El argumento de una buena historia avanza a través de sus personajes y, especialmente, cuando dialogan entre ellos. Consecuentemente, los autores saben que deben escribir diálogos efectivos que cumplan su función, aporten a la trama y permitan conectar con ella.
El proceso de escritura requiere de técnica, pues no es tan fácil como transcribir una conversación que se escucha en la calle. Los diálogos entre personajes carecen de interrupciones por el ruido de un coche, de muletillas tipo “eh” o de silencios para mirar el móvil. En cambio, deben ser profundos, reflejar cómo es cada personaje y construir la historia, no simplemente “llenarla” de palabras.
Si te encuentras en el proceso de escribir diálogos efectivos, pero tienes dudas o bloqueos, déjanos compartir contigo algunos consejos y técnicas de diálogo que te ayudarán.
Fundamentos de un Diálogo Efectivo
¿En qué se sostienen los diálogos efectivos? Seguro que alguna vez has leído un diálogo en literatura y has pensado en lo bien escrito que estaba, cómo no sobraba ni una palabra y no resultaba estático, sino que aumentaba el suspense o simplemente hacía avanzar la trama.
Aunque en ese momento no lo vieras, ese diálogo era auténtico, tenía un porqué y un para qué. Estos son tres de los pilares sobre los que debe sostenerse una conversación entre personajes.
“Escribir es tratar de entender, y tratar de reproducir lo irreproducible. Escribir es también bendecir una vida que no fue bendecida.”— Clarice Lispector
Diálogos con propósito
Los diálogos deben tener una finalidad narrativa. Esto quiere decir que, como todo en un libro, debe contribuir al desarrollo de personajes y del argumento. Por ejemplo, un diálogo puede ser clave para que el protagonista cambie de opinión o de estado de ánimo, o simplemente para que se entere de algo importante.
Lo que no puede ocurrir es que un diálogo repita lo que la narración ya ha explicado. Es decir, un diálogo nunca es una acotación en la que se vuelve a explicar una acción que debería haberse entendido y que ya está narrada. Tampoco debe introducirse un diálogo para que un personaje diga algo obvio que todo el mundo ya sabe o que nadie quiere saber. En definitiva, encuentra siempre el propósito de ese intercambio entre personajes.
Estos son algunas de las finalidades más comunes:
- Revelar cómo son los personajes: los diálogos otorgan voz a los personajes, que pueden expresarse a través de ella y decir, implícita o explícitamente, cómo son.
- Construir las relaciones entre los personajes: cómo unos hablan con otros dice mucho de sus jerarquías, de sus miedos o inseguridades, etc.
- Desarrollar la trama: cuando dos personajes dialogan, uno puede decir algo que otro no sabe (y tampoco el lector), lo que despierta interés o nuevos hilos argumentales.
- Intrigar: los diálogos también pueden (y deben) usarse para crear suspense en la lectura. Todo lo que se puede revelar sobre la trama o los personajes capta la atención.
- Dinamizar: al ser los diálogos fragmentos de texto, por lo general, más breves que la narración o la descripción, invitan a ser leídos más rápidos y a potenciar esa sensación de no poder parar de pasar páginas.
Ejemplo
La declaración de amor del Señor Darcy en Orgullo y Prejuicio hace que la trama avance. Tiene una finalidad clara: crear un momento de tensión en el que él le dice a Elizabeth que la ama y ella le rechaza, algo que el lector no comprende y que le lleva a querer seguir leyendo.
Sr. Darcy: Señorita Elizabeth, he luchado en vano y ya no puedo dominarme más. Estos meses han sido un tormento. Vine a Rosings con el único objeto de verla a usted. He luchado contra mi buen juicio, contra mi familia, la inferioridad de su cuna, mi rango y muchas cosas más, pero estoy dispuesto a dejarlas a un lado y pedirle que acabe con mi agonía.
Elizabeth Bennet: No entiendo.
Sr. Darcy: La amo… con toda mi alma. Por favor, haga el honor de aceptar mi mano.
Elizabeth Bennet: Señor, yo… aprecio todo lo que ha sufrido y lamento mucho causarle dolor, créame, no fue de forma consciente.
Caracterización de los personajes a través del diálogo
Algo que ya hemos introducido es cómo los diálogos pueden ayudar a crear personajes creíbles. Para ello, lo primero que debemos hacer es conocer a nuestros personajes. No es suficiente con saber qué queremos que digan, sino cómo lo van a decir. Factores como su edad, su personalidad o la relación que tienen con otros personajes son determinantes para construir su lenguaje y poder reflejarlo en los diálogos.
