Muchas personas comparan escribir un libro con tener un hijo. Por supuesto, hay muchas diferencias, pero sí comparten esa necesidad y ese deseo de valorar, respetar y proteger a “la criatura”. En el caso de los libros, esa protección pasa por obtener y gestionar los derechos de autor.
Cualquiera que esté mínimamente familiarizado con el mundo literario sabe que los derechos de autor son la garantía de que una obra no sufrirá ningún “daño”. Por daño no entendemos algo físico, sino algo más intangible y que tiene que ver con el uso ilícito de la obra por parte de otras personas.
Copias, distribución maliciosa a través de internet, adaptaciones cinematográficas inspiradas en un libro pero sin darle crédito… En definitiva, acciones que no solo dañan al libro, sino a su autor, pues este deja de tener control sobre lo escrito y, en consecuencia, tampoco percibe los beneficios que debería.
A pesar de que es imposible evitar totalmente que alguien intente hacer una copia ilegal de tu libro y la distribuya sin tu permiso, obtener y gestionar tus derechos de autor es el primer paso (y uno imprescindible) para reducir el riesgo. Además, supone un mecanismo de protección de obras y de denuncia ante estas situaciones.
En esta guía vamos a explicar con detalle todo lo que necesitas saber y hacer para que tu obra y tú tengáis la protección que necesitáis.
Cómo registrar y obtener los derechos de autor
Hay quien piensa que una persona tiene los derechos de autor de su obra solo por crearla. Esto es así hasta cierto punto.
Efectivamente, crear una obra original te convierte en su autor; siempre que puedas probar esto, nadie podrá decirte lo contrario. Sin embargo, es recomendable registrar cualquier creación artística para establecer quién ha sido el creador, pues esto “oficializa” la autoría y facilita la defensa cuando se produce una disputa.
Imagina que alguien coge tu libro y copia (o se inspira descaradamente) en algunas partes de él. Tú eres el autor original, pero si la otra persona quisiese ponerlo en duda para evitar pagarte, le sería mucho más sencillo hacerlo si no has registrado tus derechos de autor. Por supuesto, tendrías otros mecanismos y podrías presentar pruebas, pero todo sería más ágil con el registro previo.
¿Qué aspectos específicos de una obra literaria protegen los derechos de autor?
Hablar de derechos de autor es demasiado general, pues la Ley de Propiedad Intelectual de España distingue entre dos tipos de derechos:
- Derechos morales: corresponden única y exclusivamente al autor de una obra, y no se pueden ceder bajo ningún concepto. Es decir, tú como escritor eres el autor de tu libro, y nunca podrás “dejar en herencia” esa autoría.
- Derechos patrimoniales: estos derechos no incluyen tanto la autoría, como la capacidad para explotar la obra, es decir, para venderla. Estos derechos, por lo tanto, sí pueden ser cedidos, vendidos o transmitidos. Esto ocurre cuando un autor muere y se habla de que los derechos ahora los tienen sus hijos. Estos “nuevos propietarios” de los derechos patrimoniales nunca serán los autores creativos, pero sí los que decidan, por ejemplo, vender la obra para posibilitar su publicación internacional. Eso sí, en España, pasados setenta años desde la muerte del autor, su obra pasa ser de dominio público, por eso obras clásicas como las de Lope de Vega se encuentran en abierto en internet.
De una manera más resumida, los derechos de autor garantizan que seas tú como autor el responsable de tu obra y de sus posibles ventas o cesiones. Así, si alguien quiere distribuir tu obra o alterarla (por ejemplo, para hacer un guion de cine o televisión) no solo deberá contar con tu permiso, sino repercutirte parte de los beneficios.
La única excepción a esta situación sería la de la cesión total o parcial (por la razón que sea) de los derechos patrimoniales. En este caso, como autor dejarías de poder decidir sobre aspectos como la venta tu obra para hacer una película. No obstante, y cómo es lógico, si es el autor en vida quien vende los derechos patrimoniales, a cambio recibe una suma de dinero. Esto es lo que ocurre cuando se firma cualquier contrato editorial por el que un autor cede la distribución y explotación de su obra a la editorial, que se los compra y que, además, le da un porcentaje de las ventas.
¿Cuáles son los pasos necesarios para registrar correctamente una obra?
Aunque obtener y gestionar los derechos de autor por vías oficiales no es obligatorio en países como España, sí es conveniente. Al fin y al cabo, es un trámite que garantiza una protección y una tranquilidad que, en ocasiones, puede ser muy útil.
