La divulgación científica es un deber y una necesidad. Tras ella, se encuentran investigadores que se convierten en autores para escribir un libro de ciencia o tecnología.

Como es lógico, la escritura científica supone un gran reto y, sobre todo, una gran responsabilidad. Esto se explica por el impacto social de la ciencia. Los descubrimientos y avances tecnológicos deberían llegar a todas las personas, incluso a aquellas que no tienen un conocimiento experto o un interés profesional por ellos. 

Es en este punto, en la comunicación de la ciencia desde un punto pedagógico y divulgativo, en el que vamos a centrarnos.

 

¿Qué caracteriza a un buen libro de ciencia o tecnología?

Un libro de tecnología o ciencia es un libro técnico, pero con un carácter divulgativo. Siendo así, tiene una serie de características identificativas que le aportan estructura y, sobre todo, una finalidad. 

La verdadera ciencia enseña, por encima de todo, a dudar y a ser ignorante - coollibri.es
La verdadera ciencia enseña, por encima de todo, a dudar y a ser ignorante – coollibri.es

 

Las características de los libros científicos

A lo largo de la historia de la ciencia, la manera de escribir sobre ella ha cambiado mucho. Muchos apuntan a que Galileo Galilei fue el primer gran divulgador, utilizando elementos narrativos y diálogos bien construidos para acercar la ciencia y su innovación al público general. 

Sin embargo, el siglo XVIII y la Ilustración francesa marcaron un antes y un después gracias a autores como Diderot o Buffon. Más tarde, llegaría Charles Darwin en el siglo XIX. Ya en los siglos XX y XXI, destacan Carl Sagan, autor de Cosmos, Stephen Hawking o, en España, Jorge Wagensberg. Actualmente, la divulgación científica ya no solo se queda en libros, sino también en proyectos audiovisuales como The Mind Explained.

A pesar de la evolución, hay algunos rasgos que se han mantenido constantes para hacer la ciencia básica y accesible:

  • Un tono divulgativo para lograr la comprensión y la transmisión de conocimiento e ideas. Entender la ciencia es un derecho, y para garantizarlo se necesita, por supuesto, investigar, pero también divulgar sobre ella de una manera sencilla y entendible para todo el mundo. Así, al escribir un libro de ciencia o tecnología hay que tener muy claro para quién y para qué escribes.

 

  • Convierten lo difícil en algo sencillo, utilizando para ello elementos que no son propios de un ensayo científico, como pueden ser relatos, recursos multimedia o personajes.

 

  • El uso de la primera persona del plural (nosotros/as) o la segunda persona (tú), en lugar de otras formas gramaticales como la pasiva, común en textos científicos no divulgativos. De esta manera, se potencia la conexión con los lectores, involucrándolos en lo que se está contando y no simplemente contándoselo.

 

  • Hacen preguntas y dan respuestas, pero siempre potenciando el pensamiento crítico para que el lector se sienta interpelado, se cuestione el mundo y vaya formando sus propias conclusiones.

 

  • Tienen un especial interés por la ciencia aplicada. No se trata solo de explicar cómo funciona la red 5G, sino de razonar cómo ella es clave para resolver problemas prácticos y desarrollar tecnologías y aplicaciones en el mundo real.

 

¿Cómo escribir un libro de divulgación científica?

La divulgación, como decíamos, es todo un reto. Quienes se lanzan a escribir un libro de ciencia o tecnología deben quitarse el sombrero de investigadores y especialistas en un campo, para ponerse el de divulgadores.

En lugar de escribir con tecnicismos y apoyándose en gráficos fácilmente entendibles dentro de un ámbito y entre sus colegas, deben apoyarse en otros recursos con los que quizá no están tan familiarizados. Es por ello que la divulgación científica se ha convertido en un nicho literario por sí solo y hay científicos que se especializan en ella. 

No es fácil volcar todo el conocimiento detallado y profundo en un texto que debe ser sencillo, pero sin por ello caer en una falta de significado e ideas. 

