Los libros tienen el poder de transformar vidas, especialmente cuando se escriben con ese objetivo. Así, muchos psicólogos y coach se enfrentan a la difícil, pero gratificante, tarea de escribir un libro de autoayuda efectivo.
A través de ejemplos, consejos, experiencias personales y, sobre todo, mucha empatía y capacidad de conexión emocional, los escritores de libros de autoayuda utilizan sus palabras para cambiar la perspectiva de sus lectores.
Si sientes que ese es precisamente el objetivo de tu escritura y quieres dejar impresa tu guía para un cambio personal, quédate a leer nuestro artículo sobre cómo escribir un libro de autoayuda efectivo.
Fundamentos de un libro de autoayuda efectivo
Parece lógico empezar este artículo definiendo brevemente qué es un libro de autoayuda. En pocas (y entendibles) palabras, diríamos que estos libros tienen la intención de solucionar problemas personales.
Por supuesto, no pretenden ser una fórmula mágica o una medicina, sino más bien abrir la puerta a la reflexión, a la experiencia compartida y al crecimiento personal.
Dentro de este nicho literario, podemos encontrar diferentes subgéneros. Así, hay libros de autoayuda más centrados en lo emocional, otros dirigidos a emprendedores y otros que ponen el foco en la superación.
Tener claro ese para qué y para quién es el primer paso para escribir un libro de autoayuda efectivo.
Definir los objetivos del libro de autoayuda
¿Para qué quieres escribir un libro de autoayuda? Puede ser para ayudar a que las personas puedan sentirse mejor a nivel emocional, o para que hagan su rutina más efectiva. Ejemplo de uno y otro “para qué” los tenemos en Cómo hacer que te pasen cosas buenas de Marian Rojas Estapé, y en El club de las 5 de la mañana de Robin Sharma.
Pero lo importante no es el objetivo de otros, sino el tuyo. Un objetivo que tiene que ver con aquello que conoces y sobre lo que sabes y puedes hablar.
Por lo tanto, el primer consejo que podemos darte para escribir un libro de autoayuda efectivo es compartir aquello en lo que eres experto. La seguridad que aporta el conocimiento mejorará la eficiencia de lo escrito.
Más allá de eso, estos son otras recomendaciones para encontrar el objetivo de tu libro:
- Busca una mayor concreción: quizá tu idea inicial es escribir sobre cómo ser mejor persona o cómo ser más productivo. Sin embargo, esto es muy general y tampoco jugará a tu favor a la hora de presentar tu libro como único y diferente. Algo más concreto sería escribir sobre cómo vencer creencias limitantes o cómo aprovechar dos horas más al día.
- Enuncia el objetivo como tal: en lugar de como una idea o argumento, plantea el objetivo de forma correcta tipo “10 consejos para ahorrar tiempo y ganarles dos horas al día”. Esto no es solo un buen título, sino que te servirá como guía al escribir, evitando que divagues.
- Encuentra el problema que quieres solucionar: como puede ser el cansancio o la frustración por no llegar a todo. Tener claro lo que tu libro debe resolver será clave a la hora de elegir ejemplos prácticos y también de enfocar tus explicaciones.
El conocimiento del público objetivo
Muy relacionado con la claridad de los objetivos es conocer a quiénes serán tus lectores. Es evidente que no puedes saber nombres y apellidos de todos ellos, pero sí algunos rasgos demográficos y los factores que les conducirán a tu libro.
Si cierras los ojos e imaginas a una persona sosteniendo un ejemplar de tu libro, leyéndolo, emocionándose con él y sintiéndose comprendida y ayudada, ¿cómo es esa persona? ¿Es una mujer? ¿Joven o mayor? ¿A qué se dedica? ¿Cómo es su día a día?
Estas preguntas te deberán llevar a respuestas que indiquen:
- Cuál es la demografía, pues no es lo mismo una mujer joven en busca de su primer trabajo que una madre primeriza. Sea cual sea el tema de tu libro de autoayuda, entender cómo es el día a día de tu lector y en qué momento vital se encuentra, puede guiarte en aspectos como la estructura y longitud de los capítulos o sobre qué tipo de ejemplos utilizar para potenciar la conexión.
