Cuando el deseo de escribir un libro se convierte en un objetivo serio, desarrollar un calendario editorial para autores puede ser clave para que el proyecto siga adelante y no se quede en un documento word a medio escribir. 

Un calendario editorial actúa como una guía, evitando que te sientes frente al ordenador sin saber qué deberías escribir, cuál sería un buen ritmo de trabajo o cómo ir avanzando.

Si, además, eres un autor independiente que ha decidido autopublicarse, marcarte unos plazos es fundamental. Trabajando con una editorial o agencia literaria, serían ellas quienes te exigirían ciertas entregas. Con tu propio calendario editorial para autores adquieres ese compromiso contigo mismo.

En definitiva, si quieres que el libro que llevas años pensando en escribir se haga realidad, empieza a crear tu calendario editorial para autores, cúmplelo y acaba, por fin tu novela. 

 

¿Por qué un calendario editorial puede ayudarte a terminar tu libro?

Un calendario editorial para autores es una herramienta clave si quieres acabar tu libro. Muchos escritores lo crean en el mismo momento en el que empiezan un nuevo proyecto literario. Otros piensan que no lo necesitarán, pero se dan cuenta de su error en cuanto llega el primer bloqueo del escritor o se frustran al ver que no avanzan tanto ni tan rápido como esperaban.

La motivación no es estable ni infinita. Tener un plan para no sentarte frente al ordenador y no saber qué hacer no evitará días en los que te falte la creatividad, pero sí te dará un propósito y tendrás una tarea que completar. Es aquí donde entra la idea de la resiliencia creativa, algo que autores como Elizabeth Gilbert o Neil Gaiman mencionan constantemente: crear a pesar del miedo, del bloqueo o del perfeccionismo.

Por eso también triunfan retos de escritura como NaNoWriMo (National Novel Writing Month). Los escritores necesitan un sistema que seguir y una meta a la que llegar. 

El calendario editorial recoge, en un solo documento, todas las tareas y fases de tu proyecto literario para ayudarte a construir esa resiliencia creativa. Actúa como una hoja de ruta con la que llevar un control de qué has escrito, qué falta por hacer, cuándo deberías haber acabado o qué necesitas para pasar a la siguiente etapa. 

 

 

Ventajas de un calendario editorial para autores

Profesionales de diferentes sectores, sobre todo aquellos que tienen que ver con la creatividad, trabajan con calendarios editoriales para la planificación estratégica y también la organización personal. 

En estos calendarios apuntan plazos y listas de objetivos que deben ir completando y alcanzando. No se trata de imponerse una presión extra, sino más bien de estructurar el trabajo y hacerlo más accesible.

Esta es, precisamente, una de las principales ventajas del calendario editorial para autores, pero hay otras: 

• Gestión del tiempo: aunque haya días que la creatividad fluye, y hay que aprovecharlos, es mejor optimizar las jornadas de trabajo. De nada sirve agotarse tras 10 horas de escritura, si eso implica que el resto de la semana tu cabeza está frita. Solo conseguirás aborrecer el momento de escribir al no saber si será un buen día (y extenuante) o un mal día (y frustrante). Con un calendario, tardarás menos en escribir un libro y mejorarás el balance vida-trabajo.

 

• Flujos de trabajo: hay días para escribir y otros para corregir, avanzando en la creación y revisión de tu manuscrito. El calendario no te deja pensar “¿qué debería estar haciendo hoy para llevar un buen ritmo de trabajo?”, porque ya has hecho un planteamiento previo.

 

• Disciplina creativa: cumplir un calendario implica comprometerte con el trabajo que ahí planteas. Si tuvieses un editor, tendrías a una persona exigiéndote entregas y avances. Sin esa figura, todo depende de ti y de un calendario realista, pero riguroso, que te obligue no solo a avanzar, sino también a mejorar tus habilidades literarias. 

 

• Rutina: más allá del compromiso, cumplir con el calendario y dedicar un tiempo estipulado a tu proyecto literario te ayuda a crear una rutina productiva y a tomártelo en serio. No es un hobby ni algo que haces en tus ratos libres, sino un trabajo o incluso un negocio.

