Las ganas de publicar tu libro pueden hacer que te saltes un paso fundamental: la reescritura y la edición de un libro.
Esta es una tarea imprescindible que puedes realizar tú mismo como autor-editor, o delegar a un profesional de la edición de libros.
Especialmente si perteneces al primer grupo y has optado por la autoedición, este artículo te servirá como guía para entender las fases del proceso editorial y algunas herramientas que lo facilitan.
¿Por qué es crucial abordar la reescritura y edición de un libro?
Abordar la reescritura y la edición de un libro implica un perfeccionamiento y un pulido del borrador. Incluso cuando creas que no hay mucho que cambiar, encontrarás escenas, diálogos o personajes que tienen margen de mejora.
Por eso la edición es tan importante, porque nunca deja un manuscrito “igual” y siempre lo hace avanzar.

Beneficios de la reescritura y la edición de un libro
Aunque, hasta ahora, ya hayas dedicado tiempo y esfuerzo al proceso creativo de escribir un libro, lo que tienes es un primer manuscrito que aún necesita trabajo. Un trabajo que aporta muchos beneficios tanto a la obra final como a tu desarrollo literario.
- Da distancia: la reescritura no es tan estresante como la escritura, en la que la presión es mayor y suele haber plazos o compromisos personales con una iniciativa como el NaNoWriMo. En cambio, es más difícil caer en un bloqueo de reescritura. No estás ante la página en blanco y puedes tomar aire para ocuparte del texto con calma, disfrutando de lo que lees al mismo tiempo que intentas mejorarlo.
- Entrena tu voz interna: existe el riesgo de caer en un perfeccionismo extremo, pero también es cierto que, al reescribir y editar, te conviertes en crítico de tu propia obra. Es complejo, aunque muy valioso para ese libro y para los que vengan después.
- Aporta una visión general: lo más probable es que, aunque hayas ido releyendo lo escrito, aún no te hayas enfrentado al libro como un todo finalizado. Al abordar la reescritura y la edición, revisarás y corregirás teniendo en cuenta esa totalidad, algo clave para profundizar en ciertos aspectos, encontrar conexiones e identificar inconsistencias.
- Te hace mejor escritor: aunque estés adoptando un papel de editor, estarás mejorando habilidades de escritura y reforzando tu voz narrativa. No solo eso, sino que reflexionarás sobre tus limitaciones y sobre cómo superarlas para enriquecer el texto.
- Profesionaliza tu manuscrito y tu propuesta literaria: la obra final será mejor, algo que convencerá a tus lectores, que pueden notar cuando un libro se ha editado y corregido. No solo eso, sino que, en caso de que finalmente intentes publicar con una editorial como Planeta o Penguin Random House, tu manuscrito no será desechado por errores o por no estar pulido.
Diferencia entre reescritura y edición
Estamos hablando de la reescritura y la edición de un libro como un proceso único, y no como dos diferentes.
La realidad es que no son lo mismo, pero tampoco diferentes, sino más bien complementarios.
La reescritura implica volver a mirar el texto desde dentro: cuestionar su estructura, su ritmo, su voz. Es una fase creativa, de reconstrucción. Aquí, como autor, eres libre de borrar, mover, ampliar o reducir. En definitiva, se abre la posibilidad de volver a escribir sobre lo ya escrito. Se trata de una revisión en profundidad del contenido, del sentido y del tono de la obra.
La edición, en cambio, trabaja desde fuera y por eso suele hacerlo una persona ajena (el editor). Es una mirada más técnica, orientada a la claridad, la coherencia, la precisión e incluso lo comercial. En esta etapa se pulen los párrafos, se ajustan las repeticiones, se verifica la consistencia interna, la ortografía y el estilo. Donde la reescritura transforma, la edición afina.
Sin embargo, ambos procesos son complementarios y se retroalimentan. No puede editarse bien un texto que aún no ha sido reescrito con honestidad, ni puede reescribirse con eficacia sin una mirada editorial que detecte fallos o desequilibrios.
Fases del proceso al abordar la reescritura y edición de tu libro
Puede parecer casi imposible hacer una reescritura y edición profesional de tu libro sin ser tú un experto.