Estos son otros aspectos a tener en cuenta a la hora de escribir diálogos efectivos que caractericen a los personajes:
- No hables por los personajes, sino que deja que ellos hablen a través de ti. De nuevo, es importante conocer a tus personajes para poder transmitir su complejidad en los diálogos. Intenta olvidarte de cómo lo dirías tú y ten presente cómo lo dirían ellos según el desarrollo de personajes que has planteado.
- Permite que los personajes cambien durante los diálogos. Por ejemplo, pasando de estar tristes a enfadados cuando se enteran de algo. El diálogo debe mostrar su complejidad.
- No caracterices a través de monólogos. Estamos escribiendo diálogos, no monólogos. Sin embargo, hay autores que abusan de intervenciones muy largas con el fin de decir todo lo que quiere decir sobre un personaje ficticio. Es importante que el diálogo fluya y que la información vaya dosificándose.
- Utiliza el sub texto, es decir, todo lo que va implícito en la conversación. Desde una oración inacabada, una anotación para describir una mirada dubitativa… En los diálogos también hay cosas que no se dicen, pero que al mismo tiempo dicen mucho sobre los personajes y sus relaciones.
Ejemplo
La famosa escena de los molinos de viento de El Quijote, igual que otras muchas, incluye un diálogo entre Sancho y Quijote que refleja no solo qué papel tiene cada personaje (idealismo vs. realismo), sino también la relación entre ellos.
Sancho: ¿Qué gigantes?
Quijote: Aquellos que allí ves, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas.
Sancho: Mire vuestra merced que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que, volteadas del viento, hacen andar la piedra del molino.
Quijote: Bien parece que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.
Técnicas para Mejorar tus Diálogos
A la hora de escribir diálogos efectivos, es importante hacer uso de mecanismos que otros autores han demostrado que son más que válidos para que estos cumplan su función, estructuren la historia y no resulten aburridos.
Dos de las técnicas de diálogo fundamentales son aportar autenticidad y organizar correctamente las intervenciones.
Cómo crear diálogos naturales
Escribir diálogos efectivos implica escribir conversaciones creíbles. Pero, como hemos visto, esto no consiste en escuchar a personas hablar por la calle y poner sobre el papel lo que dicen. Tampoco es suficiente con utilizar las palabras que tú usas cuando hablas con alguien. ¿Por qué? Porque entonces el diálogo sería una transcripción de lo que una persona humana dice, cuando lo que en verdad se está buscando, como hemos visto, es que los personajes hablen.
Para lograr esa autenticidad en los diálogos sin que por ello resulten una transcripción, es crucial seguir algunas recomendaciones:
- Más que palabras concretas, refleja en la escritura de ficción aspectos como la entonación, los gestos, los ritmos o las pausas.
- No olvides que el contexto de tus personajes no tiene por qué ser el tuyo. Por ejemplo, si nuestra novela es un libro de amor ambientado en el siglo XVIII, escuchar conversaciones actuales puede darnos alguna idea, pero tampoco nos inspirará en exceso.
- Ten siempre presente que el registro escrito propio de la literatura no es igual que el hablado. Cuando hablamos decimos muchas veces “eh” o “¿no?”, una muletilla que solo debería aparecer en el diálogo escrito si tiene una función (por ejemplo, expresar que el personaje está dudando, pero no porque se le ha olvidado de qué estaba hablando o porque se ha distraído).
- Además de escuchar, lee. Esto es realmente necesario cuando nuestros personajes no hablan como nosotros (porque viven en otra época o pertenecen a una clase social diferente a la nuestra). Para evitar que nuestra manera de hablar se cuele en la suya y la haga poco natural respecto a su caracterización, lee diálogos de otros autores cuyos personajes son similares a los tuyos.
En definitiva, recuerda que las conversaciones creíbles no tienen por qué ser las que escuchas a tu alrededor. Efectivamente, esa escucha puede ayudarte, pero partiendo siempre de lo que es natural para tus personajes y para tu novela.
Ejemplo
Un ejemplo de que el diálogo natural debe ser el del personaje es este fragmento de Asesinato en el Orient Express, de Agatha Christie. El personaje que pronuncia estas palabras es un médico, por lo que su registro debe ser adecuado a su clase social (por eso usa palabras elevadas como “puntualizar” o construcciones como “creo poder decir concretamente”).
—Es difícil puntualizar en estos casos —aclaró el doctor—; pero creo poder decir concretamente que la muerte ocurrió entre la medianoche y las dos de la madrugada.