 

• Reducción del estrés y la frustración: con un plan, las tareas parecen más sencillas. Tu objetivo no es “escribir un libro”, que parece inabarcable, sino “escribir 1000 palabras cada día”, “corregir el capítulo 2” o “crear un esquema argumental para un personaje”. 

 

Fases del proceso creativo que puedes planificar 

Al planificar un calendario editorial para autores, hay muchas partes del proceso que puedes incluir. No solo hablamos de la escritura, sino de otras etapas como el diseño de la portada o la escritura de la sinopsis.

• Esquemas y documentos iniciales: según el argumento y la complejidad de tu libro, necesitarás crear esquemas de mundos ficticios, fichas de personajes o cronogramas. Las primeras tareas de tu calendario editorial deben estar centradas en la creación de estos documentos, sin los que no podrás seguir avanzando.

 

• Definición de objetivos y plazos: si tienes una fecha en mente para publicar tu libro, apúntala. Luego, anota fechas intermedias a modo de plazos de entrega. Aunque no estén escritos en piedra y puedas modificarlos, te servirán como guía visual de cuánto tiempo tienes entre ellos.

 

• Escritura y corrección: muchos autores prefieren corregir al final. Es una opción, pero para no sentirte estancado y que tu manuscrito empiece a coger forma, te recomendamos alternar etapas de escritura y de revisión en tu calendario. Por ejemplo, cuando tengas escritos los primeros capítulos, corrígelos antes de continuar. Así, si has cometido algún error o algo no te encaja en el planteamiento inicial, no lo arrastrarás durante toda la novela.

 

• Maquetación y diseño: cuando ya tengas el manuscrito final, planifica sesiones de maquetación y diseño del interior y la portada de tu libro. Incluso si decides contratar a un profesional, calendariza tareas como encontrar perfiles de diseñadores o buscar referencias e inspiración.

 

• Impresión: igual que con el diseño, cuando tu libro esté casi acabado, ponte plazos en los que tomar decisiones sobre la impresión (formato del libro, encuadernación o costes esperados). 

 

• Marketing: el calendario editorial para autores independientes también debería incluir objetivos de todo lo referente a la promoción. Por ejemplo, si vas a crearte una web, ponte una fecha límite para que esté lista, y anota los contenidos que te gustaría ir publicando o las ofertas que quieres lanzar para aumentar ventas. 

 

¿Cómo diseñar tu calendario editorial paso a paso?

Es ahora momento de crear tu calendario editorial para autores.

Antes de entrar en el cómo hacerlo y el paso a paso, te recomendamos analizar bien cuál es tu situación y tenerla muy en cuenta. No es lo mismo un autor que tiene otro trabajo que le ocupa ocho horas, que uno que está en una residencia literaria y, durante un par de semanas, puede centrarse totalmente en su proyecto y hacer un “sprint” creativo”. 

Los objetivos, plazos y expectativas deben adaptarse a cada persona, a sus posibilidades o incluso a sus niveles de energía, así que no te compares ni te frustres por no llegar a todo. 

Define objetivos y plazos realistas

Como decíamos, los objetivos tienen que ser realistas. Si no te cuesta sacar 4 horas cada día a la escritura, no te pongas como meta escribir 5 horas. Tampoco te plantees tener tu libro escrito y corregido en un mes si tu ritmo de trabajo no se corresponde a esa rapidez. 

En este sentido, te recomendamos utilizar el sistema de metas SMART. Si estás familiarizado con conceptos de marketing, seguro que lo de SMART te suena. Si no, aquí te explicamos qué significan estos objetivos “inteligentes”:

• S (Específico): un objetivo vago como “voy a escribir más” no sirve de nada. Tu objetivo debe detallar claramente qué vas a hacer, como podría ser “Voy a escribir el capítulo 3 centrado en el conflicto entre la protagonista y su madre.”

 

• M (Medibles): necesitas poder comprobar si vas cumpliendo o no, y para eso necesitas números y fechas cerradas. Por ejemplo, “escribir 1000 palabras por sesión” o “crear tres fichas de personaje esta semana”.

