave para que al lector no le cueste mucho entrar y tú tampoco tengas que dedicar más páginas de las necesarias a describir cada detalle de tu mundo. 

Cómo integrar la trama en el mundo

Llegamos a la parte más complicada: desarrollar la historia en el mundo. Para que este no sea un proceso frustrante, permítenos darte algunos consejos: 

  • La historia se desarrolla en el mundo, y no al revés: por lo tanto, la narrativa siempre debe ser más importante. Todo lo que se diga del mundo debe decirse porque es fundamental para entender o hacer evolucionar la trama.
  • Haz que el argumento tenga sentido en ese mundo: aunque no lo tenga en otros. Esto unirá con fuerza el mundo a la historia, de modo que el universo creado enriquezca aspectos de la trama (por ejemplo, que las escobas vuelen en Harry Potter es lógico en ese universo porque también lo es para la trama). 
  • Muestra el mundo a través de escenas: no te centres en hacer largas (y aburridas) descripciones del universo literario, sino que es mejor que vayas introduciéndolo y presentándolo a través de situaciones que vivan los personajes o a través de sus diálogos. Un ejemplo es el de El cuento de la criada, en el que la autora va mostrando cómo se rige Gilead a través de lo que June se ve obligada a hacer o lo que tiene prohibido.
  • Haz que los personajes interactúen con el mundo: en la línea del consejo anterior, la mejor manera de construir un mundo es construyendo a los personajes que lo habitan. Todo el universo de Hogwarts o el callejón Diagon lo conocemos según Harry lo va descubriendo (cuando coge una varita, cuando se monta en un coche volador, cuando come una golosina…).

Detalles que ayudan en la creación de mundos ficticios dándoles vida

Hemos visto cómo cuando los personajes interactúan con el mundo, los detalles de este son mejor interiorizados por los lectores. Piensa en todas las veces que has leído largas introducciones a universos mágicos para luego no recordar nada. Sin embargo, casi seguro que, si has leído Los Juegos del Hambre, aún recuerdas cómo y por qué se organizaban estos macabros juegos; no porque lo “leyeses” sino porque Katniss lo vivió.

Pero más allá de aportar detalles sobre los cimientos y elementos básicos de los mundos ficticios, hay otros aspectos que, aunque no tengan tanta relevancia en la trama, ayudan a darle más personalidad y autenticidad al relato. 

La geografía física del lugar

Con geografía no nos referimos a la ubicación, que sí es muy determinante en la narrativa, sino a aspectos más concretos como la vegetación del espacio. 

Es posible que al leer esto hayas puesto cara rara y estés dudando sobre si realmente es tan importante. Como siempre nos gusta hacer, en lugar de explicarte teóricamente por qué, vamos a poner un ejemplo.

Volvemos al de El cuento de la criada. En varias escenas de esta distopía se deja ver que uno de los personajes (el de Serena) pasa tiempo en el jardín trabajando en conseguir algunas plantas y flores, aunque sin demasiado éxito. Esto podría ser algo irrelevante, pero es un detalle que aporta valor a la trama, porque deja entrever que Gilead no es fértil, una metáfora que entenderás si has leído la novela.

No solo eso, sino que ese suelo poco fértil también tiene sentido cuando, según avanza la historia, entendemos que el sistema anterior fracasó, entre otras cosas, por una sobreproducción y un clima devastado que afectó a la ecología. 

“La literatura no es otra cosa que un sueño dirigido.”

— Jorge Luis Borges

— Jorge Luis Borges
— Jorge Luis Borges

Economía, política y conflicto

Las distopías son el claro ejemplo de cómo la política o la economía son claves en la creación de mundos ficticios. No obstante, obras más propias del nicho literario de la fantasía, como Harry Potter Los Juegos del Hambre, también generan una metáfora de situaciones políticas.

En cualquier caso, los universos literarios suelen disponer de sistemas políticos y económicos complejos, que a su vez generan (o favorecen) el conflicto principal de la novela. Siendo así, estos son algunos aspectos que debes considerar:

  • Cómo ganan dinero los personajes (y qué profesiones son las más valoradas). 
  • Cuál es el valor del dinero (o si, en cambio, una persona es más válida socialmente si, por ejemplo, tiene poderes). 
  • Cómo se organizan a nivel político (y por qué tienen el poder quiénes lo tienen).
  • Qué ocurre si alguien va en contra de esa política o esa economía (es decir, cómo se genera el conflicto).