Sin embargo, todo empieza aceptando el reto y siguiendo una edición por capas o, lo que es lo mismo, siguiendo un paso a paso minucioso en el que tu obra será el centro.

Revisión estructural en la reescritura y edición de tu libro
Cuando se trata de pasar del borrador al libro final, lo primero es revisar su estructura narrativa.
Muchas veces, dado que el proceso de escritura dura meses, e incluso años, para cuando escribes el capítulo 20, apenas recuerdas lo que escribiste en el 1. Eso puede llevar a algún error en la consistencia argumental que, sin ser fatídico, resta coherencia y genera cierta disonancia en el lector. Por ejemplo, haber dicho que la protagonista no tiene carnet de conducir y que luego vaya en moto.
Estas son las cuestiones que debes revisar:
- Desarrollo de personajes: si has seguido nuestros consejos para construir personajes creíbles, habrás creado fichas de personaje en las que precisas detalles de su aspecto, su personalidad o su argumento. Reescribe y edita con esas fichas bien cerca, comprobando que no hay inconsistencias. También puede ocurrir que debas cambiar la ficha y sus primeras apariciones en la novela porque el personaje ha ido por otros derroteros.
- Ritmo narrativo: este debe aportar fluidez al texto y jugar a favor del argumento. Si hay párrafos o capítulos enteros rápidos, debe haber una razón para que sean así (por ejemplo, en una escena eficaz de máxima tensión). Aunque luego pueda equilibrarse con escenas más tranquilas, el ritmo nunca puede decaer. Si hay capítulos muy lentos y que van seguidos, reescribe para evitar un posible aburrimiento o pérdida de interés del lector.
- Coherencia textual: además de fijarte en los detalles para evitar inconsistencias, es fundamental revisar la coherencia general del texto. Esto significa comprobar que todas las partes del libro (capítulos, escenas, voces narrativas o puntos de vista) funcionan de manera armónica, reorganizando si hace falta. También debes respetar el pacto narrativo que adoptas con el lector para que este no sienta que hay incoherencias. Por ejemplo, si es un narrador omnisciente, este no puede pasar a estar en primera persona si no hay una justificación, como que haya varios puntos de vista. Haz también un esquema argumental donde apuntes qué ocurre en cada capítulo, para ver si hay continuidad en las acciones o hay alguna línea argumental que no se concluye o se olvida.
- Diálogos fluidos: no solo deben sonar naturales, sino también revelar información, caracterizar a los personajes y mover la trama. Revisa que cada línea de diálogo tenga un propósito. Si no aporta nada nuevo, probablemente sobre y debas o borrarlo o reescribirlo. Comprueba además que cada personaje conserve su voz propia, con un modo de hablar coherente con su edad, contexto y personalidad.
Revisión de estilo
En la corrección de estilo de tu libro deberás fijarte en la fluidez del texto. Para ello, es muy recomendable hacer una lectura en voz alta, ya que es lamejor manera de comprobar si hay alguna redundancia o si el texto tiene ciertas trabas.
En esta lectura, deberías prestar atención a:
- Concisión: eliminando frases demasiado largas o alguna repetición que hacen que el texto sea más tedioso de lo necesario y deseable.
- Sentido: las repeticiones, además de sonar mal y producir cacofonías (por ejemplo, “realmente era lo más raro que le había ocurrido últimamente”), también pueden hacer perder el sentido y el significado de una frase y del texto en general. Revisa no solo qué se repite, sino cómo eso afecta a la intención comunicativa, si hace perder el hilo o, peor, si evita que una escena importante se entienda y tenga la intensidad que merece.
- Tono del autor: aunque pueda haber diversas voces narrativas, el tono y la voz del autor debe mantenerse, de manera que sea característica y que sea coherente con lo que quiere contar y con cómo lo quiere contar. En Se tiene que morir mucha gente, Victoria Martín es cínica y sarcástica, algo que siempre la ha caracterizado.
