Escribir no es solo creatividad, inspiración y arte, también tiene mucho de técnica, perseverancia y superación de bloqueos. Esos desafíos hacen que no siempre sea fácil mantenerse motivado durante el proceso de escritura.

La constancia es fundamental para acabar un libro, y cualquiera que se ha sentado frente al ordenador a intentarlo, lo sabe. Porque escribir una obra literaria implica asumir un compromiso con uno mismo (o con una editorial) y sentarse no solo un día, sino muchos, incluso cuando la motivación escapa al papel.

Para poder acompañarte en esos momentos en los que las ganas y la fuerza de voluntad fallan, compartimos en este artículo algunos consejos para mantenerte motivado durante el proceso de escritura.

 

Las causas más comunes de la desmotivación

¿Por qué estás desmotivado? ¿Qué es lo que está haciendo que ponerte escribir parezca una misión imposible?

Estas son preguntas muy difíciles de contestar. A veces la desmotivación está ahí, nos atrapa y nos impide ver más allá. 

Sin embargo, y aunque te sientas solo e incomprendido, lo cierto es que otros escritores han estado en tu lugar. Quizá esto no te sirva de consuelo, pero sí te ayudará a saber que, como lo que te pasa, no es algo aislado, hay unas causas comunes.

Conociendo los motivos principales por los que se pierde la motivación, podrás identificar los tuyos y empezar a ponerles solución (y a prevenirlas).

Lo importante es la acción. No tienes que esperar a tener confianza - coollibri.es
Lo importante es la acción. No tienes que esperar a tener confianza – coollibri.es

 

El miedo al fracaso en la literatura

Cualquiera que quiera dedicarse al mundo de la literatura sabe que, por cada best seller o libro que llega a las listas de más vendidos, hay muchos que se quedan por el camino, perdidos en las estanterías de librerías y bibliotecas, o eternamente indexados en catálogos online. 

Fracasar, entendiendo el fracaso como la ausencia de ventas, es un miedo paralizante. Que la escritura propia no se entienda, no se aprecie o pase desapercibida, despierta esa terrorífica pregunta de “¿para qué?”. ¿Para qué seguir si esto no sirve de nada?

La posibilidad de fracasar siempre va a estar ahí. Sin embargo, estamos entendiendo el fracaso como la ausencia de ventas y el éxito como el auge de ventas. ¿Qué pasaría si cambiásemos ese paradigma?

Quizá el éxito deberíamos ver el éxito como la capacidad de haber acabado un libro. De haber tenido la disciplina y el ingenio para sentarte día tras día frente a una página en blanco. 

Así, el fracaso sería desoír esa inquietud creativa y abandonar un proyecto por un miedo a no ser leído. Olvidando además que, en ocasiones, ser leído por una sola persona y llegar a su corazón, ya es un gran éxito.

Si la gestión emocional de este miedo te cuesta, puedes acudir a un terapeuta. Compartir cómo te sientes y luchar contra las ideas que te sabotean es crucial para que escribir no se convierta en una tortura.

 

 

El síndrome del impostor y el perfeccionismo

Además del miedo al fracasar, está el miedo a decepcionar o a parecer un impostor, alguien que no es escritor, pero pretende serlo.

Este temor a ser descubierto y señalado dificulta el mantenerse motivado durante el proceso de escritura. De nuevo, surgen dudas sobre si lo que uno escribe es suficientemente bueno o solo una prueba de la falta de técnica y creatividad.

Así, el síndrome del impostor está estrechamente ligado al perfeccionismo. Querer hacer las cosas perfectas no es algo positivo, sino negativo. Cuando alguien busca la excelencia, teme cometer errores y evita a toda costa aquellas tareas que pueden conducirle a ellos. En el terreno de la escritura, los autores perfeccionistas dejan de escribir.

De este modo, el perfeccionismo se convierte en procrastinación y luego en aislamiento. El simple hecho de reconocer que uno está bloqueado creativamente y que le falta motivación, ya se percibe como un error.

 

Falta de tiempo

Generalmente, los escritores, incluso los más famosos, no se dedican solo a escribir. Son, además, periodistas, columnistas de opinión, profesores, conferenciantes o publicistas. 

En cualquier caso, se enfrentan a la falta de tiempo y al no encontrar el lugar ni el momento para dedicar unas cuantas horas a la escritura.

