La realidad puede que a veces supere la ficción, pero escribir sobre lo real nunca debería superar ciertos límites éticos. Por eso, hoy hablamos del papel de la ética en la escritura de no ficción.

Si te encuentras ante un proyecto literario de no ficción, estarás ante una serie de eventos y personas que, aunque vayas a convertirlos en escenas y personajes, merecen respeto, consideración y dignidad.

La ética no es complicada en sí misma, pero genera preocupaciones y dudas. Cuestiones como si es lícito escribir sobre la historia real de alguien, o desvelar ciertos sucesos, pasan a un primer plano.

En este artículo queremos explorar estas cuestiones para entender los límites, dilemas y buenas prácticas que deben tenerse en cuenta al narrar hechos reales.

 

 

¿Por qué es importante la ética en la escritura de no ficción?

Aunque pueda haber un punto creativo y alguna licencia poética, nunca se puede olvidar el papel de la ética en la escritura de no ficción. 

La ética consiste en el esfuerzo por responder a una pregunta ¿qué debo hacer - coollibri.es
La ética consiste en el esfuerzo por responder a una pregunta ¿qué debo hacer – coollibri.es

 

 

Una definición de la ética en la escritura de no ficción

Parafraseando a Stan Lee, diríamos que toda escritura conlleva una gran responsabilidad. 

Que debemos escribir con sensibilidad, respeto y alejándonos de estereotipos, es algo que siempre hemos destacado. Pero esta vez el foco lo ponemos en la ética editorial cuando se trata de escribir no ficción.

El objetivo no es dar una respuesta firme a cada uno de ellos, pues cada escritor se encontrará con los suyos, sino reflexionar sobre los límites y sobre cómo abordarlos.

Pero, ¿qué es la ética? En una definición simple y que te animamos a ampliar, la ética es el estudio de los dilemas morales, o, mejor dicho, la reflexión sobre ellos. Algo o alguien es ético cuando, teniendo en cuenta lo que es bueno y malo, actúa en consecuencia.

Si lo aplicamos a la escritura, una escritura sería ética cuando tiene en cuenta qué es lo correcto y se encauza hacia ese “bien”. Por ejemplo, el autor Luisgé Martín se vio obligado a retirar su libro El odio porque en él narraba un terrible caso de violencia vicaria desde el testimonio del asesino, pero sin tener en cuenta lo más mínimo a las víctimas. El mismo cuestionamiento sufre cualquier producción audiovisual de true crime, como la serie The Act o El juicio de O.J. Simpson.

Aunque el debate sobre la censura, la libertad de expresión y la ficción sigan abiertos, la ética, que pocas veces tiene respuestas definitivas, suele generar controversia. ¿La razón? Aun respetando la creación literaria, la escritura no debería olvidar (o, al menos, se le debería exigir) una reflexión profunda sobre dónde están los límites y sobre qué se espera conseguir con ella.

 

 

Ejemplos de escritura ética

Igual que hay ejemplos controvertidos, hay otros que no lo son y que han sentado las bases de la ética en la escritura de no ficción. 

Entre ellos están escritores como John Hersey. El autor de Hiroshima, publicado originalmente como un largo artículo que ocupó toda una edición de The New Yorker, demostró que utilizar técnicas y recursos propios de la ficción no estaba reñido con la ética y con el respeto a los hechos que se espera de la no ficción.

Otro gran ejemplo es el de Svetlana Alexievich. Aunque algunos críticos señalan que “interviene” demasiado en ellos, siempre respeta las fuentes directos que le han ayudado a escribir literatura testimonial como La guerra no tiene rostro de mujer, en la que relata el papel de las mujeres durante la Segunda Guerra Mundial y la caída de la Alemania nazi.

Como vemos, la no ficción no tiene por qué tomar siempre la forma de un ensayo académico, donde las notas a pie de página, los datos cuantitativos o la bibliografía llenan las páginas. Pero sí, siempre, debe escribirse con ética, pues los hechos narrados son personales, íntimos e importantes.

Esto abre la puerta a una escritura donde la objetividad necesaria y la subjetividad deseada se unen para dar forma a los libros, algo que también hizo con maestría George Orwell en obras como Homenaje a Cataluña.