- Ritmo y musicalidad: además de la fluidez general, fíjate en el ritmo de las frases y los párrafos. Alternar frases cortas con más largas, variar la estructura sintáctica y jugar con pausas naturales ayuda a mantener al lector enganchado, aumenta el suspense si así lo necesitas, y evita que el texto se vuelva monótono. La lectura en voz alta es especialmente útil para detectar “tropiezos” o frases que suenan forzadas.
- Precisión léxica: revisa que cada palabra cumpla su función exacta. Evita términos vagos o redundantes y busca vocabulario que aporte matiz y riqueza sin recargar la frase.
- Transiciones y conectores: asegúrate de que los párrafos y escenas se enlacen de manera natural. Las transiciones suaves facilitan la lectura y mantienen la continuidad del relato, mientras que saltos bruscos o cambios abruptos de escena pueden desorientar al lector.
Corrección ortotipográfica
Es imposible no cometer alguna falta de ortografía. Es más, es casi imposible dar con todas antes de mandar a imprenta, por eso suele ocurrir que, leyendo un libro, detectas que falta alguna tilde o que hay alguna forma verbal mal conjugada.
Sin embargo, dentro de esa imposibilidad, hay que intentar corregir antes de que sea demasiado tarde, haciendo una revisión del contenido minuciosa y en busca de cualquier falta.
Para hacer una primera corrección, lo mejor es utilizar un corrector ortográfico tipo Lorca Editor o LanguageTool, muy utilizados por autores en España.
Después, haz una lectura atenta, sin prisas, e incluso de poco en poco. Leer mucho durante mucho tiempo cansará a tu ojo experto y este no detectará igual los errores. Por eso, es mejor que dediques tiempo a esta comprobación y realices varias sesiones.
También es recomendable contar con un corrector externo por esta misma razón. Un profesional, además de estar entrenado para ello, aportará una nueva mirada.
Sea quien sea quien haga la revisión o revisiones, ¿qué debería ser prioritario?
- Tildes y acentuación: errores en acentos cambian el significado de las palabras y rompen la fluidez de lectura.
- Concordancia y formas verbales: sujeto-verbo, género y número deben ser consistentes. Los fallos generan confusión inmediata.
- Puntuación: comas, puntos y signos de interrogación o exclamación correctamente colocados marcan el ritmo y evitan ambigüedades.
- Mayúsculas y nombres propios: asegúrate de que títulos, nombres de personajes y lugares estén uniformes a lo largo del texto.
- Errores tipográficos frecuentes: duplicaciones de letras, confusión de homófonos o espacios innecesarios. Si son frecuentes, es por algo.
Consejos para abordar la reescritura y la edición de un libro
Si vas a autoeditarte en lugar de ir por la vía de la publicación tradicional, ya habrás entendido la importancia de abordar la reescritura y la edición de tu libro.
Sin embargo, seguirás necesitando ayuda y algunos consejos adicionales sobre herramientas o recursos que, aunque tengan cierto coste, son una inversión en el control de calidad literario de tu obra.

Herramientas digitales para editar tu obra
Como hemos comentado, existen herramientas para corregir y editar tu libro. Desde correctores como LanguageTool o Grammarly (este último, más usado en Estados Unidos y Reino Unido, o entre quienes escriben en inglés), hasta softwares de edición más avanzados. Te presentamos algunos de ellos:
- Scrivener: es un procesador de textos y maquetador, por lo que desde un mismo lugar puedes abordar la reescritura y la edición del texto. También permite organizar notas, esquemas, documentos… Es decir, todo el material que puedes necesitar para escribir y reescribir, comprobando fichas de personajes, por ejemplo.
- ProWritingAid: es un corrector muy completo no solo de gramática, sino también de estilo. Genera informes de palabras muy repetidas, legibilidad, redundancia o clichés, por lo que es ideal si estás escribiendo sobre algún tema controversial o sensible.
- Voyant Tools: detecta repeticiones y palabras más utilizadas. A veces no las podrás cambiar porque serán, por ejemplo, adverbios tipo “muy” o preposiciones como “de”. No obstante, puede ayudarte a ver repeticiones que te habían pasado desapercibidas en una primera lectura.