Si te encuentras ante estas cuestiones y no sabes cómo abordarlas, vamos a darte el paso a paso, y algunas claves importantes, para triunfar dentro de la pedagogía científica.

¿Cómo escribir un libro de divulgación científica - coollibri.es
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Recursos para investigar y documentarte

Hacer de un ensayo científico algo accesible no quiere decir que pueda obviarse la investigación y el desarrollo de referencias bibliográficas y datos verificables

La ética científica implica buscar fuentes fiables y no presentar datos improbables o no probados como verdaderos. Tampoco, con la excusa de simplificar, se puede olvidar la neutralidad o el método científico. Los lectores, aunque necesiten apoyarse en relatos o en un lenguaje accesible, merecen que la transmisión de conocimiento e ideas tenga validez.

Es muy probable que las cuestiones que quieres explicar para ti sean saberes totalmente integrados que comprendiste en su momento y que ahora ya “sabes”. Es el momento de volver a esos momentos de aprendizaje y comprensión.

Como divulgador no repites información, sino que traduces conocimiento especializado al lenguaje común sin perder rigor. Antes de escribir, asegúrate de haber comprendido el tema al nivel suficiente como para explicarlo con tus propias palabras. Si no puedes contarlo en una frase sencilla, aún no lo dominas.

Ahora bien, ¿dónde investigar?

  • Acude a las fuentes a las que siempre acudes, como artículos académicos y papers, pero fíjate sobre todo en los apartados de introducción y conclusión, donde los tecnicismos se abandonan y se va “al grano”. 
  • Consulta revistas y medios de divulgación, como son Scientific American, Muy Interesante o National Geographic. Su tono y enfoque te inspirarán. Otra idea es ver TED Talks y TED Eventos sobre ciencia. Al ser conferencias habladas, los ponentes utilizan un lenguaje sencillo y recursos como metáforas, así que puedes aprender mucho de ellos.
  • Revisa documentos institucionales y fuentes abiertas de lugares como la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), NASA, MIT o la Semana de la Ciencia. Además de informes especializados, hacen una gran labor de divulgación.

Por último, organiza, valida y contrasta todos los datos en un cuaderno de notas, siguiendo la misma metodología científica que seguirías para cualquier ensayo. Ve marcando ideas interesantes que surjan, como el uso de alguna metáfora o analogía. Si puedes, busca la colaboración con expertos que ya trabajen en divulgación.

 

Elegir tu enfoque explicativo, narrativo o especulativo al escribir un libro de ciencia o tecnología

Ya hemos aclarado que al escribir un libro de ciencia o tecnología se adopta un estilo divulgativo, pues se busca transmitir conocimiento de una manera accesible para el público no experto.

Sin embargo, dentro de este estilo, se puede utilizar un enfoque explicativo, narrativo o especulativo:

  • Enfoque explicativo: podríamos definirlo como “claridad ante todo”, ya que es un enfoque que trata de desmenuzar conceptos complejos y hacerlos comprensibles, yendo para ello paso a paso y poco a poco. Es el más cercano al tono docente o didáctico de un libro de texto, pero bien trabajado puede ser aún más ameno. El objetivo es que el lector termine el capítulo con la sensación de haber entendido algo nuevo y real. Para ello, la información se estructura con lógica progresiva: qué es, cómo funciona, por qué es importante. Se usan ejemplos, analogías visuales y comparaciones con experiencias cotidianas. Dos grandes ejemplos son Breve historia del tiempo, de Stephen Hawking, y El universo, de Isaac Asimov.

 

  • Enfoque narrativo: a través de la narrativa expositiva la ciencia se cuenta como si fuese una historia. En cualquier caso, con este enfoque el conocimiento se transmite a través del relato. Es común en biografías de científicos, donde se hacen crónicas de sus descubrimientos, como hace Bill Bryson en Una breve historia de casi todo. Lógicamente, se utilizan recursos narrativos (personajes, conflicto, ritmo, voz) para conectar emocionalmente con el lector. Es un enfoque ideal para libros de divulgación que quieren inspirar o generar empatía, o para temas donde el factor humano es clave (ecología, medicina, exploración espacial). En Los innovadores, Walter Isaacson narra cómo nació la era digital a través de sus protagonistas.

