Un buen prólogo que capture la atención es lo que cualquier escritor necesita para conseguir lectores. El resto por supuesto es también importante, pero esas páginas iniciales son clave para causar una buena primera impresión.
El prólogo funciona como una muestra de lo que está por venir en el resto de páginas. Es como una primera (e importante) toma de contacto con la historia, ya que sirve para introducir a los personajes, la acción y también al autor, y hacerlo de modo que se creen expectativas y emoción por leer el resto.
Por lo tanto, aunque no todos los escritores incluyan un prólogo en sus libros, nuestro consejo es que tú sí lo hagas. Es una herramienta infalible para conectar con quienes te lean.
Si no sabes cómo hacerlo, lee este artículo en el que compartimos consejos sobre cómo escribir un prólogo que capture la atención del lector.
Cómo escribir un prólogo que capture la atención del lector: consejos y trucos
Aunque nos encantaría entrar de lleno en los consejos para escribir un prólogo que capture la atención, primero es importante definir qué es un prólogo y cuál es su función. Sin el total entendimiento de estos conceptos, resultará complicado redactar uno, o al menos uno que cumpla su propósito.
La definición y propósito del prólogo en la literatura
Como hemos adelantado, el prólogo actúa como una una introducción importante para tu libro. Funciona como una especie de capítulo inicial que presenta el argumento en general o aspectos concretos de este (como el contexto histórico o cultural en el que se sitúa la historia).
Puede estar escrito por el autor, que utiliza el prólogo para introducir la trama o explicar qué le llevó a escribir, o también por una persona distinta (por ejemplo, el editor o un crítico literario, algo muy común cuando estamos ante una obra clásica o de un autor ya fallecido).
Aunque los prólogos aparecen en casi cualquier obra narrativa, es fundamental que estén presentes en obras de no ficción. Así, los ensayos o biografías están siempre prologadas (normalmente por una persona que no es el autor pero es igualmente experta o referente en el tema que se trata).

¿Cuál es el propósito del prólogo?
Es importante que el prólogo capture la atención al «presentar» la obra, pero también tiene otros propósitos, como ofrecer una visión única y específica sobre el proceso de escritura, la vida del autor o el contexto.
Otro uso del prólogo es el de pedir disculpas o adelantarse a posibles quejas. Si vas a escribir un libro que puede resultar polémico o para el que te has basado en hechos reales, quizá quieras utilizar este recurso para aclarar cuál es tu intención y defenderla ante posibles ataques. Esto es algo que autores clásicos hicieron para proteger sus obras y evitar la censura. Un ejemplo de esto es el prólogo de La Celestina, en el que Fernando de Rojas, para escapar de la Inquisición, asegura que la finalidad del drama es avisar de los peligros de un romance prohibido y fuera de la religión.
Cómo utilizar el prólogo para presentar el tema y el tono del libro
Por suerte escapar de la Inquisición ya no es un motivo para escribir un prólogo y, si incorporas uno en tu libro, lo más probable es que lo hagas para presentar el tema y el estilo de escritura. ¿Cuál es la mejor forma de hacerlo? Estos son nuestros consejos y rucos:
- Escoge al narrador del prólogo: puede que seas tú como autor, pero también puede que quieras que sea un personaje el que introduzca la historia. Por ejemplo, puedes usar el recurso del Lazarillo de Tormes, el del protagonista explicando cuál es la historia que se va a narrar.
- Dale unidad: el prólogo no puede desligarse del libro, aunque tenga que guardar cierta independencia. Para ello, asegúrate de que escribes una buena introducción. Esta no debe desvelar demasiado de la idea principal pero sí presentar la acción de modo que den ganas de seguir leyendo. Piensa en el prólogo como una cuerda a la que quieres que el lector se agarre para luego tirar de él y sumergirle dentro de la historia.
- Sé breve: para que un prólogo capture la atención debe tener la longitud perfecta para ser dinámico y no aburrir.
Cómo utilizar el prólogo para establecer una conexión emocional con el lector
Especialmente si eres un escritor novel, el prólogo puede ser un gran recurso para conectar con el lector. Piensa que la persona que llegue a tu primer libro no te conocerá de antes, una ventaja con la que sí cuentan aquellos autores clásicos.
Cuando escribas el prólogo intenta que este genere confianza y empatía. Esa conexión emocional puede establecerse contigo como autor (por ejemplo, contando que te ha llevado a escribir o a autoeditar tu libro, si es el caso) o con algún personaje (introduciendo su voz, su historia o cómo se siente). También es recomendable que introduzcas cuál es el mensaje de la obra, qué puede aportar al lector y a qué genero pertece (no pueden quedar dudas sobre si es un libro comedia, de terror o de fantasía)
Como el libro puede llegar a las manos de personas muy diferentes, es importante que seas específico pero al mismo tiempo general.
Cuando uno escribe, el lector es uno.
Jorge Luis Borges
Consejos prácticos para escribir un prólogo efectivo que atraiga la atención del lector
Antes de ponerte a escribir un prólogo que capture la atención, es posible que estés en la búsqueda de algunos consejos prácticos. Aspectos como la estructura o el tono son de vital importancia, pues un fallo o una falta de coherencia textual pueden ser determinantes para el lector. Si este llega a tu libro, lee el prólogo y solo se encuentra con páginas que le confunden, dejará el libro donde lo ha encontrado, y no quieres eso, ¿verdad?
En cambio, si lee un prólogo no solo bien escrito sino bien pensado, tendrás más posibilidades de que continúe leyendo el resto de la historia.
Cómo estructurar un prólogo para un inicio efectivo de la obra
¿Cómo de largo debe ser un prólogo? ¿Debo estructurarlo como cualquier otro capítulo? Estas preguntas puede que se estén amontonando en tu cabeza, pero te prometemos que cuando termines de leer nuestros trucos para escribir un prólogo que capture la atención tendrás claras las respuestas.
Sobre la longitud, la adecuada es de unas 1000 palabras; intenta no superar las 1500, ya que entonces quedará muy largo y perderás el interés del lector antes de tener la oportunidad de engancharlo.
En cuanto a la estructura, generalmente un prólogo cuenta de tres partes:
- Introducción: incluye toda la información que sea esencial para entender la obra y tu papel como autor. Todo esto dando pinceladas, pues ya tendrás tiempo para extenderte luego (por ejemplo, si vas a explicar que la trama está basada en hechos reales, pon realismo en el prólogo y menciona cuáles son esos hechos, pero sin entrar en muchos detalles).
- Desarrollo: en este apartado puedes explayarte más e incluso añadir citas textuales, argumentos de otras personas… Que apoyan la obra y hacen que resulte interesante para el lector.
- Cierre: acaba el prólogo sin acabar con el interés del lector. Lo que este debe sentir son ganas de pasar la página e iniciar la lectura del libro.
Un consejo final a la hora de estructurar el prólogo es que no pienses en él como un capítulo inicial (para eso ya está el primer capítulo). De hecho el prólogo te da mucha más libertad en ese sentido, pues el narrador, el tiempo o el lugar no tienen por qué ser los mismos que el resto del libro. Por lo tanto, debe conectar con la historia principal pero no ser parte de ella.