Cómo hacer un uso efectivo de los tags de diálogo
Las etiquetas o tags de diálogo son los verbos tipo “dijo”, “preguntó”, “declaró”, etc. Son palabras que no solo introducen lo que un personaje va a expresar, sino que también “etiquetan” eso que va a expresar.
Muchas veces resulta complicado para los autores precisar, solo con la intervención en sí, cómo un personaje está diciendo algo. Estos tags solucionan precisamente esto. Cuando una intervención se introduce como “aseguró” o “dijo desconfiadamente”, la intención comunicativa cambia totalmente y ayuda a entender la lectura.
Además de estas etiquetas, es recomendable incluir fragmentos de acción entre los diálogos, de modo que estos también muestren cómo es esa conversación o cómo se siente cada personaje.
Ejemplo
En este ejemplo de La casa de los espíritus, una novela de Isabel Allende, vemos el uso de los tags y de las acciones. Se detalla cómo Clara hace la pregunta para que el lector sienta que no es solo una duda para la que busca respuesta, sino que hay un sentimiento detrás.
—¿Usted quiere casarse conmigo? —preguntó Clara y él notó un brillo irónico en sus pupilas de avellana.
Escribir diálogos efectivos evitando los errores más comunes
A pesar de asimilar las técnicas de diálogo, no siempre uno está a salvo de cometer errores. Para evitarlos en la medida de lo posible, es fundamental conocer cuáles son y cómo deben solucionarse.
Como es lógico, los errores consisten en no seguir las recomendaciones antes propuestas o seguirlas en exceso. Por ejemplo, es un error no crear diálogos naturales, pero también forzarlos y que, de tanto incluir expresiones o palabras naturales, la conversación resulte artificial y poco coherente.
“Escribo porque me resulta un placer que no puedo traducir. No soy pretenciosa. Escribo para mí, para sentir mi alma hablando y cantando, a veces llorando…”
— Clarice Lispector
Cómo no caer en el “on-the-nose dialogue”
Aunque “on-the-nose dialogue” es un anglicismo usado sobre todo en el ámbito audiovisual, viene a significar “diálogo obvio”, es decir, intervenciones de personajes que no aportan nada y que sobre explican lo que está ocurriendo. Podría entenderse como una aclaración innecesaria del propósito.
Expliquémoslo con un ejemplo. Un diálogo, como hemos visto, puede tener el fin de cambiar al personaje. No obstante, no hace falta que, para puntualizar este fin, un personaje diga “voy a explicarte algo que te hará cambiar de opinión”. Si el diálogo y los personajes se construyen adecuadamente, no debería hacer falta tanta precisión y tanta obviedad.
También es “on-the-nose-dialogue” una sobre caracterización del personaje (por ejemplo, que diga “estoy enfadado” o “soy una persona triste”).
Estos son algunos consejos para evitar el diálogo obvio:
- No hagas una exposición excesiva. Que un personaje diga algo que es patente y que ha sido explicado, resultará repetitivo y aburrido para el lector.
- Si hay un diálogo que no sabes si sobra o es necesario, intenta introducirlo como sub texto (es decir, describe lo que el personaje quiere decir a través de sus gestos o su entonación). O, también, prueba a usar las etiquetas de diálogo o de las acciones que acompañan al diálogo.
- Huye de intervenciones largas, ya que suelen ser caldo de cultivo para las obviedades. En su lugar, intenta convertirlos en diálogos conflictivos; si quieres aclarar cómo un personaje se siente, hazlo a través de una conversación con otro personaje en el que se enfrentan. Esto, aunque incluya obviedades, aportará más dinamismo.
- Elimina por completo el “on-the-nose dialogue”. Si lo detectas, bórralo, así de fácil.
Ejemplo
Es complicado encontrar ejemplos de diálogos obvios porque los autores los evitan, por eso este ejemplo es inventado y no pertenece a una obra real. No obstante, ayuda a entender cuándo un diálogo sobre explica y carece de importancia hasta el punto de que molesta y debería eliminarse:
—Estoy enfadado contigo —dijo enfadado—, porque lo que has hecho está mal.
Si la trama y los personajes se han construido bien, debería estar claro que un personaje ha hecho algo que ha molestado a otro. No hace falta incluir este diálogo para explicarlo.
Manteniendo la coherencia de los personajes al escribir diálogos efectivos
Los diálogos pueden potenciar el desarrollo de personajes, pero siempre respetando el arco de evolución establecido. Esto es algo básico en cualquier proceso de escritura: los personajes no pueden ser del todo “libres”, sino que el autor debe saber hacia donde quiere dirigirlos y por qué cada uno es como es.