 

  • Enfoque especulativo: combina divulgación con imaginación y pensamiento crítico. Explora hipótesis, escenarios futuros o dilemas científicos todavía abiertos. No se trata de inventar sin base, sino de plantear preguntas sobre hacia dónde podrían llevarnos los avances actuales. De nuevo, no llega a ser una distopía, aunque sí parte de hechos y teorías reales, lo único que proyectándolas hacia el futuro y cuestionando sus implicaciones éticas y sociales. Se recomienda para tratar temas éticos como biotecnología, robótica o inteligencia artificial. Un buen ejemplo sería Homo Deus, de Yuval Noah Harari.

 

 

Claves para hacer comprensible lo complejo: ejemplos y analogías efectivas

Aplicar la ciencia a la vida y explicarla a través de ejemplos cotidianos es la clave del éxito para escribir un libro de ciencia o tecnología. 

Piensa en cómo Isaac Newton descubrió la gravedad. Se le cayó una manzana y reflexionó sobre ello. En la actualidad, esta anécdota sigue siendo la mejor imagen para explicar la fuerza de la gravedad a niños de primaria. 

También las analogías y metáforas explicativas son de gran ayuda. Por ejemplo, en lugar de decir que el ADN es una molécula que contiene la información genética para el desarrollo y funcionamiento de todos los organismos vivos, podemos asimilarlo a una biblioteca. Cada libro de esa biblioteca representa un gen, y las letras de sus páginas son las bases nitrogenadas. Cuando el cuerpo necesita fabricar una proteína, es como si un bibliotecario abriera el libro exacto y copiara las instrucciones necesarias para construirla. Si una letra se cambia por error, la receta puede salir mal, igual que cuando una palabra mal escrita altera el sentido de una frase.

En cuanto a su estructura, en lugar de explicar que se organiza en una estructura de doble hélice, explica que es similar a una escalera de caracol, con escalones formados por pares de bases nitrogenadas (A con T, y G con C) y “barandillas” compuestas por azúcares y grupos fosfato.

No tengas miedo de desafiar las normas del lenguaje científico. En su libro Stiff, Mary Roach utiliza incluso bromas para explicar la ciencia forense.

Igual que en otros campos, como el marketing, contar historias funciona, el storytelling en ciencia es también una herramienta poderosísima. Para encontrar las adecuadas, acude a algunas que ya existan (siempre citando a sus autores) o crea las tuyas propias, pensando en cómo te hubiese gustado que te las explicasen o cómo se las explicarías tú a un niño.

 

Rigor científico vs. accesibilidad: evitar tecnicismos innecesarios

Si al escribir un libro de ciencia o tecnología quieres despertar la curiosidad de los lectores (sobre todo si son niños), ya te adelantamos que no lo harás con tecnicismos.

Cierto es que algunos términos son imprescindibles, pero todos entendemos la diferencia entre usar el vocabulario correcto y ocultar el mensaje bajo una maraña de palabras difíciles

Necesitarás algunos tecnicismos, eso está claro, pero una cosa es la precisión terminológica y llamar a las cosas por su nombre, y otra usar palabras complejas que requieren largas explicaciones y no son necesarias. 

Por ejemplo, al explicar la Teoría de la Relatividad, no es necesario hablar de “conjuntos acronales”, del “Puente de Einstein-Rosen” o de la “planitud asintótica”. No se trata de omitirlos, porque son conceptos reales y relevantes, pero pueden mencionarse con un lenguaje accesible, contextualizándolos sin exigir al lector una base académica.

Esta búsqueda de claridad conceptual, que a veces parece reñida con el rigor científico, es un gran quebradero de cabeza. Sin embargo, ambos (claridad y rigor) se necesitan y se combinan.