Llegar a casa tras una larga jornada laboral, asediado por plazos de entrega, tareas, reuniones… Complica el sentarse a escribir, pues la mente está saturada. A la falta de inspiración se le suma un cansancio y una falta de motivación. Un cóctel explosivo que puede causar el abandono de cualquier proyecto literario.

A pesar de que no hay manera de hacer que el día tenga más de 24 horas, sí hay algunas estrategias para organizarte mejor y valorar tu arte.

 

Estrategias prácticas para mantener la constancia

La motivación intrínseca, la que nos mueve desde dentro, no es algo lineal y que siempre se mantenga al mismo nivel. Confiar en nuestra fuerza de voluntad no siempre será una opción, sobre todo en esas jornadas en las que las palabras no fluyen y el bloqueo creativo es total. 

Por eso, para mantenerse motivado durante el proceso de escritura, hay que seguir y plantear una serie de rutinas o hábitos que pueden ayudar a mantener la constancia.

Estrategias prácticas para mantener la constancia - coollibri.es
Estrategias prácticas para mantener la constancia – coollibri.es

 

 

Organización en la escritura

Todo escritor sueña con dedicarse a ello de manera profesional. Aunque esto no siempre vaya a ser posible, es fundamental tomarse la escritura como un trabajo y no como un hobby.

No porque vaya a aportarnos un salario a final de mes, sino porque tomárselo en serio y adoptar un compromiso firme como el que tendríamos con cualquier otro trabajo, puede cambiarlo todo.

En este sentido, lo aconsejable es que crees una rutina de escritura:

  • Establece tus objetivos: pueden ser metas pequeñas y a corto plazo (como acabar un capítulo por semana), u otras más grandes y ambiciosas (como marcar una fecha límite de publicación). Teniendo un propósito, te será más fácil organizar una rutina alrededor de este. 

 

  • Diseña un calendario literario: esto es, un calendario en el que, según tus objetivos, señales qué deberías hacer cada día. No seas demasiado ambicioso y ten en cuenta tus limitaciones. Si sabes que hay una semana que vas a tener muchos otros compromisos personales o laborales, no agendes largas sesiones de escritura. Este calendario funcionará como una hoja de ruta.

 

  • Planifica también el descanso: como decíamos, no todos los días serán igual de productivos, y no deberías pretender que lo sean. La flexibilidad es imprescindible y esto implica descansar. Además, ese tiempo de “recuperación” puedes utilizarlo para hacer otras actividades creativas que te nutran de inspiración y ganas, como leer, pintar, visitar una exposición… Recuerda que si no te das un respiro, terminarás bloqueándote.

 

  • Date recompensas: y estas recompensas no deberían ser descansos porque, como hemos dicho, las pausas deben ser obligatorias y parte de la planificación. No obstante, si puedes “regalarte” otras cosas según vayas cumpliendo objetivos. Por ejemplo, cuando termines un capítulo, prométete dar un paseo largo o invitarte a tu postre favorito. ¡Te lo mereces!

 

  • Haz de la escritura un hábito diario: escribir un poco cada día, aunque luego termines borrándolo todo, marca la diferencia. Establecerás el hábito y, sin forzarte y parando cuando tu mente te lo pidas, practicarás y cogerás ritmo. Esta es la razón de que muchos autores practiquen la escritura libre y escriban por escribir, solo para entrenar la perseverancia.

 

 

Cómo reconectar con el propósito personal de escribir

Para mantenerse motivado durante el proceso de escritura es crucial recordar por qué escribimos. Por qué queremos contar historias y a quién queremos contárselas, qué queremos expresar y cómo esperamos que nuestra obra, de alguna manera, deje huella. 

Para que logres reconocer con tu propósito y tu porqué, prueba con estas técnicas:

  • Realiza ejercicios de escritura en los que no te juzgues y simplemente fluyas. Recupera así la emoción de escribir sin presión. Utiliza para ello actividades típicas de talleres de escritura, como cartas a personajes ficticios, reescritura de cuentos clásicos o la escritura a partir de imágenes.

 

  • Practica mindfulness antes de empezar, ya que muchas veces llegamos al ordenador con dudas, culpa, estrés, inseguridad… Creencias y pensamientos limitantes que interfieren en nuestra motivación. Por eso, dedicar unos minutos a respirar o hacer una meditación guiada puede calmar las emociones y colocarte en un mejor estado creativo.

