Lo decía el poeta cubano José Martí y se ha convertido en uno de los hitos más perseguidos por todas las generaciones:

 

Hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro.

 

Lo cierto es que a la gente le gusta dejar huella de su paso por la vida y, si a lo largo de los años ha habido momentos que merecen la pena ser contados, no hay mejor herramienta que la escritura para poder compartirlo con el mundo. Sin embargo, a la hora de llevarlo a la practica, no es tan fácil como parece.

Escribir un libro es una de las experiencias más enriquecedoras, pero también una de las más demandantes y sacrificadas. Es por eso que, si te has animado a dar el paso y quieres escribir tu propio libro, te vamos a dejar una sencilla guía para principiantes para que este camino que quieres empezar sea un poco más ágil y sencillo y dentro de poco puedas tener al fin tu libro entre las manos.

 

Antes de escribir un libro, planifica y organiza tus ideas

A la hora de comenzar a escribir un libro se plantea una enorme pregunta: «¿De qué voy a escribir?». Uno de los principales problemas que se plantean es la cantidad de información que el escritor puede tener en su cabeza sin saber darle salida. En este momento, se debe dejar a un lado el teclado y, en lugar de comenzar a escribir sin rumbo, organizar bien la información y definir lo que se quiere alcanzar.

Para ello, es muy importante seguir una serie de pasos y dejar listo, a modo de esquema, cuál será el guión del libro. Desde el tema principal hasta el desenlace, pasando por la elección de personajes y el tono narrativo. Todo cuenta para que, a la hora de ponerse a escribir, la ruta ya esté marcada y la elaboración del libro vaya por un camino seguro.

 

Antes de escribir un libro, planifica y organiza tus ideas
Antes de escribir un libro, planifica y organiza tus ideas

 

Puede ser una novela histórica sobre la época cisterciense, una policíaca que transcurre en Las Vegas o un ensayo sobre el cambio climático y la sequía. Da igual cuál sea el escenario, los pasos a seguir para poder escribir la historia que está en tu cabeza son los mismos.

 

Elije el tema para escribir un libro

La gente que decide escribir un libro lo hace porque siente la necesidad de dejar por escrito todas las historias que ha vivido o que le han apasionado a lo largo de su vida. Da igual que se trate de un libro de arquitectura o de una novela autobiográfica. Cuando la inspiración llega, no hay mejor forma de darle salida que poniéndose a presionar las letras del teclado.

Sin embargo, la clave del éxito está en darse el tiempo necesario para madurar las ideas. Es normal que lo que un día parecía la próxima novela de J. K. Rowling, al día siguiente diera la sensación de ser una idea sin forma. La inspiración y la seguridad va y viene y por eso es importante pararse a pensar qué se quiere contar exactamente.

Cuál es el tema en específico que se quiere contar, cómo ha surgido y qué valor tiene para la literatura. Una vez que se tenga claro, solo habrá que ponerse manos a la obra a dar forma y consistencia a esa historia.

Infórmate y documéntate

Una vez que se haya dejado claro el argumento del libro, el siguiente paso es realizar el trabajo de campo. Investigar y documentarse sobre el tema del que se va a escribir es fundamental para poder hablar con base y fundamento.

 

Infórmate y documéntate
Infórmate y documéntate

 

Si se va a escribir sobre otra época, hay que empaparse de novelas y ensayos históricos. Si se va a escribir sobre un periodo o movimiento, se deben conocer minuciosamente la teoría y las bases. Cuando más tiempo se dedique a este paso, mayor veracidad llegará a tener el libro.

Define la estructura

Con la idea y el trabajo de campo hecho, ya solo quedaría definir los aspectos más técnicos dentro del arte de la escritura. La estructura va a ser la que organice y dé forma a toda la historia que se va a contar.

De la estructura depende, en buena parte, el ritmo del libro y permitirá controlar el tiempo y el torrente de información. Dentro de la estructura, entra el diseño de los capítulos, la extensión del libro y número de páginas, dos factores que conviene pensar de ante mano. 

Crea a los personajes

Otro de los factores fundamentales son los personajes, los protagonistas de la historia. A pesar de que será a lo largo del proceso cómo cada uno de ellos adquiera una personalidad propia, es interesante enumerar de antemano los personajes que aparecerán; qué función tendrán dentro de la historia y cuál será su trayectoria.

 

Los personajes no deben aparecer como fantasmas sino como realidades creadas, construcciones inmutables de la fantasía: más reales y más consistentes, en definitiva, que la voluble naturalidad de los actores. Luigi Pirandello

 

Es importante que, más allá de su leitmotiv, cada uno cumpla con un papel de protagonista, antagonista y secundarios, para darle peso a la narración.