 

¿Cómo organizar la estructura de tu libro de divulgación?

Además de aprender cómo escribir un libro de ciencia o tecnología, debes aprender cómo estructurarlo.

El primer consejo es crear un esquema temático en el que anotes los conceptos principales y los secundarios, y cómo estos se relacionan entre sí. De esta manera, podrás seguir el guion a la hora de presentar las ideas en el texto final.

La ciencia siempre vale la pena, porque sus descubrimientos, tarde o temprano, siempre se aplican. - coollibri.es
La ciencia siempre vale la pena, porque sus descubrimientos, tarde o temprano, siempre se aplican. – coollibri.es

 

 

Partes fundamentales en un libro de ciencia o tecnología

Tu libro debe seguir una estructura lógica en la que nada se dé por sabido y en la que las ideas se relacionen entre sí, creando una relación de causa y efecto que explique y demuestre.

Para ello, hay algunas partes y elementos que no deberían faltar:

  • Estructura por capítulos: en lugar del clásico plan de introducción, marco teórico, metodología, análisis y conclusiones, crea capítulos. Estos recuerdan más a la narración tradicional y hacen que la lectura sea más dinámica y no tan abrumadora.

 

 

  • Casos de estudio: de nuevo, la ciencia aplicada resulta más comprensible, por eso, al escribir un libro de ciencia o tecnología, no deberían faltar los casos de estudio que ejemplifiquen y hagan reales conceptos complejos.

 

  • Imágenes, infografías y gráficos informativos: buscando que estos tengan un estilo divulgativo, algo que se consigue con colores (evitando el blanco y negro de un paper académico) y utilizando recursos como ilustraciones en lugar de una imagen de microscopio en la que un ojo no entrenado no verá nada. La visualización de datos debe ser clara en sí misma. Una tabla no será entendible para un lector “común” si esta no se explica o si no es atractiva. 

 

  • Glosario técnico: aunque evites tecnicismos, alguno deberás incluir. Para que no se conviertan en baches para la transmisión de ideas, incluye un glosario al final del libro. El lector podrá acudir a él siempre que necesite alguna aclaración, y en él deberá encontrar definiciones con un lenguaje sencillo y con un uso inteligente de metáforas y analogías.

 

Consejos para autopublicar divulgación científica

Cuando hayas terminado de escribir un libro de ciencia y tecnología, lo lógico es que quieras publicarlo. Al fin y al cabo, el objetivo siempre ha sido transmitir ese conocimiento, así que ¿por qué esperar?

Sin embargo, antes siquiera de pensar en imprimir los primeros ejemplos, deberías revisar bien lo escrito. 

Consejos para autopublicar divulgación científica - coollibri.es
Consejos para autopublicar divulgación científica – coollibri.es

 

 

 

Corrección y revisión de un libro de divulgación

Cuando hablamos de corrección, no solo nos referimos a la gramática y al estilo, para lo que te recomendamos contratar a un profesional o usar un buen corrector. Nos referimos sobre todo al contenido en sí mismo y a comprobar que no hay errores en los datos o las explicaciones.

Imagina, si no, el problema que supondría querer divulgar sobre algo y terminar confundiendo o desinformando al respecto. Te damos algunos consejos para evitarlo:

 

  • Solicita una revisión por pares: una revisión por pares es una revisión en la que otros expertos del mismo campo revisan un trabajo científico antes de su publicación. Comprueban cuestiones científicas (no de estilo), como es la fiabilidad de los métodos, los datos y las conclusiones. Esto no implica una coautoría científica, pues no se colabora en la escritura. Esta revisión profesional es aún más importante si tú no eres científico, como le ocurría a Josep Maria Mainat en Ciencia optimista.

 

  • Revisa tus fuentes originales: antes de dar por finalizado el texto, vuelve a las fuentes primarias que usaste (papers, informes, artículos académicos). Asegúrate de haberlas interpretado correctamente y de que no haya versiones más actualizadas. 