- Cuál es el problema de la persona, que será aquel que tu libro tiene el objetivo de resolver o mejorar. No obstante, viene bien entender cómo esa persona siente el problema o la situación que atraviesa. ¿Lo hace con desesperación? ¿Con decisión de cambiarlo? Sabiéndolo podrás escribir el libro con un tono más emocional, más irónico, más directo, etc.
- Qué suele leer y qué ha leído ya. Libros de autoayuda hay muchos, y sobre muchos temas. Algunos tratarán prácticamente de lo mismo que el tuyo, así que para aportar algo distinto y realmente cambiar la vida de tu lector, sin que sienta que está leyendo lo mismo una y otra vez, evalúa qué sabe ya y que le puedes enseñar tú.
- Qué necesita, que no es lo mismo que cuál es su problema. Porque cuál es su problema ya lo hemos definido. En este caso, lo que nos importan son los retos, desafíos y baches que le impiden avanzar en algún aspecto de su vida. Quizá necesita ejercicios prácticos o narrativas motivadoras que tomar como ejemplo. Ese es, por lo tanto, el enfoque que debes dar a tu libro.
Estructura y contenidos clave al escribir un libro de autoayuda efectivo
Con un objetivo y un lector en mente, ya solo queda enfrentarse al papel y plasmar en él todo lo que tienes que decir, que seguro que es mucho.
Como es lógico, todo tiene que tener un comienzo y, al igual que una novela, un desarrollo o nudo y un desenlace. En la literatura de autoayuda esta estructura de libro clásica suele tomar forma de aprendizaje, el cual comienza por un problema y evoluciona hacia una solución final a través de ejemplos, consejos y explicaciones.
Cómo organizar el contenido de manera lógica y progresiva
La progresión es fundamental a la hora de escribir un libro de autoayuda. No podemos olvidar que el lector comienza con un problema y que debe ser, capítulo a capítulo, página a página, que le ayudemos a caminar hacia la solución.
En consecuencia, es importante cogerles de la mano a través de una estructura clara y que realmente acompañe. Para que así sea, es recomendable seguir una serie de directrices:
- Establece un esquema general con los temas que querrás tratar. Volviendo al ejemplo de la productividad, los bloques generales de contenido podrían ser: dónde perdemos tiempo habitualmente, cómo dejar de perder tiempo, cómo aprovechar ese tiempo ganado.
- En un esquema más concreto, empieza a esbozar los capítulos, especificando qué tratarás en cada uno. Un buen modo de hacerlo es asignar a cada capítulo una pregunta que quieres contestar en él.
- Para cada capítulo, además de su pregunta y respuesta, coloca los ejemplos, anécdotas inspiradoras, ejercicios prácticos o referencias científicas que quieres incluir.
Por supuesto, este esquema que va de más y menos siempre debe ser lógico. Los primeros capítulos serán más introductorios y sentarán las bases, para que los siguientes sean más complejos y profundicen en los problemas y sus soluciones.
Si tienes miedo de cometer un error a nivel estructura e introducir algo demasiado rápido, hazte siempre una pregunta: ¿qué necesito saber para comprender esta idea? En el ejemplo del libro de autoayuda sobre productividad, ese conocimiento previo comprender cómo funciona un sistema de organización tipo Pomodoro. En ese caso, recuerda que antes debes introducir un capítulo explicativo.
Por qué incluir ejercicios y ejemplos para escribir un libro de autoayuda
Quien acude a un libro de autoayuda lo hace para encontrar respuestas, no más preguntas o dudas sobre cómo proceder o cómo mejorar o resolver aquello que le preocupa.
Es por esta razón que un libro de autoayuda efectivo debe estar cargado de ejercicios y casos prácticos.
Piensa en cómo entendiste tú la importancia de lo que ahora escribes. Posiblemente, porque aplicaste lo aprendido a nivel teórico y valoraste su capacidad de transformación de vidas. Ahora eres tú quien debe tender la mano a tu lector y no dejarle solo palabras, sino acciones.