Si estás aquí porque has tomado la decisión de realizar el trámite, ¿qué es lo que debes hacer?
- Acude al Registro de la Propiedad Intelectual: puedes hacerlo presencialmente, yendo a alguna de sus oficinas, o telemáticamente con tu certificado digital.
- Presenta la documentación necesaria: generalmente, aunque conviene verificarlo según tu Comunidad Autónoma, te pedirán:
- Formulario de solicitud: que puedes rellenar en la propia oficina (o en la sede electrónica) o descargarlo para llevarlo ya cumplimentado.
- Justificante de pago de la tasa correspondiente: el precio medio es de 15 € aunque, de nuevo, depende de la Autonomía.
- Copia de la obra: en formato físico si realizas el trámite presencialmente, o en formato digital si lo realizas telemáticamente. En ambos casos es obligatorio que el nombre completo del autor y el título de la obra aparezcan en la portada.
- Datos personales: no tendrás que entregarlos como tal, pero sí incluirlos en la solicitud.
Otras maneras de realizar el registro de derechos de autor
Más allá del trámite oficial en el Registro, como autor tienes otras herramientas para proteger tus derechos de autor. Estas son las principales:
- El número de identificación ISBN, que además es obligatorio si quieres comercializar el libro, actúa como un DNI para tu obra.
- Registro de derechos en un organismo privado, como puede ser un abogado o un banco, o una asociación tipo la SGAE. No obstante, estos generalmente te ayudan a hacer el trámite oficial y te ofrecen una protección legal adicional en caso de presentarse algún litigio al respecto (por ejemplo, un caso de plagio).
Gestión de los derechos de autor
La obtención (de manera oficial o no) de los derechos de autor es el primer paso, pero lo que más dudas suele generar entre los escritores es cómo gestionarlos.
En esa gestión está la posible venta, aunque también la denuncia por una infracción de derechos o la apropiación ilícita por parte de otras personas.
PROPUESTA DE IMAGEN (una mesa con libros y un documento firmado que ponga copyright)
¿Cómo se pueden vigilar y proteger los derechos de autor de una manera efectiva?
La mejor manera de obtener y proteger los derechos de autor es, como hemos explicado, registrarlos de manera concreta. Aunque haber escrito un libro te convierta en su autor legítimo, un reconocimiento oficial es una garantía.
No obstante, poseer los derechos de autor no impide que alguien intente saltarse la ley y, por ejemplo, plagiar tu obra o distribuirla sin tu permiso. La cuestión, por lo tanto, es vigilar que tu obra no se usa de manera ilícita y tomar acciones legales si se produce una infracción de derechos. Estos son algunos consejos para ello:
- Acude a abogados o equipos legales especializados en las leyes de derechos de autor. Podrán ayudarte en la gestión de tus derechos y en las denuncias que tengas que interponer. Aunque no los contrates a tiempo completo, ten siempre cerca su contacto, ya que la rapidez en este tipo de casos siempre es positiva.
- Forma parte de asociaciones como la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) o CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos), cuya misión es defender los legítimos intereses de los autores y editores. Para ello ofrecen a sus socios recursos legales para la vigilancia de sus derechos, asesorando ante infracciones o facilitando la gestión general.
- Lee, analiza y asesórate sobre cualquier contrato que firmes. Aunque el editor, agente literario, promotor o cualquier otra persona con la que vayas a firmar un acuerdo te diga una cosa, asegúrate de que lo que terminas cediendo no es más de lo que te conviene como autor. Lo mismo con las licencias de obras, como veremos más adelante.
- Busca en internet (tanto en Google con en otras plataformas especializadas en distribución ilegal de obras literarias) para detectar copias no autorizadas.
- Evita enviar tu obra a través de internet, aunque sea a un amigo. Si lo haces, intenta utilizar plataformas seguras.
¿Qué medidas se deben tomar en caso de infracción de los derechos de autor?
Como decíamos, protegerse no es suficiente, pues habrá quien decida no hacer caso a la ley de derechos de autor y use tu libro sin permiso.
¿Qué debes hacer en ese momento?
- Poner en marcha los recursos legales de los que dispongas, bien sea un abogado privado o los ofrecidos por alguna entidad de gestión colectiva tipo CEDRO. Aunque aún no tengas que presentar una denuncia judicial, infórmales para que puedan asesorarte sobre cómo proceder.
