Una de las partes más emocionantes y a la vez desafiantes de la escritura de una novela puede ser la creación y construcción de los personajes. Poder darle forma y personalidad a los protagonistas que darán vida a la obra en la que tanto tiempo llevas pensando puede resultar una tarea muy emocionante, pero para que tenga éxito requiere de tiempo y un trabajo previo.
Poder crear un imaginario de personajes con diferentes personalidades y que generen empatía, rechazo, ternura o incluso desprecio por parte del lector es todo un logro. Es por eso que queremos orientarte mejor sobre este tema y en este artículo vamos a ver detenidamente todos los aspectos y pasos a seguir para crear personajes para tu relato.
Cómo crear un personaje literario
Darle vida a un personaje no es tan fácil como ponerle un nombre y echarlo al ruedo para que comience su papel dentro de la novela. Antes de que eso pase tiene que haber un trabajo previo que, en el futuro, te evitará muchos problemas. Antes de ponerte a introducir a los personajes de tu novela, resulta de bastante utilidad plantearte una serie de pasos que desglosamos a continuación y que le darán peso y veracidad.
1. Observa tu entorno
Los mejores referentes para personajes ficticios los puedes encontrar precisamente en tu realidad cotidiana. El trabajo del escritor consiste la mayor parte del tiempo previo a escribir en observar. Poder tomar referencias de las personas, sus gestos, reacciones y diálogos pueden ser una fuente de inspiración.
Finalmente, siempre hay un poco del autor en cada personaje pero, en ocasiones, se necesita de trabajo de campo para terminar de darle forma.
2. Elige un tiempo y espacio
Hay rasgos universales para todo tipo de personajes tales como sus valores morales o sus sentimientos. Sin embargo, es imprescindible para que se convierta en un personaje adecuado y coherente que, antes de comenzar a construirlo, tengas claro en qué contexto se va a desarrollar. No es lo mismo crear un personaje de la Edad Media que uno ubicado en una época del futuro.
La forma de pensar, las aspiraciones, los modelos de conducta y su propio aspecto van a estar condicionados por el tiempo y el espacio en el que se sitúe. Este debe de ser uno de los puntos previos a tratar antes de crear los diferentes personajes.
3. Crea un conflicto
En la literatura no hay personajes buenos y personajes malos. Quizás en algunos cuentos clásicos se podía llegar a pensar pero la realidad es que hasta el más malvado de los personajes tienen matices que lo humanizan, por lo que la manera de actuar debe venir condicionada no desde una naturaleza innata del personaje, sino desde un conflicto en el que se han visto envueltos.
Hay personajes de novela que están más vivos que algunos que andan por allí.
José Saramago
Para que la novela tenga ritmo y los personajes puedan desarrollarse y enriquecerse, es importante que piensen en un conflicto central que les haga posicionarse y desde donde comenzarán a tomar forma en diferentes direcciones. Esto convertirá tu obra en una superventas.
4. Construye al personaje
Una vez que has hecho el trabajo de campo y observación, has decidido un tiempo y un espacio y has pensado en una trama, es el momento de comenzar a crear a los diferentes personajes. Más adelante profundizaremos en torno a este punto con una serie de pasos y recursos que puedes usar.
El nombre, el físico, el género, la psicología e incluso la profesión son algunos de los aspectos que debes diseñar para darle veracidad a cada uno de los personajes.
5. Adapta la personalidad y los rasgos al contexto
Uno de los últimos pasos es ponerte manos a la obra y comenzar a escribir tu novela. Es útil que antes de hacerlo puedas marcarte una línea orientativa sobre qué papel va a desempeñar cada personaje dentro de la trama, para que vayan encaminados a esa dirección.
Sin embargo, también resulta enriquecedor que, teniendo la trama, el tiempo, el espacio y los personajes diseñados, cada uno de ellos vaya desarrollándose sobre la marcha y nutriéndose de la inspiración y la intuición del autor.
Ideas para personajes
Cada autor debe tener total libertad y derecho creativo a la hora de escribir sus textos literarios. Es por eso que pueden darse novelas en las cuales solo haya 2 o 3 personajes que lleven el peso de todo el libro. Sin embargo, por norma general, en una obra suele haber muchos más personajes de los que piensas y hay que tenerlos a todos en cuenta a la hora de ponerte a escribir.
Además del protagonista y de su necesario antagonista, hay una serie de personajes que complementan y nutren la trama y merece la pena detenerse a diseñarlos para generar más veracidad, empatía, emoción y ritmo.
Protagonistas
Los protagonistas son las estrellas de la novela, los que llevan todo el peso de la trama y, de alguna manera, para los que está diseñada la novela. No tiene por qué haber solo un protagonista por cada novela. La imaginación y la intención del autor puede crear varios protagonistas, por ejemplo, en diferentes espacios temporales de la obra.
Los protagonistas son los que le dan vida a la trama y la hacen posible. Generalmente se consideran héroes, pero no siempre tiene que ser así.
Antagonistas
Para que un personaje pueda posicionarse y cimentarse con una personalidad y forma de actuar definida, siempre le hará falta su antagonista. Como la propia palabra nos muestra, los antagonistas son la parte opuesta del personaje, la otra cara de la moneda. En muchas ocasiones se ha resumido como el villano de la historia, aquel que mueve al protagonista a actuar. Sin embargo, no siempre tiene por qué ser así.
Lo más común para entenderlo, es poner ejemplos como Harry Potter y Voldemort, Batman y el Joker o Blancanieves y la Madrastra. Sin embargo, los antagonistas no tienen porqué ser malos. Únicamente deben pretender fines parecidos a los del protagonista pero actuando de forma opuesta, para generar conflicto y desarrollo.