 

  • Pide una revisión de sensibilidad o accesibilidad: si tu libro está dirigido a un público amplio o infantil, puede ser útil contar con alguien que evalúe el tono, el lenguaje y la claridad. En divulgación, la accesibilidad también es ética.

 

  • Espera tiempo entre versiones: deja “reposar” el manuscrito unos días o semanas antes de la revisión final. Este descanso mental te permitirá leer con más objetividad y detectar fallos que pasaron inadvertidos.

 

  • Evalúa la coherencia del hilo narrativo: aunque el contenido sea científico, sigue siendo una narración. Comprueba que los conceptos se presentan en un orden lógico, que los ejemplos no se repiten y que cada capítulo conduce naturalmente al siguiente.

 

Autopublicar un libro de ciencia o tecnología

Aunque cada vez más editoriales se especializan en divulgación científica, como pueden ser Editorial Crítica o, MIT Press, lo cierto es que es complicado. Por eso muchos autores científicos terminan optando por las ventajas de la autopublicación.

Tras escribir y revisar el texto, buscan un proveedor de impresión que garantiza el cuidado y la calidad que un libro tan importante requiere. Tomar esa decisión, y otras como el diseño de portada o la encuadernación, es toda una responsabilidad, y estar acompañado de un socio como CoolLibri puede ponerlo todo tan fácil como tú estás poniendo la ciencia. 

Estos son los pasos que deberás ir completando: 

  • Diseña una portada atractiva: donde el título y tu nombre como autor sean visibles, pero que también refleje el carácter divulgativo. Olvídate, pues, de colores apagados y elige elementos como ilustraciones o una tipografía que llamen la atención y atraiga a todo tipo de público. Utiliza también algún subtítulo como “La Teoría de la Relatividad explicada, por fin, para que la entiendas”, apelando directamente al lector.

 

  • Escribe una sinopsis interesante: que resuma el contenido, pero, sobre todo, su intención pedagógica. Si has optado por un enfoque narrativo, presenta también a los personajes y el conflicto. 

 

  • Elige el tipo de papel y la impresión a color: de modo que las imágenes y gráficos se vean bien y que el contenido, aunque parezca aburrido, sea divertido.

 

  • Escoge un formato y una encuadernación: un libro de divulgación científica no debería estar encuadernado con espiral o tipo revista, como sí lo estaría un paper académico. Lo que has escrito es un libro, así que es mejor una encuadernación de tapa dura o de tapa blanda, pero que se perciba como de calidad. 

 

  • Imprime bajo demanda: así evitarás acabar con un gran stock y podrás seguir estrategias de preventa, sin tener que adelantar demasiado dinero ni hacer una gran inversión inicial. 

 

  • Distribuye tu libro: acude a librerías especializadas y participa en eventos como una Feria del Libro de Ciencia, donde puedes promocionar tu libro. Otra alternativa es catalogarlo en la biblioteca digital de CoolLibri y otras plataformas similares.

 

 

Divulgar, inspirar y compartir conocimiento

La divulgación científica no es solo una forma de escribir, es una forma de acercar el conocimiento al mundo. Cada libro contribuye a que ideas complejas se vuelvan comprensibles, a que la curiosidad se mantenga viva y a que la sociedad avance con una base más sólida de entendimiento.

Escribir un libro de ciencia o tecnología implica investigación, rigor y empatía. Supone traducir lo técnico al lenguaje común, pero sin perder el respeto por la precisión científica. 

Cuando llega el momento de publicarlo, merece el mismo nivel de cuidado que su contenido. En ese punto, contar con un socio de confianza como CoolLibri marca la diferencia. Ofrecemos la calidad de impresión, los acabados y la flexibilidad que un libro científico necesita para llegar a su público con la misma claridad y profesionalidad con la que fue escrito.

Divulgar ciencia también es un acto de diseño, de elección y de responsabilidad. Tú pones el conocimiento y en CoolLibri ponemos los medios para que ese conocimiento llegue tan lejos como lo merece.

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