 

  • Visualiza a tu lector, y sal un poco más de tu cabeza. No estás escribiendo porque sí, sino porque quieres transmitir algo a quienes te lean. No pierdas eso de vista y recuerda que cada palabra que escribas será leída. Cuidado, es fácil caer en la presión, en la vergüenza o en el cuestionamiento cuando tenemos muy presente que alguien leerá y juzgará. No se trata de eso, sino de pensar en para quién escribes y qué quieres aportarle. Por ejemplo, si escribes libros de autoayuda y superación personal, no olvides cómo puedes transformar la vida de tus lectores. Si escribes ficción, quizá la trama puede llevar a grandes reflexiones o simplemente entretener. 

 

  • Lleva un diario de escritura y apunta en él aquellas cosas que te hace sentir la escritura, tanto lo bueno como lo malo. Repasar este diario te hará ver que fuiste capaz de superar bloqueos, cómo sobrellevaste la falta de motivación la última vez o qué sentiste al acabar un capítulo complicado.

 

Mantenerse motivado en el proceso de escritura gracias a la comunidad

La escritura no tiene por qué ser tan solitaria como nos han hecho creer. Por supuesto que la mayor parte del tiempo el autor está solo, pero puede crear comunidad para ayudar a mantenerse motivado durante el proceso de escritura.

Una comunidad con otros escritores, pero también con lectores que puedan guiarle y aportarle ese acompañamiento creativo que tanto se echa de menos.

Si no hubiera quienes triunfan contra toda probabilidad - coollibri.es
Si no hubiera quienes triunfan contra toda probabilidad – coollibri.es

 

 

Asociaciones y clubes de escritores 

Si has participado o has organizado algún taller de escritura, sabes lo poderosas que son actividades como el cadáver exquisito, en el que cada autor aporta unas frases para construir una historia colectiva.

Pues bien, una comunidad de escritores es hacer grande esa sensación de formar parte de algo y crear juntos.

Así, formar parte de una asociación de escritores, sea esta más o menos oficial, es una gran fuente de motivación extrínseca. Nuestras pilas creativas pueden cargarse escuchando a otros autores, compartiendo experiencias y soluciones, o incluso encontrando una mentoría en la que alguien a quien admiramos nos acompañe y nos guíe.

Afortunadamente, las asociaciones y clubes de escritura ya no son solo para grandes autores que viven en ciudades como Madrid, Barcelona, Salamanca… Puedes encontrar grupos cerca de ti o en formato online. Si no, siempre puedes crear uno.

 

Las ventajas del acompañamiento de lectores beta 

Los lectores beta son esos lectores de prueba que leen antes que nadie lo que escribes y que te proporcionan un valioso feedback. Sus comentarios siempre son críticas constructivas, ya que entienden cuál es su función y que no se trata de señalar errores, sino de compartir ideas y propuestas de mejora.

Encontrar lectores beta no es tan difícil como parece. Lo mejor es acudir a personas de tu confianza que, por su profesión o conocimiento, puedan adoptar ese papel de lectores críticos. Un ejemplo sería ese amigo que lee mucho, o aquel compañero de la universidad que hizo prácticas en una editorial.

Otra opción es buscar lectores beta en foros de internet. No pienses que tendrás que pagarles por su trabajo, muchas veces lo hacen de manera voluntaria. Solo los profesionales piden una remuneración. El resto, sin embargo, se conforma con ese privilegio de haber sido los primeros en leer algo y haber participado en su creación. Además, siempre puedes ofrecerles un ejemplar gratis una vez que publiques.

Cuando trabajes con lectores beta, ten siempre en cuenta que tú también debes realizar tu parte del trato. Esto es, hacer autoevaluación y autocrítica, siendo capaz de escuchar el feedback y aceptarlo sin ponerte a la defensiva.

 

 

Ejemplos inspiradores de autores perseverantes

Como decíamos, conocer las experiencias de otros autores puede ayudar a mantenerse motivado durante el proceso de escritura.

Ver cómo otros superaron los mismos retos, evita el aislamiento. No solo eso, sino que sus métodos y estrategias pueden servir de ejemplo para seguir adelante cuando aparecen dudas y bloqueos.