 

• A (Alcanzable): no es lo mismo plantearte escribir 10.000 palabras al día que 800.

 

• Un objetivo alcanzable se adapta a tu contexto, a tus horarios, a tu nivel de energía y a tu ritmo como autor. Empieza con algo sencillo y abarcable como “quiero escribir cuatro días por semana durante 1 hora.”

 

• R (Relevante): los objetivos deben estar alineados con tu progreso real en el libro. Si estás en un primer estadio de la creación y estás escribiendo una ficción histórica, no te pongas a pensar aún en el plan de marketing literario y plantea algo más relevante como “investigar sobre la guerra civil española porque mi novela transcurre en ese contexto”.

 

• T (Acotado en el tiempo): poner un plazo le pone límites a la procrastinación y mejora tu enfoque y concentración. Por ejemplo: “El primer borrador debe estar terminado antes del 30 de junio.”
  

 

 

Divide tu proyecto por etapas y bloques de trabajo 

Ahora que ya tienes objetivos, es momento de dividirlo en bloques de trabajo. “Escribir 5 capítulos para final de mes” puede ser específico, medible, alcanzable, relevante y acotado en el tiempo, pero sigue siendo algo “gigante” que puedes dividir en tareas más simples y que se repartan a lo largo de todo el calendario. 

¿Cómo hacer esta división? Fácil. Para empezar, piensa en cada pequeña cosa que necesitas para completar el objetivo de acabar 5 capítulos:

• Fichas de personajes, cronogramas y esquemas argumentales de qué pasa en cada capítulo o qué escenas son las más importantes. 

 

• Escribir cada uno de los capítulos.

 

• Corregir lo escrito.

Son tres grandes etapas del proceso creativo. Si la fase de documentación o planificación ya la tienes hecha, puedes dedicar un par de días a revisarla y afinar el esquema de escenas.

Después, pásate al bloque más largo y tedioso: la escritura. Según tu disponibilidad, esta fase puede ocupar entre una o dos semanas.

Por último, reserva otro bloque para la corrección. Puede que tarde menos que la escritura, pero es mejor no hacerla con prisa.

Si además tienes otras tareas en marcha, como revisar capítulos anteriores, agrúpalas en bloques independientes. Es una gran idea usar técnicas de productividad como la Pomodoro o el time blocking, para evitar saltar de una tarea a otra en la misma sesión.

 

Reserva tiempo para corregir, descansar e inspirarte 

Nuestra recomendación es que, dentro de tus bloques de trabajo, siempre haya uno dedicado a la corrección, afinando capítulos según los escribes y no esperando al final para revisar miles de páginas. 

Además, hay otros dos bloques igualmente esenciales y que deben tener su lugar en tu calendario editorial para autores. Hablamos de tiempo para descansar e inspirarte, que no es exactamente lo mismo. 

En el tiempo de descanso debes no hacer nada que tenga que ver con el libro o que ni siquiera sea productivo. Sal a dar un paseo, túmbate en la cama, medita, haz deporte… En definitiva, aparta tu vista de la pantalla y tu mente de los personajes y de sus tramas. 

Cuando sea momento de inspirarte, haz cosas más “productivas” relacionadas con la literatura, pero no necesariamente con tu libro. Por ejemplo, leer libros o ver películas y series. Son estímulos que despertarán tu creatividad.

Dentro del bloque de inspiración, aprovecha también para leer manuales y libros sobre creatividad y productividad. Nuestros favoritos son Mientras escribo (Stephen King), El camino del artista (Julia Cameron), Libera al escritor que llevas dentro (Dorothy Leeds), El arte de la escritura (Ray Bradbury), Escribir novela (Linda Edelstein), Bird by Bird (Anne Lamott), Deep Work (Cal Newport), Roba como un artista (Austin Kleon) y Atomic Habits (James Clear).​

 

 

Herramientas digitales para organizar tu calendario editorial para autores

Existen muchísimas herramientas para crear calendarios físicos y digitales con los que planificar tu proyecto literario. 