 

 

Principales dilemas éticos del autor de no ficción

Pretender no encontrar ningún dilema ético en la escritura de no ficción es utópico. Es totalmente normal que, al relatar hechos y personajes reales, surjan dudas sobre si realmente es necesario, sobre si el tratamiento es el adecuado, o si podrá herir la sensibilidad o la memoria de alguien.

Aunque, como decimos, sea imposible evitarlos totalmente, sí hay terrenos que son más pantanosos y que, al pasar por encima de ellos, debemos activar nuestras alertas. 

Principales dilemas éticos del autor de no ficción - coollibri.es
Principales dilemas éticos del autor de no ficción – coollibri.es

 

 

 

Exageración, cambio e invención de hechos

En ocasiones, para embellecer el texto, aparece el dilema ético de la manipulación de hechos o la invención de personajes.

Imagina que estás narrando una escena de una guerra real. Para darle intensidad a las descripciones y lograr que el lector quede impactado, decides “inventar” que varios niños corrían sin tener ya un lugar al que volver o en el que refugiarse. Quizá no sabes con exactitud si realmente había niños y si realmente ocurrió así, pero aceptas esa distorsión narrativa. 

¿Hasta qué punto esto es aceptable? Esa es la pregunta que sobrevolará tu escritura y también a los lectores críticos o de sensibilidad que contrates. Por eso conviene preguntarse cómo afrontarlo y qué criterios pueden ayudarte a decidir:

  • Prioriza el respeto: exagerar, inventar o cambiar siempre será una posibilidad, sobre todo si puede aportar algo al texto o al mensaje que quieres transmitir. Sin embargo, no por ello debes olvidar la ética. Por lo tanto, si haciendo esas modificaciones sacrificas una narrativa responsable y dejas de tener en cuenta la historia y a las personas, cíñete a los hechos.

 

  • Avisa de cualquier cambio: si hay cambios, debe haber también transparencia desde la primera página. En consecuencia, acompaña tu texto con un disclaimer que avise de ciertas “licencias” e incluso señalando cuáles son y por qué están ahí (por ejemplo, porque te faltaban datos o porque tenías que elegir entre dos versiones sin saber cuál era realmente la verdadera).

 

  • Valora la magnitud del cambio: si no aporta nada y, además, cambia totalmente la historia, no estamos ante una licencia poética, sino ante fake news. 

 

  • Respeta los estándares editoriales: por muchos cambios o detalles que quieras incluir, si estos no son ciertos o ni siquiera factibles, habrá editoriales éticas que, siguiendo sus códigos deontológicos, pongan sus límites y acaben con cualquier dilema. Por supuesto, estos códigos no serán de otros, sino tuyos, si te autopublicas. 

 

  • Piensa en las consecuencias: ningún cambio, invención o exageración está exenta de consecuencias. Antes de publicar, hazte la pregunta: ¿qué impacto social puede tener este relato modificado en las personas que aparecen, en sus familias o en la memoria colectiva? A veces el dilema no está en la frase inventada, sino en el daño que puede causar una verdad dicha sin sensibilidad.

 

Consentimiento y privacidad de los implicados

Otro gran dilema ético en la escritura de no ficción es el consentimiento y la privacidad de las personas implicadas. 

Es común contar con testimonios personales de quienes vivieron los hechos sobre los que vas a escribir. Estos testimonios, además de ser fuentes fiables, deben ser completamente respetados. El primer paso para ello es contar con su consentimiento informado, es decir, deben aceptar (y entender) que lo que cuentan se use total o parcialmente, directa o indirectamente, en el libro.

Ese consentimiento siempre debe respetarse por encima de cualquier interés literario o comunicativo. Por mucho que tú, como autor, creas que ciertas opiniones o palabras enriquecen tu obra, si quien las pronunció no quiere aparecer, deberás aceptarlo.

Del mismo modo, deberás aceptar que no le importe que aparezcan las palabras, pero no su nombre. Este es el gran dilema de muchos periodistas que saben que, revelando sus fuentes, gozarían de más prestigio y credibilidad. No obstante, saben que estaría en contra de la ética periodística y de códigos deontológicos como los de la Sociedad de Periodistas Profesionales (SPJ).

 

Uso de fuentes y verificación de testimonios

Algo que hay que tener en cuenta cuando hablamos de ética en la escritura de no ficción es el uso de fuentes fiables. Ya hemos comentado que son necesarias, ya que es sobre ellas que se estructura el relato. 