- En caso de que la infracción haya sido por parte de una persona o empresa que reside en otro país, recuerda que existen los tratados internacionales, como el de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, para protegerte. Según estos, los países deben otorgar a los autores de otras naciones los mismos derechos que en los suyos. Es decir, el registro de la propiedad intelectual en España está, en cierto modo, convalidado globalmente.
- Envía cartas de aviso, las conocidas como de cese y desistimiento, para informar de manera ferviente al infractor del delito cometido y solicitar que deje de hacer un uso indebido de tu libro. Si el uso está siendo en internet, es recomendable enviar la solicitud de retirada DMCA, específica para este ámbito.
- Si, tras la solicitud de retirada, el infractor no contesta ni hace nada, es momento de acudir a la vía judicial para reclamar daños y perjuicios y la cesión definitiva de la infracción.
Por último, ten siempre en mente que la infracción puede convertirse en una oportunidad y llevar a la negociación de una licencia. Como es lógico, aquí también es importante contar con asesoramiento y protección legal. Imagina que una persona está distribuyendo ilegalmente tu obra. Puede que, en lugar de simplemente cesar en ello, esa persona quiera, además de hacerse cargo de los daños y perjuicios ocasionados, llegar a un acuerdo y empezar a distribuirla legalmente.
Monetización de derechos y gestión de licencias
Al obtener y gestionar derechos de autor también se posibilita el sacar rédito económico de ellos. Esto es lo que ocurre cuando una escritora como Elísabet Benavent vende los derechos para hacer adaptaciones literarias de sus sagas literarias.
Esta monetización de derechos es uno de los grandes objetivos de los escritores, ya que suele resultar bastante rentables. Para que así sea, sin embargo, deben seguirse una serie de recomendaciones.
¿Cómo se pueden licenciar y monetizar los derechos de autor para maximizar los beneficios?
Las cesiones de derechos son generalmente licencias, es decir, una autorización que el escritor hace para que cierta persona o empresa pueda hacer un uso concreto de su obra.
Esto de “uso concreto” es importante, ya que una licencia posibilita algo, pero no siempre todo. Por ejemplo, autoriza la traducción, la copia, la inclusión de un fragmento del libro en una revista u otro libro, etc.
La gestión de las licencias de obras se puede hacer a través de asociaciones como las que hemos mencionado ya, aunque también puede encargarse de su administración el propio autor. Lo que siempre deben acordarse son una serie de cláusulas de licencia, esto es, sus condiciones. Según estas, se distinguen diferentes tipos de licencia:
- Copyright: es la licencia que tienen todas las obras de arte por defecto y restringe cualquier uso de ellas.
- Copyleft: es todo lo contrario al copyright, ya que posibilita todo uso, o incluso modificación, de una obra. En libros este tipo de licencia, lógicamente, no es muy común, pero sí en otros ámbitos como los software.
- Creative Commons: es una licencia popular en el ámbito educativo y también en el literario. Estas licencias permiten el uso parcial y controlado de los libros, ya que el autor debe especificar bajo qué condiciones. Estas cláusulas de licencia suelen ser:
- De autoría (el escritor siempre debe nombrarse)
- No comercial (la obra no se puede comercializar, solo se puede usar con fines no lucrativos)
- Sin obras derivadas (no se permite modificar o transformar el libro, por ejemplo, para hacer una adaptación infantil)
- Compartir igual (la obra se puede modificar y transformar, pero el producto resultante, como una película, también debe disponer de esta misma cláusula)
Consejos para la gestión de derechos derivados
Cuando una obra se licencia, sean cuales sean las condiciones, esto no quiere decir que el autor deba olvidarse de ella. Para empezar, porque querrá ver qué usos se le dan a su obra, pero también para controlar que la licencia se está usando adecuadamente.
Hablamos entonces de los derechos derivados, que serían los derechos de las obras resultantes tras la cesión de los derechos de autor originales. Por ejemplo, Netflix tiene los derechos derivados de varias obras literarias que ha adaptado. Una traducción también es un derecho derivado.
¿Cómo hacer una gestión de esos derechos que, en cierto modo, dependen de los tuyos, pero no son tuyos?
- Lee los contratos que han llevado a esa cesión: conocer el acuerdo y el contenido de la licencia es el primer paso para evitar un uso indebido de esta. Es importante haber especificado dónde y cuándo se pueden usar esos derechos (por ejemplo, publicar la traducción solo en ciertos países).
- Solicita tener cierto control o poder de decisión sobre el resultado: muchos escritores, cuando hacen una adaptación literaria de su obra, se guardan de poder opinar sobre el casting, el guion, los materiales promocionales…
- Asegúrate de que participas en los beneficios: además de la compensación por la venta de la licencia, los escritores suelen pedir un porcentaje de los beneficios de traducciones, adaptaciones, venta de merchandising… Es decir, una parte de los derechos derivados.