Evitando trampas comunes en la construcción de mundos

La construcción de mundos ficticios es un reto para la imaginación de los autores, que hemos visto cómo tienen que poner todo de su parte para dotar de credibilidad y singularidad a sus universos literarios. 

Entre estos retos están la sobre información, es decir, contar demasiado y dar al mundo un protagonismo que debería ser de la trama, y las inconsistencias, o incluir cosas que no tienen sentido o que no han sido correctamente “cimentadas”.

Exceso de información en la creación de mundos ficticios

Uno de nuestros consejos anteriores es que el mundo es el lugar donde se desarrolla la historia, que es lo importante y lo que hay que desarrollar. El mundo, por lo tanto, queda sujeto a las necesidades de la narrativa y debe ir descubriéndose a través de la trama, y no a pesar de ella. 

Cuando no seguimos este consejo, caemos en la sobre información, aportando detalles que son irrelevantes. Detalles que, sí, describen el mundo ficticio, pero que realmente no aportan nada a los personajes o a su argumento. 

No puede ocurrir que, como autores, dediquemos más tiempo a hablar sobre el universo que sobre la historia o los personajes. Porque la realidad es que los lectores quieren que el argumento avance, y abandonarán la lectura si esta termina siendo una gran enciclopedia sobre un mundo imaginado.

Igualmente importante es que todos los datos que se den, además de no ser demasiados ni irrelevantes, se den con una razón. No hacerlo es lo que se conoce como info-dumping, es decir, “arrojar” información descontextualizada y que no aporta nada a la trama. Esto solo distraerá y saturará a los lectores. En cambio, ir dosificando la información, igual que cuando creamos suspense en la narrativa, cautivará muchísimo más y, sobre todo, será coherente.

El peligro de las inconsistencias

Cuando estamos disfrutando de un libro, sobre todo de uno que nos ha sumergido en un universo único, lo peor que puede pasar es que alguna inconsistencia estropee la lectura. No suele ocurrir, o al menos el objetivo del autor es que no ocurra, ya que esos “fallos” suelen despertar dudas o no solucionarlas. La razón es que las inconsistencias hacen que lo que debería ser verosímil no lo sea, rompiendo con la coherencia construida y tambaleando los cimientos del mundo.

Para evitar esas inconsistencias, hay algunos consejos:

  • En un documento aparte, incluye todos los detalles de la creación de tu mundo ficticio. Aunque algunos luego nunca lleguen a estar en el libro, como autor necesitas tener todo muy claro. Tu duda o tu “esto no hace falta que lo aclare porque tampoco yo lo tengo claro” puede convertirse en una inconsistencia.
  • Especialmente si tu universo literario se rige por unas leyes mágicas o inventadas, explícaselas bien (poco a poco e intercalándolas en la trama) a los lectores. Si ellos interiorizan bien esas normas y las comprenden, evitarás inconsistencias. 
  • Haz revisiones de manera constante, asegurándote de que no avanzas y arrastras inconsistencias que deben ser resueltas.
El peligro de las inconsistencias
El peligro de las inconsistencias

Herramientas y recursos para la construcción de mundos

En la actualidad los escritores ya no está tan “solos” como antaño. Hoy en día hay recursos que permiten a los autores desarrollar su técnica y su creatividad, resolver dudas y, en definitiva, mejorar en su profesión.

Para esta tarea que nos ocupa hoy de la creación de mundos ficticios, existen herramientas digitales concretas para facilitar el diseño y el desarrollo de estos.