No obstante, puede suponer todo un dilema al no saber hasta qué punto son creíbles, si están sesgadas por su propia opinión o incluso trauma, o si se están tratando con respeto y responsabilidad

La ética trata de nuestras costumbres, buscando reglas que nos permitan ejercer nuestra propia libertad - coollibri.es
La ética trata de nuestras costumbres, buscando reglas que nos permitan ejercer nuestra propia libertad – coollibri.es

 

 

Cómo equilibrar verdad y narrativa atractiva

No todo lo que es verdad es atractivo a nivel narrativo. A veces, incluso, para darle forma al relato, hay quienes prefieren no escuchar la verdad de una persona y eligen la ficcionalización total. Veamos un ejemplo que lo muestra perfectamente.

En 2017, Gay Talese, periodista y escritor de gran renombre, se enfrentó a una gran crisis. Había escrito una novela sobre un voyeur que afirmaba haber comprado un hotel para “satisfacer sus tendencias”. El propio Gay lo acompañó en algunas “sesiones”.

Sin embargo, no todo lo que el voyeur decía era verdad y las fechas no cuadraban, y así lo demostró The Post. El mirón hacía lo que decía, pero no durante todos los años que declaró, y que el escritor narró en el libro. Esto puso en duda la veracidad de todo el relato, pues estaba claro que el voyeur no era un narrador fiable. Tal y como Talese aceptó, en su libro quizá había más inventiva, y menos periodismo narrativo, del que él mismo esperaba.

De lo que le ocurrió a Talese podemos aprender varias cosas sobre el equilibrio entre verdad y atractivo narrativo:

  • Es responsabilidad del autor verificar los hechos. De haberlo hecho, Talese habría añadido desde el principio el disclaimer que, finalmente, tuvo que añadir y el libro no habría perdido toda su credibilidad (ni él la suya como periodista y autor).

 

  • Por muy bien que quede algo sobre el papel, tratándose de no ficción, la verdad siempre debe prevalecer.

 

  • Delimita claramente el género. Si tu texto es, por ejemplo, una autoficción, deja claro cuándo estás narrando hechos verificados y cuándo estás usando recursos narrativos para rellenar vacíos. Así evitas que se confunda ficción con realidad.

 

  • Cuida la transparencia autoral y, si trabajas con testimonios, indica de qué manera los recogiste (entrevista, carta, diario, archivo). Si descubres contradicciones, muéstralas en lugar de ocultarlas, ya que el lector valora esa honestidad e integridad narrativa.

 

  • Acepta la complejidad y que la realidad no siempre es redonda ni literaria. Puede haber silencios, huecos, incoherencias. Respetar esa imperfección es más valioso que forzar un relato perfecto.

 

 

Encontrar, elegir y validar fuentes primarias y secundarias

Existen dos tipos de fuentes: las primas y las secundarias.

Imagina que estás escribiendo una biografía autorizada. Las fuentes primarias serán aquellas que aportan testimonios originales. Por ejemplo, sería la persona sobre la que escribes, pero también quienes lo conocen o conocieron de primera mano, o sus cartas, sus obras y diarios personales.

En cambio, las fuentes secundarias serían libros o artículos que ya han hablado sobre esa persona. No son testimonios originales, pero resultan interesantes para tu biografía y te basas en ellos para construir tu relato, sin caer en el plagio y siempre desde el análisis y la investigación.

¿Cómo encontrar y validar esas fuentes?

  • Investiga no solo para encontrarlas, sino para verificar que son fiables y que sus testimonios, por muy primarios y originales que sean, no tienen sesgos. Por ejemplo, Gay Talese encontró una fuente primaria, pero debió investigar sobre ella, y no solo para dar con ella. 

 

  • Acude a fuentes secundarias y dales el valor que tienen. No por no ser primarias, son peores. Pueden ser muy útiles para contextualizar, aclarar datos o incluso para abrirte las puertas a nuevas fuentes.

 

  • No confíes en tu memoria y, si vas a tomarle el testimonio a alguien, acude con una grabadora para luego volver a escuchar, verificar datos, comprobar si hubo titubeos sospechosos, etc.