Igualmente importante es que las voces de los personajes no cambien bruscamente, por ejemplo, mostrándose siempre directos y, de repente, utilizando de manera excesiva la ironía.
En consecuencia, los diálogos deben priorizar la coherencia de personajes y utilizarse para potenciar, de manera lógica, su evolución y su personalidad, nunca boicotearlas. Especialmente esto es importante porque, en caso contrario, el lector se sentirá confuso e incluso engañado.
Ejemplo
De nuevo, inventamos un ejemplo para ilustrar la incoherencia en el diálogo. En esta conversación, dos personajes hablan mezclando registros más elevados con otros más bajos, lo que confunde sobre quiénes son, de dónde vienen o hacia dónde van.
—Tía, es que no puedes ser tan pava —dijo Carla con un tono cansado—, porque lo que has hecho está mal.
—Tampoco es pa’ tanto —se defendió Elena—, todas erramos en momentos concretos de nuestra existencia.
—No voy a contradecirte porque entiendo tu punto de vista a este respecto, pero, tía, es que lo tuyo es de traca.
Ejercicios prácticos para mejorar la escritura de diálogos
De todos los consejos y técnicas que podemos exponer en esta guía, nada te ayudará tanto a escribir diálogos efectivos como la práctica.
Hacer ejercicios de escritura y, sobre todo, reescribir lo que dicen tus personajes, te acercará, poco a poco, hacia la perfección.
Prácticas de escritura y revisión de diálogos
Como adelantábamos, los diálogos no solo hay que escribirlos, sino revisarlos para mejorarlos y reescribirlos de manera que sea más efectivos, profundos y coherentes. Estos son algunos ejercicios de escritura que puedes llevar a cabo para ello:
- Escribe diálogos que no vayan a aparecer en la novela, pero que te ayuden a encontrar la voz de tus personajes. Plantea qué dirían para pedir un café o en un ascensor. Son situaciones nada novelescas, pero que reflejarán bastante bien cómo abordan tus personajes ciertas conversaciones.
- Crea un guion antes que un diálogo, es decir, escribe como si de una obra de teatro se tratase (sin narración). Luego, interprétala y léela en voz alta para comprobar la fluidez y el dinamismo de la escena. Cuando te asegures de que lo que se dice cumple con los estándares, transfórmalo en un diálogo más narrativo.
- Entrevista a tus personajes para saber más de ellos. Enfréntalos a preguntas difíciles para definir su tono de voz o cómo, según su caracterización, se enfrenta a estas cuestiones.
- Pide a alguien que participe contigo en un juego de rol en el que improviséis conversacionales creíbles entre tus personajes (o hazlo tú solo cambiando las voces). ¿Cómo es ese diálogo natural? ¿Cómo es el lenguaje no verbal? Si te convence, intenta luego pasarlo al papel.
- Escucha una conversación de dos personas y transcríbela. Luego, conviértela en un diálogo de novela (eliminando pausas, añadiendo etiquetas de diálogo y acciones, etc.).
CoolLibri.es: Recursos para Escritores de Ficción
Además de ofrecer un servicio de impresión en línea, profesional y de calidad, desde CoolLibir.es queremos acompañar a los autores que se autoeditan durante todo el proceso, también en lo que a la escritura de ficción se refiere.
Sabiendo que los diálogos son una parte fundamental de cualquier historia, hemos desarrollado esta guía, aunque son otras las herramientas que ponemos a disposición de los escritores:
- A través de nuestra biblioteca digital los autores pueden catalogar sus obras y llegar a sus primeros lectores. Este contacto directo favorece no solo que estos compren la obra, sino también que luego le hagan llegar su feedback de escritura, tan importante para mejorar.
- También gracias a la biblioteca los autores pueden conectar entre sí, generando una asociación literaria que ayuda a crear sinergias y a encontrar apoyo y consejo en otras personas que atraviesan los mismos procesos y dificultades.
- De nada sirve escribir diálogos efectivos si el resto de elementos de la literatura no son los adecuados. Por eso, en nuestro blog ofrecemos consejos sobre otros aspectos como la escritura de un prólogo.
Conclusión: las mejores técnicas para escribir diálogos efectivos
Un buen diálogo puede hacer que un libro brille y resulte memorable.
Para que así sea y no perdernos en conversaciones aburridas u obvias entre personajes que carecen de personalidad, es importante practicar y seguir los consejos que hemos compartido en este artículo.
Entre ellos, destaca caracterizar y definir la voz de cada personaje, buscando siempre la autenticidad y la coherencia en cómo se expresan. También es crucial que el diálogo tenga algo que contar, sin resultar repetitivo, y que cumpla con una finalidad dentro de la trama.