Software y aplicaciones útiles

Aunque cada escritor tiene “su librillo” y debe encontrar aquellas plataformas que mejor le funcionan, queremos compartir algunas que son nuestras favoritas y que resultan muy útiles para los autores:

  • World Anvil: es una herramienta que sí o sí necesitas para la creación de mundos ficticios, ya que ha sido diseñada específicamente para ello. En ella puedes ir escribiendo artículos en los que detallar geografía, cultura, sociedad, etc. Además, también puedes usar otros recursos interactivos como mapas o árboles genealógicos. Esta aplicación seguro le habría venido muy bien a Gabriel García Márquez para organizar a la familia Buendía de su famosa novela Cien años de soledad, referente del realismo mágico.
  • Scapple: principalmente se usa para crear mapas en los que ir relacionado, de manera muy visual y sencilla, diferentes conceptos. Esto es muy recomendable para aquellos autores que necesitan aportar muchos detalles y no caer en inconsistencias por eso mismo.
  • Scrivener: utilizada por muchísimos autores, es la plataforma ideal para tener todas tus ideas y anotaciones sobre tu universo literario en un mismo lugar. Es sobre todo útil si tu proyecto es el de una novela larga o una saga.
  • Campfire Blaze: al estilo de World Anvil, dispone de múltiples herramientas para desarrollar aspectos específicos como la geografía, la cultura, la ecología, etc. Aporta también muchos recursos educativos para enseñarte a mantener la coherencia y la consistencia.

Por supuesto, nunca puede faltar tampoco un buen corrector de textos con el que revisar lo escrito a nivel ortográfico, gramatical y de estilo.

La importancia de la comunidad y del feedback

La escritura puede ser una profesión que te aísla, pues tú eres el primero en sumergirte, casi de manera obsesiva, en la creación de tu mundo ficticio. No obstante, es importante encontrar asociaciones literarias o cualquier otro grupo de personas con las que compartir los procesos.

Hacerlo no solo hace que te sientas menos solo, sino que facilita que te llegue feedback. Esto es algo especialmente interesante cuando queremos evitar inconsistencias y comprobar si nuestro universo literario es tan evocador y cautivador como pretendemos que sea. 

Además, el feedback también puede convertirse en nuevas ideas. Quizá comentando tu proyecto con otro escritor (o un lector de fantasía), este te recomiende una lectura que te pueda inspirar o te comente algo sobre un ser mitológico que encajaría en tu mundo. 

CoolLibri.es: Apoyando a los creadores de mundos

Cuando la creación de mundos ficticios acaba y también la historia que se desarrolla en ellos, tenemos como resultado una obra literaria que merece ser leída. Todos nuestros esfuerzos se han centrado precisamente en ello: en aportar los detalles que atraigan a los lectores hacia un universo extraordinario. 

En este punto, el poder publicar el libro pasa a un primer plano, y en CoolLibri España sabemos cómo lograr el éxito en este campo. 

Publicación y promoción de mundos ficticios

Sin la publicación del mundo ficticio, nadie llegará a él. El libro publicado es, por lo tanto, la puerta a ese mundo, que dejamos abierta a los lectores que quieran cruzarla. En consecuencia, también es fundamental una promoción efectiva que dé a conocer el libro

En CoolLibri.es disponemos de un servicio de impresión en línea diseñado pensando en todos los autores que se autoeditan y buscan agilidad, profesionalidad y eficiencia. Además, favorecemos la impresión bajo demanda, pudiendo hacer pedidos desde una sola copia, a precios competitivos (y asequibles para todo tipo de escritores).

También ofrecemos un software para diseñar la portada, sabiendo que crear una portada impactante siempre es importante, pero sobre todo cuando esa cubierta debe reflejar ese mundo ficticio.

En cuanto a la promoción, en nuestra biblioteca digital cualquier autor puede catalogar su obra y hacerla visible entre los lectores. 

Recursos educativos de CoolLibri España

En esta guía te hemos ofrecido consejos sobre la creación de mundos digitales, pero son muchos más los recursos educativos para escritores que puedes encontrar en nuestra web.

Por un lado, está nuestro blog, cargado de artículos como este, en el que abordamos diferentes fases de la escritura, y también de la publicación y la promoción de libros. 

Por otro lado, en nuestra web, mientras se realiza la personalización del libro y se hace el pedido, hay numerosas guías con consejos, recomendaciones y aclaraciones. 

Conclusión: la llave hacia la creación de mundos ficticios

Llegamos al final conociendo ya las claves para la creación de mundos ficticios.

El gran consejo es establecer unos cimientos fuertes y muy bien definidos sobre los que se asienten el resto de detalles, que siempre deben ser relevantes y aportar a la trama. 

La historia vive en el mundo, así que este debe responder a las necesidades de la propia narrativa y de sus personajes. Solo así los lectores lograrán sumergirse en el universo con confianza, sin dudas y sin inconsistencias.

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