Concreta el estilo narrativo

Suele pasar que, cuando se empieza a escribir un texto, la imaginación y la creatividad comienzan a hacer su trabajo, pero, al no tener una hoja de ruta, el estilo narrativo no llega a ser claro. Es por eso valioso fijar desde el principio en qué tono se va a querer hablar, para qué tipo de lector está orientado y en qué tiempo y persona se va a contar la historia. De esta manera, evitaremos cambiar de voz y estilo narrativo y adaptaremos nuestra creatividad a la estructura que hemos fijado.

 

Comienza a escribir un libro

Aquí comienza el trabajo de verdad. Después de haber fijado las bases del futuro libro, comienza la etapa más exigente; ponerse a escribir. Como si de un contrato se tratara, se debe sacar la motivación para comprometerse a escribir todos los días y ser constante.

No existe ningún truco ni

Comienza a escribir un libro
Comienza a escribir un libro

fórmula mágica. La práctica hace al maestro y aunque haya días que no salga nada relevante, se debe mantener el hábito y ser objetivo con uno mismo.

Hay gente capaz de dedicar jornadas de ocho horas a escribir. Sin embargo, el ritmo lo debe de ir marcando cada persona conforme a sus objetivos y circunstancias. La constancia es importante, ya que ayuda a no desconectar de la historia. Aun así, se debe asumir que la escritura es un proceso lento y hay que tener paciencia.

 

 

 

Una de las mejores técnicas es crear una rutina, de tal manera que se convierta en un trabajo semanal con objetivos y retos. Lo recomendable es poder escribir de lunes a viernes una media de 4 horas diarias. De este modo, al cabo de unas cuantas semanas, el futuro libro estará siempre presente y costará muy poco retomarlo de un día para otro.

De vez en cuando, se debe dedicar el tiempo de releer todo lo escrito para comprobar qué tono va adquiriendo el texto y para ir corrigiendo posibles problemas de coherencia y tiempos narrativos.

 

Edita tu libro y enséñaselo al mundo

Escribir un libro es como dar a luz una creación que se ha tenido dando vueltas durante mucho tiempo en la cabeza. Es por eso que muchas veces cuestas ser objetivo y hay que buscar una mirada externa para que pueda no solo juzgar y valorar la obra, sino dar las correcciones oportunas. Para ello, existen correctores y editores profesionales que te darán un punto de vista diferente.

 

La importancia de la corrección de textos para escribir un libro

Puede que la obra que se escribe se pueda considerar como una perfecta melodía mientras se hace. Pero la realidad es que son millones las personas que quieren publicar sus textos y hay una ligera línea que limita un buen libro de un libro del montón. Es por eso que, una vez que el texto está terminado, es recomendable que pase a las manos de un experto que realice dos tipos de lectura:

 

    • Corrección ortográfica: destinada a eliminar problemas de puntuación, ortográfica y concordancia.
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Este paso es muy importante a la hora de finalizar un libro. A pesar de que el arte es algo subjetivo, hay profesionales que se han especializado en la edición de libros y conocen a la perfección las claves para conseguir que un texto sea de calidad y tenga éxito.

Hoy en día también son muy conocidos los escritores fantasmas, gente que escribe por encargo de manera anónima. Sin embargo, el poder crear una obra de cero genera mucha más satisfacción.

 

Una vez que se tenga el manuscrito en las manos, comenzará todo el trabajo de marketing y promoción. Es el momento de descolgar teléfonos y mandar correos electrónicos para dar a conocer la obra.

 

el trabajo de marketing y promoción
el trabajo de marketing y promoción

 

Suele ser una de las etapas más tediosas para todos los escritores pero, afortunadamente, existen plataformas y profesionales destinados a hacer esta labor más amena.

 

Optar por la autoedición

Los libros no siempre tienen que ser con fines comerciales de éxito ni fenómenos de ventas. Mucha gente lo hace por el placer de tener entre sus manos la obra de su vida. Es por eso que, en la actualidad, existen multitud de blogs o plataformas, como Amazon, donde se puede autopublicar un libro sin mayor complicación.

También hay plataformas, como Coollibri, donde de manera rápida y sencilla se puede conseguir tener tu propio libro en casa, convirtiéndose en un perfecto regalo para la familia, por ejemplo, para la fiesta de Navidad.

 

Escribir un libro es un proceso lento pero enriquecedor

El gusanillo de la escritura es algo que suele aparecer en mucha gente. La necesidad contar una historia o dejar por escrito sus vivencias se convierte en una experiencia muy gratificante. A pesar de ser un proceso que requiere de tiempo y compromiso, finalmente la esencia merece la pena.

Centrándose en cada uno de los pasos y poniéndole empeño y dedicación, se puede conseguir unos estupendos resultados. Solo se necesita:

 

  • Tiempo y paciencia

 

  • Planificación y estructura

 

  • Constancia y motivación

 

  • Una idea que merezca la pena ser contada.

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