Desde una agenda de escritura tradicional, hasta apps y software de productividad en los que registrar cada etapa y avance. 

Son en estas apps en las que vamos a centrarnos porque, aunque para hacer una lista de tareas pueda servirte cualquier cuaderno o agenda, una plataforma online es más útil para hacer seguimiento.

Pero, de entre todas las plataformas disponibles, ¿con cuál quedarse? Antes de compartir nuestras recomendaciones, te aconsejamos escoger la que más sencilla te parezca o incluso la que ya uses para otros proyectos profesionales o personales. 

 

 

Apps de notas

Cumplen una función simple y su interfaz es, en consecuencia, bastante sencilla e intuitiva. Destacan algunas como Evernote, Todoist o Milanote, específica para proyectos creativos. 

Frente a una agenda normal, lo bueno de estas apps es que te permiten asignar y modificar fechas, recibir recordatorios y agrupar las tareas y las listas por bloques. 

Existen otras apps también de listas, pero con un componente mayor de productividad, que son las que vamos a ver a continuación.

Si quieres algo aún más simple, puedes utilizar Google Calendar para apuntar tareas y plazos límite.

 

 

Apps de productividad

Los trackers de hábitos y software de gestión de proyectos como Trello, Asana o Notion están diseñados para mejorar tu productividad. De hecho, muchas de estas apps incluyen ya una IA propia con la que optimizar tu tiempo y tu trabajo. 

Las más simples son Trello y Asana, en las que puedes crear tableros con listas de tareas, objetivos y flujos de trabajo. Son intuitivas, aunque no tienen tantas posibilidades como Notion, que, incluso en su versión gratuita, permite crear un espacio de trabajo totalmente personalizado.

Lo más positivo es que, en todas ellas, encuentras plantillas de planificación editorial, de manera que tú solo tengas que completarlas, pero sin crear el sistema desde cero.

 

Apps de escritura

Para responder a las necesidades de los escritores, plataformas online como Scrivener ofrecen funcionalidades centradas en la organización del proyecto. 

Otras opciones son LivingWriter, Ulysses o Bibisco. Aunque cada una tiene unas características concretas, todas cumplen la misma misión de otorgar a los escritores una herramienta todo en uno en la que planificar, escribir y corregir.

A diferencia de un procesador normal como Google Docs o Word, estas apps favorecen la creación literaria, la concentración y la organización del proyecto más allá del índice.

 

 

Ejemplo de calendario editorial mensual para escritores

Para poner en práctica todo lo anterior, vamos a ver un ejemplo realista de calendario editorial mensual. Imagina que tu objetivo es: “escribir y corregir los tres primeros capítulos de tu novela.”

Es un objetivo específico, medible, alcanzable, relevante y acotado en el tiempo, es decir, es una meta SMART. 

Ahora vamos a transformarlo en bloques de trabajo y tareas semanales.

 

 

 

Semana 1: planificación y preparación del manuscrito

Durante la primera semana, el foco es sentar las bases del proyecto. Aquí no deberías escribir todavía, sino asegurarte de que la estructura narrativa está clara.

Tareas:

• Revisar las fichas de personajes.
• Actualizar el esquema argumental y el cronograma.
• Escribir un breve resumen de cada capítulo (qué pasa, quién interviene, cuál es el conflicto).

Plazos:

• Lunes y martes: revisión de personajes y ambientación.
• Miércoles y jueves: esquema narrativo y cronograma de escenas.
• Viernes: revisión final del mapa del libro y preparación para la escritura.

Durante esta fase puedes incluir sesiones breves de inspiración o documentación, pero la prioridad es que toda la base del manuscrito quede lista.

 

 

Semana 2 y 3: escritura de los capítulos

Estas dos semanas son el núcleo del proyecto. No mezcles tareas, porque aquí la única misión es escribir.

Tareas:

• Redactar un capítulo por semana y, si el ritmo lo permite, dejar el tercer capítulo empezado o terminado.

Plazos:

• Lunes a jueves: escritura.
• Viernes: revisión ligera, sin corregir en profundidad.