 

  • Respeta siempre los derechos, tanto los derechos de imagen como los de privacidad de todas las personas. Tal y como hemos mencionado en un apartado anterior, cada fuente, sobre todo la primaria, debe respetarse y priorizarse sus deseos sobre cómo y cuándo participar, o no participar.

 

 

Casos famosos de controversia ética en la escritura de no ficción

Hemos mencionado ejemplos de todo tipo en lo que respect a la ética en la escritura de no ficción. 

Ahora nos gustaría compartir algunos casos más que fueron controvertidos por diferentes razones.

Casos famosos de controversia ética en la escritura de no ficción- coollibri.es
Truman Capote: A sangre fría (In Cold Blood) – coollibri.es

 

 

 

Truman Capote: A sangre fría (In Cold Blood)

Truman Capote publicó A sangre fría en 1966, obra que se considera un hito del true crime y del periodismo literario.

Capote asegura que todas las citas del libro fueron “transcritas literalmente” de entrevistas o relatos de testigos cercanos al caso del asesinato de la familia Clutter en un pueblo de Estados Unidos.

Sin embargo, investigaciones posteriores a la publicación revelaron varias licencias que permitieron dramatizar escenas. Por ejemplo, la escena final que describe la conversación en un cementerio entre los amigos de una de las víctimas y un detective resultó ser un montaje.

Otro punto de controversia fue la integridad de los diálogos. Las largas conversaciones que Capote recrea tienen una gran carga emocional y narrativa, lo que aporta ritmo narrativo y genera suspense, pero su precisión literal ha sido cuestionada.

A pesar de estas críticas, la obra ha seguido siendo admirada por su capacidad de combinar documentación y belleza literaria, aunque sin ser considerada la crónica periodística que Truman siempre defendió.

Así, deja planteado un dilema central: ¿hasta dónde puede dramatizar escenas que no están completamente verificadas, sin traicionar la verdad?

 

Janet Malcolm: El periodista y el asesino 

Publicada primero como artículo en The New Yorker en 1989, y después como libro en 1990, esta obra examina la relación entre el autor Joe McGinniss y su sujeto, el doctor Jeffrey MacDonald, quien había sido juzgado por el asesinato de su esposa y sus hijas.

Malcolm plantea que McGinniss llegó a un acuerdo con MacDonald de escribir una obra favorable a su inocencia. Sin embargo, finalmente, publicó Fatal Vision (1983), una obra que claramente retrataba a MacDonald como culpable. Lo hizo sin revelar al acusado que ya no lo creía inocente y que el libro iba a adoptar una perspectiva totalmente diferente.

En su artículo/libro, Malcolm hace una crítica a McGiniss por su falta de ética. Aunque la culpabilidad de MacDonald quedase probada, como autor, McGiniss le había prometido algo que luego había incumplido. 

El libro generó mucho debate. McGinniss demandó a Malcolm por “omisiones, distorsiones y declaraciones falsas”. Aunque al final el jurado falló a favor de Malcolm, la polémica puso en cuestión el derecho del periodista a crear expectativas en su sujeto que luego no puede mantener, el deber de transparencia, la fidelidad a los acuerdos tácitos.

 

 

Emmanuel Carrère

Emmanuel Carrère es un autor francés que trabaja en esa frontera entre la no ficción, el ensayo autobiográfico, la crónica y la novela documental.

Ha escrito libros en los que incluye partes de su vida personal, así como la de otros, con detalles emocionales y psicológicos.

Sin embargo, su exmujer, que aparece en su libro Yoga (2020), le acusó de no haber contado con su consentimiento y, de hecho, haber firmado un contrato prometiendo que no volvería a escribir sobre ella sin su permiso. Esto, lógicamente, generó controversia y debates sobre el respeto a la intimidad y si una narrativa atractiva está por encima de lo correcto.

El otro debate es sobre la veracidad en lo que Carrère narra como real. Él mismo ha admitido que se permite licencias y pequeños “engaños”. Considera que establece así un pacto de lectura con sus lectores, según el cual ellos aceptan esas digresiones como parte de la narración. 

 

 

Hunter S. Thompson y el periodismo gonzo

Thompson alcanzó fama con Hell’s Angels (1967), publicada por Radom House. En esta novela narra sus aventuras fruto de un año de convivencia con la banda de motociclistas.