Ejemplos inspiradores de autores perseverantes - coollibri.es
Ejemplos inspiradores de autores perseverantes – coollibri.es

 

Stephen King: el poder de la rutina y la disciplina

Stephen King es uno de los autores más prolíficos de nuestro tiempo, y también muy generoso, porque en su libro Mientras escribo contó casi todo su proceso de escritura.

Gracias a este libro sabemos que su camino no fue siempre sencillo. Antes de alcanzar el éxito, vivía en una caravana con su familia, trabajaba como profesor y escribía por las noches. Un ambiente de trabajo lejos de ser ideal.

Su primera novela, Carrie, tardó en escribirse. King estaba tan desesperado que tiró las primeras páginas a la basura, convencido de que no valían la pena. Fue su esposa, Tabitha, quien la rescató y le animó a seguir.

Desde entonces, King ha defendido la escritura diaria como un pilar de su productividad. En Mientras escribo, habla sobre la importancia de sentarse todos los días a escribir, incluso sin inspiración, como un acto de compromiso. Esta rutina le ha permitido mantener un ritmo creativo impresionante a lo largo de décadas.

Su historia demuestra cómo la resiliencia y la superación personal del miedo al fracaso o al “no ser suficiente”, combinada con una fuerte ética de trabajo, puede llevarte más lejos de lo que creías posible.

 

 

Isabel Allende: escribir como refugio en tiempos de crisis

Isabel Allende comenzó a escribir La casa de los espíritus en una carta de despedida a su abuelo moribundo. Era 1981, y Allende vivía en el exilio en Venezuela tras el golpe de Estado en Chile. En medio de la incertidumbre, la nostalgia y la pérdida, encontró en la escritura una forma de sobrevivir emocionalmente.

Allende ha confesado en varias entrevistas que su proceso creativo comienza cada 8 de enero, como un ritual que honra esa primera carta. Este hábito le ha ayudado a cultivar una escritura sostenida en el tiempo y a mantener el enfoque incluso en medio de circunstancias personales complejas, como la pérdida de su hija Paula en 1992.

La constancia de Allende es una muestra de cómo el autoconocimiento y la disciplina pueden canalizar el dolor en creación. Su mentalidad positiva y su capacidad para encontrar sentido en la escritura la han convertido en una referente no solo por sus historias, sino también por su forma de enfrentarse a la vida.

 

 

J.K. Rowling: del rechazo editorial al fenómeno mundial

Antes de convertirse en la autora de una de las sagas más vendidas de todos los tiempos, J.K. Rowling atravesó una etapa especialmente difícil: madre soltera, desempleada, viviendo de ayudas públicas y lidiando con episodios de depresión. Durante esta etapa oscura comenzó a escribir Harry Potter y la piedra filosofal, en sus ratos libres y mientras su hija dormía.

El manuscrito fue rechazado por doce editoriales antes de que Bloomsbury apostara por él. El editor solo aceptó publicar el libro porque su hija de ocho años insistió en que quería leer el resto. Lo demás es historia.

Rowling ha hablado abiertamente de la importancia de abrazar el fracaso como parte del camino y de cómo el haber tocado fondo le dio claridad, enfoque y una nueva perspectiva sobre lo que realmente importaba. Su historia nos recuerda que, incluso en los momentos más difíciles, la creatividad puede ser una tabla de salvación si existe la motivación.

Además, J.K. Rowling es una defensora del ambiente de trabajo que se ajusta a las necesidades del escritor. Ella misma escribió su primera novela en cafeterías y trenes. 

 

 

Mantenerse motivado durante el proceso de escritura a pesar de todo

Escribir es una cuestión de creatividad y también de constancia. Mantenerse motivado durante el proceso de escritura no es fácil. Implica sentarse una y otra vez ante una página en blanco, incluso cuando faltan las ganas, el tiempo o la claridad. 

La motivación no es algo constante ni automático, pero puede cultivarse mediante hábitos, comunidad, propósito y, sobre todo, mucha paciencia con uno mismo. Reconocer los obstáculos como parte del proceso y no como señales de fracaso es esencial para seguir adelante.

Una vez terminado el manuscrito, llega el momento de compartirlo con el mundo. En ese paso tan importante, contar con un socio confiable marca la diferencia. En CoolLibri España te acompañamos en el proceso de publicación, ofreciendo soluciones profesionales de impresión bajo demanda. Porque después de tanto esfuerzo, arte y motivación, tu libro merece la mejor calidad.

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