- QuillBot: es una herramienta muy completa. Actúa como corrector, pero también como citador siguiendo las normas bibliográficas más comunes (estilo Chicago, estilo APA, estilo MLA). También tiene una función de parafraseo bastante interesante que puede ayudarte a simplificar frases.
¿Cuándo y cómo contar con un editor profesional?
Si abordar la reescritura y la edición de un libro es una tarea que te abruma, el mejor consejo que podemos darte es que contrates a un editor freelance o a lectores beta.
Un editor freelance es un profesional que leerá tu obra con ojo crítico, entregándote un feedback constructivo con cambios y sugerencias con las que podrás reescribir una segunda versión.
¿Cuándo y cómo contratar estos servicios?
- Cuando necesites ayuda: si crees que tu libro puede mejorar, pero ya no sabes cómo o tienes demasiado en tu plato, el trabajo con el editor puede beneficiarte enormemente.
- Entiende las limitaciones: está claro que en ningún caso tendrás el apoyo de una gran editorial y de un editor interno siempre disponible, sino que tendrás que hacer un mayor esfuerzo para negociar tus propios plazos editoriales, lograr una comunicación fluida con tu editor freelance y respetar que no eres su único cliente.
- Busca perfiles profesionales: no todo el que dice que es un editor profesional lo es. No buscas un lector, sino alguien con formación y capacidad para detectar fallos y aportar sugerencias con sentido. Puedes acudir a plataformas online como Reedsy o Scribophile, o a asociaciones de escritores y talleres de escritura de tu zona. También puedes acudir a perfiles que se anuncian en sus propias páginas web, como Gabriela Campbell o Sofía Artola.
- Define tus objetivos antes de contratar: aclara qué esperas del editor (¿una revisión estructural profunda, corrección de estilo, pulido de diálogos, coherencia narrativa o todo lo anterior?). Tener objetivos claros evita malentendidos y optimiza la colaboración.
- Prepárate para recibir críticas: un editor profesional no está ahí para decir solo lo que gusta, sino para señalar problemas y ofrecer soluciones. Mantén la mente abierta y recuerda que su feedback busca mejorar tu obra, no cuestionar tu creatividad.
Para terminar de pulir el libro, valora contratar lectores beta. Es decir, lectores de prueba a los que enviar tu manuscrito o borrador final. No debe ser una versión incompleta o sin corregir, sino lo más cercano a un texto definitivo. Puedes encontrarlos en plataformas como LectoresBeta.com, pero también en clubes de lectura, donde la gente aprende a hacer críticas más profundas que un “me ha gustado”.
La función de los lectores beta no es reescribir o editar, sino más bien realizar un informe de lectura en el que contesten a cuestiones como si han entendido la obra, qué piensan de alguna escena concreta o si han empatizado con los personajes. Es decir, cuestiones que son determinantes para saber si el libro cumple su misión, conecta con el público y se comprende.
El broche final a la escritura
Después de abordar la reescritura y edición de tu libro, este habrá dejado de ser un borrador para convertirse en una obra sólida, coherente y pulida. Cada revisión estructural, cada ajuste de estilo, cada corrección ortotipográfica y cada diálogo revisado ha contribuido a que tu texto brille como un diamante.
Publicar después de un proceso riguroso de edición no solo te da confianza como autor, sino que también eleva la percepción que los lectores tendrán de tu obra. La inversión de tiempo y esfuerzo en esta fase se traduce en un libro que realmente destaca.
Llegado este punto, imprimir tu libro con una plataforma como CoolLibri se convierte en la extensión natural de todo el trabajo que has hecho. En CoolLibri ofrecemos calidad profesional, opciones de personalización y soporte en cada paso, desde el formato hasta la encuadernación, permitiéndote transformar tu manuscrito en un libro en papel que refleja todo tu esfuerzo y dedicación.
Al combinar rigor editorial y calidad de impresión, tu obra no solo existirá en papel o digital. También tendrá el impacto y la presencia que merece. Ahora sí, ha llegado el momento de que tu libro vea la luz y cumpla su propósito: ser leído y disfrutado.