¿Cómo hacerlo?
- Piensa un ejemplo para cada explicación. Habrá ideas que desarrolles en el libro que para ti estén totalmente probadas y no haya dudas sobre su efectividad y veracidad. Pero para tu lector sí las habrá. Por eso, a través de tu experiencia personal o de otras personas a las que has ayudado, ejemplifica lo expuesto.
- No propongas solo ejercicios, sino planes. No es suficiente con un “levántate una hora antes”, sino que tu lector necesita que le guíes con prácticas más accesibles tipo “adelanta tu despertador cinco minutos cada semana”.
- Utiliza los ejercicios como retos, lo que mejorará la conexión y el compromiso del lector, pues querrá aceptar y superar los retos y, además, comprobará de primera mano por qué lo que le cuentas realmente le ayuda.
- Incluye preguntas para reflexionar y hacer un seguimiento de los ejercicios, de modo que estos no se queden en una actividad o unos deberes. Estas preguntas reflexivas ayudarán a poner en valor los ejercicios.
- Utiliza elementos como ilustraciones, gráficos, tablas, listas de verificación, etc. Cuando sugieras un ejercicio. El hecho de que la propia presentación sea dinámica, animará al lector.
Persuasión y empatía en la escritura de un libro de autoayuda
Cuando un lector llega a un libro de autoayuda lo hace buscando consejo, pero también apoyo y ese “empujoncito” que le anime a cambiar.
Por lo tanto, para escribir un libro de autoayuda efectivo hay que encontrar ese estilo único y esa voz que logren abrazar y guiar a quien lo necesita.
En este sentido, además de unos contenidos que aporten, tal y como hemos visto, es fundamental una escritura empática y persuasiva. Es decir, una escritura que comprenda y convenza.
Técnicas para conectar emocionalmente con el lector
Si te has propuesto escribir un libro de autoayuda, debes saber que tienes una gran responsabilidad, y que esta va más allá de presentar datos verídicos y ejemplos ilustrativos.
Quien llegue a tu libro lo hará con dudas, pero en el fondo con ganas de que realmente le ayude, por lo que conectar emocionalmente con ese lector es clave.
Estas son algunas maneras de hacerlo:
- No acudas a un narrador en tercera persona. Si te fijas, la gran mayoría de libros de autoayuda se escriben en primera persona, ya que esta resulta más cercana. Una tercera persona puede percibirse como más objetiva, pero, en este caso, es mejor priorizar la conexión emocional y buscar la objetividad (y persuasión) a través de la presentación de datos y ejemplos.
- Usa un tono conversacional en el que incluyas preguntas y te dirijas directamente al lector (por ejemplo, frases como “seguro que te ha pasado esto” o “¿no crees que tengo razón?”).
- Muestra empatía desde el comienzo. Aunque tú hayas resuelto el problema que tus lectores tienen (o sepas cómo hacerlo), no hables desde la superioridad, sino reconociendo su situación y mostrando comprensión.
- Utiliza palabras y expresiones sencillas, sobre todo a la hora de presentar datos o establecer planes de acción. Esto hará que tus lectores no se alejen de ti o te vean como un “profesor” en lugar de como un “amigo”.
- Incluye tus propias opiniones y autorreflexiones, para que se perciba que tú también tienes y has tenido tus retos y cuestionamientos.
- Sé realista y no caigas en el idealismo, porque esa perspectiva de “todo va a salir bien” o “todo depende de la actitud” funciona para diseñar una taza de desayuno, pero se ve como “falsa”.
Por último, una gran manera de conectar y también de persuadir es contar experiencias reales, sobre todo si son personales.
El uso de historias personales y reales
Al escribir un libro de autoayuda efectivo siempre hay que incluir experiencias personales. Estas pueden ser tuyas o de otras personas (por ejemplo, de quienes ya han aplicado tus consejos o de celebridades que sirven de inspiración).