- Añade una cláusula sobre los derechos secundarios de los derechos derivados: imagina que una productora adapta tu libro y que, tras el éxito de la película, vende a una empresa los derechos para crear un videojuego. Aunque ese videojuego dependa de los derechos derivados de la productora y no directamente de los tuyos, convendría aclarar tu autoría y participación en el concepto original y, por lo tanto, en todo lo que lleve su nombre y se derive de él.
Preguntas frecuentes y recursos útiles sobre cómo obtener y gestionar derechos de autor
El mundo de los derechos de autor es complejo, ya que un escritor no es un especialista legal. No obstante, sabemos lo importante que es conocer nuestros derechos como creativos y creadores, por eso vamos a contestar algunas preguntas y dudas frecuentes más.
PROPUESTA DE IMAGEN (un escritor delante de su libro y con cara pensativa)
¿Tengo que renovar los derechos de autor de mis libros?
No, una vez registras oficialmente tus derechos de autor, no tienes que renovarlos, ni siquiera si haces alguna modificación en el libro.
Los derechos morales te pertenecerán siempre a ti, incluso tras tu muerte. Por su parte, los patrimoniales sí puedes cederlos en vida (por ejemplo, a una editorial para que explote y distribuya el libro) o transmitirlos tras tu muerte. Tus herederos legales dispondrán de ellos hasta setenta años después de tu fallecimiento.
¿Qué pasa si mi libro solo se publica en digital?
La llegada de las nuevas tecnologías y de la digitalización ha abierto grandes dudas en lo que se refiere a obtener y gestionar derechos de autor. Siempre es mucho más fácil proteger algo tangible, ya que una vez algo está en internet, su control es más complejo.
No obstante, las asociaciones e instituciones (además de los abogados) ya se han puesto en marcha para garantizar una gestión de los derechos también en obras digitales. A este sistema se le conoce como DRM y entre sus mecanismos de vigilancia de derechos están:
- Etiquetado de contenido digital definiendo el uso que se pueda usar (por ejemplo, muchos escritores que publican pequeños textos en redes sociales usan frases tipo “Prohibido usar sin autorización”).
- Uso de un DOI o identificador digital, que actúa como un DNI electrónico, o un sello del tiempo, que establece cuándo esa obra digital se creó por primera vez, evitando que copias publicadas posteriormente puedan pasar por originales.
- Utilización de una filigrana digital, que sería como una marca de agua que especifica aspectos como quién es el autor.
¿Puedo negarme a ceder mis derechos a una editorial?
Los derechos morales, es decir, lo que certifican que tu nombre es el del autor de la obra, nunca se ceden. Sin embargo, sí se ceden los patrimoniales.
Por supuesto, puedes negarte, pero su cesión a través de una licencia es imprescindible para que, en este caso, una editorial pueda comercializar y distribuir tu libro. Esto no quiere decir que no puedas negociar las condiciones de esa licencia o autorizarla solo durante un periodo de varios meses o años.
¿Cuál es la diferencia entre ISBN y derechos de autor?
El ISBN es un número de identificación internacional que identifica al libro, pero no a su autor. En cambio, los derechos de autor son tus derechos como creador de una obra literaria.
¿Dónde puedo informarme sobre derechos de autor?
En el Registro de la Propiedad Intelectual podrán informarte sobre cómo realizar los trámites, aunque si lo que buscas es un asesoramiento legal más allá de la solicitud, te recomendamos acudir a asociaciones literarias.
En instituciones como CEDRO o la SGAE se protege a los escritores ayudándoles no solo en lo burocrático, sino también a gestionar denuncias, infracciones o recaudación de derechos.
La importancia de obtener y gestionar tus derechos de autor
En esta guía hemos explicado no solo cómo obtener y gestionar derechos de autor, sino también cuáles pueden ser las infracciones y como gestionarlas.
Está claro que evitarlas completamente es imposible, pero entender cuál es tu papel como autor y también cuáles son tus derechos es la mejor garantía que tienes para salir ganando.
Además de protección, los derechos de autor también son oportunidades, ya que cederlos implica una ganancia y, generalmente, una mejor visibilidad de la obra. Sin embargo, es, de nuevo, imprescindible contar con el asesoramiento legal adecuado.
Tu obra literaria es tu gran tesoro, por eso debes protegerla como tal.