Es probable que algunos días avances más y tengas sesiones muy productivas. En otros, quizá solo consigas escribir unos pocos párrafos. Es normal. Con un calendario editorial para autores no buscas inspiración perfecta, sino progreso acumulado.

 

 

Semana 4: corrección y ajustes

En esta semana el objetivo ya no es escribir, sino corregir y mejorar.

Tareas:

• Revisión del lenguaje, ritmo, coherencia narrativa y continuidad.
• Ajustes en diálogos, descripciones y construcción de escenas.
• Comprobación de fallos estructurales.

Plazos:

• Lunes y martes: corrección del capítulo 1.
• Miércoles: corrección del capítulo 2.
• Jueves: corrección del capítulo 3.
• Viernes: lectura parcial en voz alta o pase final.

No corregirás una novela entera en una semana, pero sí dejarás una primera versión sólida de tus capítulos y una base estable para continuar.

 

 

Consejos para mantener la constancia sin agobiarte con tu calendario editorial para autores

Tu calendario editorial no debería ser una carga, sino una ayuda para ser constante, sin agobios. 

Como esto es más fácil decirlo que hacerlo, tenemos algunos consejos para que abordes tu proyecto literario con calma.

 

 

No lo hagas solo

Participar en retos como el ya citado NaNoWriMo y en otros maratones literarios, es una gran idea. 

No te confundas, son retos exigentes, pero también un entrenamiento para tu compromiso y una manera de probar la efectividad del calendario editorial para autores. 

Si tienes que escribir 50000 palabras en un mes, tendrás que organizarte día a día, semana a semana.

Pero lo interesante de estas iniciativas no es el objetivo, sino su carácter colectivo. Muchos participantes se unían en sesiones de escritura grupal, tanto en persona como online, para apoyarse e impulsarse entre sí. 

Esta fuerza de grupo es la que se propicia también en las residencias artísticas, campamentos literarios y talleres y seminarios online y offline. Son espacios de máxima concentración a los que se llega con una meta clara y compartida. Además, suelen ofrecer una programación, esto es, un calendario de sesiones y tareas ya listo para ti.

Puedes encontrar iniciativas de este tipo en páginas como Writing Workshops (para el mundo anglosajón) o en Escuela de Escritores. 

 

 

Descansa cuando lo necesites

Insistimos en que el descanso es un bloque de trabajo en sí mismo, aunque te parezca una pérdida de tiempo. 

Recuperar energía y no estar siempre pensando en el calendario y en las fechas límite, mejorará tu creatividad. 

Es más, si sientes que el calendario te está agobiando y, lejos de ser una ayuda, está siendo una fuente de angustia, para unos días y reflexiona sobre por qué te está fallando. Modifica las fechas si crees que necesitas más tiempo para las tareas y, una vez hayas recuperado tu energía, retómalo.

 

Sal de casa

Escribir es un proceso lento y muy solitario. A veces es eso lo que nos pesa, y no tanto el calendario o la falta de él. 

Cuando puedas, ve a bibliotecas, fotos literarios educativos, cafés literarios o espacios de coworking para escritores. Lugares en los que, aunque sigas trabajando en silencio, sentirás la compañía de otras personas que escriben o trabajan en sus propios proyectos.

Otra alternativa es apuntarte a alguna asociación literaria y participar en encuentros con autores y editoriales en los que aprender cómo trabajan o cuál ha sido su proceso.

 

 

La importancia del calendario editorial para autores

Crear un calendario editorial para autores no es una mera herramienta organizativa, sino más bien una estrategia para transformar una idea en un libro terminado.

Es el sistema que evita bloqueos, que aporta claridad en cada fase y que fortalece tu resiliencia creativa. Siguiendo un plan, conviertes la inspiración en hábito y el hábito en progreso.

Cuando llegas al final del proceso y el calendario está completado, llega el siguiente paso: darle vida editorial. En ese momento necesitas un aliado fiable, profesional y práctico. Por eso, si vas a autopublicarte, CoolLibri puede ser tu socio de impresión. Te acompañamos desde la elección del formato y la encuadernación, hasta la impresión final del libro que imaginabas desde el principio.