¿La razón? Que esas historias, presentadas “de tú a tú”, generan una conexión emocional. Además, persuaden y convencen porque, si otros han podido, tú también. Ese doble mensaje es el que se consigue transmitir cuando se incluyen:
- Experiencias personales del autor, que además te humanizarán y te acercarán a tu audiencia.
- Testimonios de otros lectores o clientes, que te otorgarán credibilidad y reputación.
- Anécdotas inspiradoras de personas famosas, ya que suelen sorprender e impresionar más.
Una acción y cambio personal duradero
El objetivo de tu libro de autoayuda es tener un impacto positivo en la vida de quien lo lea. Esto implica resolver aquello que antes le perturbaba, como no tener tiempo o sentir que no gestionaba sus emociones.
Sin embargo, todos sabemos que a veces esas mejoras son temporales y que es fácil volver a la rutina anterior. ¿Cómo evitar que esto les ocurra a tus lectores y que su cambio no solo sea efectivo, sino duradero?
La importancia de proporcionar consejos claros, aplicables y estables
Esto es algo que llevamos recordando durante todo el artículo, pero nunca está de más incidir en ello otra vez.
Un libro de autoayuda no se puede convertir en un manual de psicología para profesionales lleno de datos sobre diagnósticos y tratamiento.
Quienes tomen tu libro en sus manos querrán no tanto una solución rápida, sino una guía práctica, entendible y que les permita accionar un mejoramiento personal.
En definitiva, no olvides:
- Incluir ejemplos.
- Establecer un paso a paso para cada acción que propongas.
- Priorizar siempre la claridad de los objetivos y que estos generen motivación, no frustración.
- Ser directo, utilizando llamadas a la acción concisas (“empieza a despertarte antes”), no preguntas del tipo “¿te apetece probar a despertarte antes?”.
- Compartir consejos para mantener esos cambios y empezar a verlos como rutinas.
¿Cómo ayudar a mantener los cambios?
Al finalizar de escribir tu libro de autoayuda efectivo, lo más probable es que el lector haya hecho lo que le has sugerido y esto haya supuesto una transformación de su vida.
¿Cómo mantener esos cambios y seguir en el camino del desarrollo personal? Además de incluir consejos concretos como el de mantener un hábito durante 21 días o no dejar que “un mal día” o “un error” (por ejemplo, volver a fumar un cigarro tras haberlo dejado) destroce todo lo avanzado, hay otras herramientas que puedes utilizar:
- Invita a tus lectores a seguirte en redes sociales, en tu newsletter o en tu web, donde puedes compartir más consejos.
- Crea una comunidad a la que pueda unirse quien quiera para compartir sus logros, sus cambios y también los retos que tendrá que seguir enfrentando. Esta es una gran idea para favorecer la influencia positiva entre personas que necesitan ese apoyo y motivación.
- Si ofreces servicios como terapia o algún otro tipo de acompañamiento, añade la información pertinente al final del libro (e incluso algún descuento para otros libros que tengas).
- Incluye recursos de autoayuda adicionales, como descargables para hacer un tracking de hábitos o para poner en práctica alguna actividad de las que has recomendado.
- Además de haber referenciado los datos y estudios dentro del libro, al final puedes añadir una bibliografía completa de otros libros, artículos, podcasts o incluso cuentas de Instagram que recomiendas y que están relacionadas con lo escrito en tu libro.
Una guía de crecimiento personal: últimos consejos
El desarrollo personal es un tema en auge y para verificarlo solo hay que echar un vistazo a los numerosos lanzamientos dentro de la literatura de autoayuda.
Sin embargo, escribir un libro de autoayuda efectivo y que realmente conecte con su público no es tan sencillo como exponer datos y dar consejos.
Ni los datos ni los consejos funcionan por sí solos, sino que es necesario definir una estructura de libro que facilite la consecución de objetivos y que sea motivadora.
Por supuesto, tampoco se logra la transformación de vidas si no hay empatía a la hora de compartir el conocimiento. Es por ello que los autores de autoayuda escriben desde el “yo” y dirigiéndose a un “tú” al que quieren acompañar, apoyar y cambiar.