Cómo utilizar el prólogo para generar interés en futuras obras y establecer una relación con el lector
El prólogo no solo es una herramienta para que el lector conecte con la historia, sino también con su autor. De este modo si el escritor tiene pensado en futura obras, darse a conocer en el prólogo le ayudará a establecer una relación con el lector y lograr que este le recuerdo en un futuro, quizá cuando esté en una librería escogiendo la que será su próxima lectura.
Conseguir permanecer en la mente de quienes te leen puede ser determinante y ayudarte a vivir como un escritor profesional. Igual que un vendedor se hace su cartera de clientes, un escritor debe atraer lectores que compren sus obras no solo por las historias sino por él mismo.
Para que esto sea posible, utiliza el prólogo como una carta de presentación. Pero no lo hagas listando todos tus títulos o los premios literarios que has conseguido. Si quieres establecer una conexión emocional de verdad, cuenta anécdotas y deja que el lector vea tu parte más real y más personal. Deja también entrever que has escrito o vas a escribir más obras, incluyendo el título de estas o los temas que te gustaría tratar. Esto hará que tus lectores se mantengan pendientes de futuras publicaciones y se conviertan así en seguidores de tu literatura.
Algunos escritores aumentan el número de lectores; otros sólo aumentan el número de libros.
Jacinto Benavente
Cómo utilizar el prólogo para caracterizar los personajes y establecer el tono del libro
Por último vamos a darte algunos consejos para crear un prólogo que capture la atención del lector, caracterice también a los personajes y establezca el tono del libro.
- Es recomendable enfocar el prólogo hacia la caracterización de personajes si el libro forma parte de una serie; ayudará a identificar la historia y el tono.
- Describe los elementos más inconfundibles de los personajes siempre que sean determinantes en la historia (si un personaje tiene la piel clara pero esto no influye en el argumento, no lo incluyas, pero si es un vampiro y la tuya es una obra de ciencia ficción, inclúyelo para dar pistas y contexto al lector). También puedes explicar cómo has creado a los personajes ficticios, en qué te has basado o qué es para ti lo más característico de ellos.
- No abuses presentando a varios personajes, es mejor que te centres en los protagonistas (por ejemplo, J. K. Rowling en el primer capítulo de Harry Potter, que en realidad es un prólogo, presenta a Harry -destacando su cicatriz-, y a Dumbledore, McGonagall y Hagrid, que serán relevantes durante toda la serie).
- Mantén un tono representativo: con la lectura del prólogo el lector debe tener claro de qué va el libro, y para ello es importante cuidar el tono. Por ejemplo, si has escrito un thriller psicológico el prólogo debería introducir el suspense.

Escribe un prólogo que capture la atención
Si como escritor conectas con el lector, sobre todo en las primeras páginas, tienes gran parte del camino hecho. Por eso es importante que el prólogo cumpla su función y ayude a convertir tu libro en un éxito.
Si tu obra ya está terminada, prólogo incluido, solo te queda cuidar la maquetación y lanzarlo al mercado. Por suerte, hoy en día existen plataformas de autoedición como Coollibri que hacen que sacar un libro esté al alcance de todo el mundo.
Con tu talento, tu libro y tu prólogo y las herramientas que nosotros podemos a tu disposición, estás a un paso de publicar tu libro.