Personajes secundarios
Para poder nutrir y apoyar tanto al protagonista como al antagonista se han diseñado los personajes secundarios. Estos no tienen tanto peso dentro de la trama pero deben tener un desarrollo igualmente premeditado. Los personajes encuendarios son los encargados de dar riqueza a la trama, generando puntos de inflexión o motivación.
Pueden ser el amor del protagonista, su ayudante, su amistad, su familia o incluso los secuaces del villano.
Personajes de tercer plano
Los últimos en discordia serían los personajes de tercer plano, mero decorado de atrezzo pero que sirven para contextualizar y dar verosimilitud. Suelen ser personajes fugaces y sin peso que no vuelven a aparecer.
Cómo construir un personaje
Como anunciamos anteriormente, a la hora de comenzar a dar forma de manera concreta a los personajes, se debe tener en cuenta una serie de pasos básicos, como si fueran diez mandamientos. Para crear verosimilitud, no se pueden dejar a la imaginación ciertos detalles e información de los personajes.
Debes darle al lector todas las herramientas para que pueda imaginarse con tu narración el mismo tipo de personaje que tú diseñaste en tu cabeza. El proceso de construir un personaje es vital y es importante que no te lo pierdas para que tus protagonistas tengan peso en la obra.
Primeros pasos de caracterización
Lo más general desde lo que partir a la hora de construir un personaje, suele ser lo mismo en lo que te fijas cuando conoces a alguien y, por lo tanto, también es lo que se preguntará el lector cuando se lo presentes. Esto es su nombre, edad, estado y género. Una idea preliminar de quien va a llevar el peso de la obra.
Edad del personaje
La edad puede ser un factor determinante a la hora de que el lector se haga una idea de quién es el personaje. No es lo mismo que se cuente una historia desde la mirada de un niño, o que el villano sea una persona adulta. La edad es una de las variedades contextuales que marcan el desarrollo de cada uno de los agente de una novela.
Oficio u ocupación del personaje
Dependiendo de a qué se dedique cada personaje, se comportará de una u otra manera. Además también servirá como motivo para poder conocer su clase social o estatus. Si describes a un hombre que trabaja en un kiosko en Sigüés, se podrá diferenciar claramente de un empresario de Wall Street simplemente por conocer el tipo de ocupación.
Nombre del personaje
Los nombres de los personajes no suelen estar elegidos al azar. En algunas ocasiones, el autor se puede tomar licencias personales para poder nombrar nombres que hacen guiños a su vida pero por lo general cada nombre está diseñado para dotar de carácter y personalidad a los personajes.
Género y orientación del personaje
Ser hombre o mujer es otro de los puntos más determinantes a la hora de desarrollar un personaje. Pero no solo se trata de un tema de biología. Para poder empatizar y que el lector se acerque a cada personaje, se debe construir y diseñar también su orientación y preferencias.
Así como en la vida real, no es lo mismo tener como protagonista a una persona cisgénero que a una persona trans, así como si es homosexual, hetero o bisexual. Cada matiz de su personalidad cuenta y orienta al lector. Incluso puede que los personajes no sean humanos, pudiendo ser animales, robots o lo que puedas imaginar.
El físico de los personajes
Aunque hay veces que muchos autores no se detienen a describir muchos detalles físicos de su personajes para darles libertad a los lectores de imaginarlos como más les gusten, lo cierto es que puede ayudar mucho dar una orientación. En muchas ocasiones, describir cómo es su cara, si son altos, bajos, su estilo de ropa, su pelo o el color de sus ojos puede ser interesante para poder reconocerlo mejor.
Al escribir una novela, un escritor debe crear personas vivas; personas no personajes. Un personaje es una caricatura.
Uno de los casos más notorios es el de Harry Potter, cuya cicatriz y gafas redondas ha hecho que todo el mundo pueda tener en su cabeza a través de un texto narrativo. De este modo, es mucho más fácil poder imaginarse una fotografía de los personajes y poder llevarlo mediante técnicas audiovisuales y de posproducción a un guión de cine.
La psicología de los personajes
A pesar de que los personajes cobran vida en el momento que se empezó a escribir de ellos, se les debe tener en cuenta como personalidades ya formadas, que han terminado siendo de la forma que son en la novela por que han tenido un desarrollo y un pasado previo. Poder desarrollar la psicología de los personajes es vital para generar empatía con el lector.
- ¿Cómo fue su pasado?
- ¿Cómo es su moral?
- ¿Siente culpa por algo que haya pasado?
- ¿Busca venganza?
- ¿Cómo fue su infancia?
Aunque no se hayan descrito con detalle cada momento vital de todos los personajes, se debe tener en cuenta en el imaginario del autor a la hora de hacerlos evolucionar en su obra. Te puedes detener a descubrir y reconocer cuales son sus sueños o su pensamiento.
Los personajes como reflejo del autor
Como habrás podido comprobar, los personajes son las construcciones del autor sobre las que recae todo el peso de la obra. De alguna manera, son los responsables de protagonizar la trama y la idea que el escritor lleva tanto tiempo dándole vueltas. Es por eso que hay una parte muy personal dentro de cada personaje, sea protagonista o no.
Si estás pensando en publicar e imprimir tu libro en español, debes estar concienciado del trabajo que ello supone y volcarse de lleno en la aventura de investigar y adentrarte en tu historia. Plataformas como Coollibri pueden serte de utilidad a la hora de autopublicarse y conseguir tener entre las manos el libro que tanto soñabas y habiendo dado vida a sus personajes.
Muy buena información, lo tendremos en cuenta para nuestra creación de personajes