Aunque el libro se considera un retrato pionero del movimiento contracultural estadounidense, muchos críticos señalaron que la intensidad narrativa y la voz del propio autor, omnipresente en las escenas, distorsionaban el grado de objetividad. 

No podemos olvidar que, aunque Thompson era periodista, también se formó en escritura creativa en la Universidad de Colombia.

El dilema ético aquí es distinto, ya que Thompson no inventaba “grandes hechos”, pero seleccionaba, exageraba o filtraba la información a través de su mirada personal, lo que provocaba dudas sobre si era reportaje o literatura.

 

Buenas prácticas para escritores responsables

Antes de acabar, queremos compartir algunos consejos finales para salvaguardar la ética en la escritura de ficción.

Seguro que después de leer nuestro artículo ya has adquirido algunos conocimientos y tienes ejemplos en los que inspirarte (y otros en los que no). Este es un pequeño resumen de lo que debes recordar:

  • La ética en la escritura de no ficción implica hacerse preguntas y reflexionar. Aunque no haya respuestas cerradas o determinantes, es fundamental plantearse cuál es la intención del libro, dónde están los límites y cuál sería el impacto social o personal de lo que escribes.

 

  • Ten claro qué vas a escribir y desde qué punto. La gente esperará rigor periodístico y plena objetividad en un artículo a modo cronología del atentado del 11-S. Sin embargo, tendrás más libertad creativa y espacio para “inventar” si el artículo es a modo testimonio.

 

  • Respeta la privacidad de quienes, con sus testimonios, te ayuden a construir un relato. Que sus palabras sean relevantes y constituyan una gran fuente, no implica que puedas usarlas para el pleno beneficio de tu obra. Igualmente, desconfía de las fuentes e investígalas, recordando siempre que lo factible no siempre es verdad.

 

  • Buscar que algo quede “bonito” nunca puede estar por encima de la ética. No incluyas cambios, exageraciones o invenciones que no aporten nada, carezcan de sensibilidad cultural o choquen frontalmente con los códigos deontológicos.

 

Consejos para autores que autopublican no ficción

Ahora que ya tienes tu manuscrito y has superado los dilemas morales que han ido surgiendo, es momento de publicar tu libro. Puedes buscar un contrato editorial o, gracias a plataformas como CoolLibri España, autopublicarte.

La autoedición es la manera más rápida, sencilla e independiente de ver tu libro impreso y en manos de lectores. Cuando, además, es un libro de no ficción, puede ahorrarte quebraderos de cabeza por editoriales que quieren evitar ciertos temas. 

Sin embargo, si tú tienes claro que lo que has escrito es valioso y, ante todo, ético, lánzate al mundo de la autopublicación con estos consejos:

  • Valora diferentes opciones: tanto de proveedor, como de formato de libro. Tú eres quien toma la última decisión sobre aspectos como la portada o el gramaje del papel. Ten en cuenta el presupuesto, pero también la imagen que quieres dar o la calidad que esperas de tu libro.

 

 

  • Contrata a profesionales: si puedes permitírtelo, pide ayuda a diseñadores, correctores o incluso agentes literarios que puedan mejorar tu manuscrito.

 

Responsabilidad y ética en la escritura de no ficción

La no ficción es siempre un ejercicio de equilibrio entre la verdad y la narrativa. Cada palabra, cada testimonio y cada escena reflejan no solo un relato, sino también una responsabilidad ética hacia las personas y hechos que se narran. Por eso, más que respuestas absolutas, lo que se exige al autor es reflexión, sensibilidad y una conciencia constante de las consecuencias de lo que escribe.

Al final, la ética en la escritura de no ficción no trata de limitar la creatividad, sino de darle un marco sólido. Respetar la verdad, cuidar la dignidad de los implicados y ser transparentes con los lectores son pasos imprescindibles para construir obras que resistan el tiempo y el escrutinio. 

Si después de recorrer este camino ético decides dar el paso hacia la publicación, plataformas como CoolLibri España se convierten en un aliado clave. Te ofrecemos independencia, calidad y control sobre tu obra, para que la voz que llegue a los lectores no solo sea literaria y potente, sino también respetuosa y ética. Porque publicar un libro no es solo compartir una historia, sino también asumir la responsabilidad de cómo esa historia se cuenta.

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