Los fans de novelas y sagas como El señor de los anillos, Juego de Tronos, Harry Potter, Alas de sangre o similares tienen algo en común. Más allá del argumento o las tramas y subtramas concretas, recuerdan con cariño, emoción y detalle los mundos en los que se desarrollan esas historias. Esto solo quiere decir una cosa: sus autores hicieron un buen trabajo aplicando técnicas de worldbuilding en géneros de fantasía y ciencia ficción.
La construcción de mundos ficticios es algo característico del nicho literario de la fantasía, la ciencia ficción o la distopía. Al ocurrir los hechos en lugares imaginados, los autores, más allá de escribirlos o describirlos, tienen que crearlos.
Sus personajes no se toman algo y se reúnen en una cafetería de barrio, sino en tabernas donde el camarero es un ser mágico y lo que se sirve, en lugar de una cerveza, es un brebaje misterioso. El lector, por lo tanto, necesita explicaciones sobre todos esos elementos inventados, y necesita que todo sea coherente para sumergirse en este universo nuevo, tan diferente al que ve cuando sale a la calle.
De este modo, cuando cierre la puerta de su casa y abra la del libro, sabrá qué esperar y se dejará transportar a lugares, culturas y sociedades que le maravillarán y le impresionarán, aunque solo formen parte de lo literario.
¿Qué es el worldbuilding y por qué es clave en los géneros de fantasía y ciencia ficción?
En cierto modo, todos los autores crean sus propios mundos en sus novelas, sean estas del género que sea. Lo hacen al establecer unas relaciones entre sus personajes o hacer pequeños cambios a “lo normal” para encajar las tramas y contar lo que quieren contar.
No obstante, hablamos de técnicas de worldbuilding propiamente cuando estamos ante novelas de fantasía y ciencia ficción. Debido a su carácter mágico, todo lo que se cuenta en estas novelas es inventado, desde la forma física de los protagonistas, hasta la organización territorial del mundo, pasando por el idioma o las tradiciones culturales.
El ejercicio de imaginación y creatividad que hacen los autores de estos géneros es total, pero también se suma al proceso mucha técnica y organización. Es decir, no basta con inventar, sino que es fundamental hacerlo con sentido para no hacérselo perder al lector.
Veamos con más detalle qué es el worldbuilding y por qué es esencial en la fantasía y la ciencia ficción.

Definición de worldbuilding
Aunque ya hemos introducido que es el worldbuilding, vamos a compartir una definición más exacta.
En español hablaríamos de “mundografía”, aunque también en entornos literarios hispanohablantes está extendido el uso de worldbuilding.
Como hemos dicho, este concepto hace referencia a la creación de mundos ficticios, estableciendo los elementos que los conforman y que son coherentes entre sí. Uno de los ejemplos más famosos de worldbuilding, sobre todo por su complejidad y perfección, es el de El señor de los anillos. El escritor J. R. R. Tolkien inventó idioma, estructura social, lugares, costumbres…
No obstante, aunque el worldbuilding que aquí nos interesa es el literario, no solo los novelistas aplican estas técnicas de escritura, sino que es algo común entre guionistas de cine y series, creadores de juegos de rol o diseñadores de videojuegos.
Algo que hay que entender y que es básico del worldbuilding, es que el mundo creado no es un simple escenario, pero tampoco es el protagonista de la historia. El universo literario es crucial para el desarrollo de las tramas, dándoles sentido, haciéndolas especiales y completándolas. Sin embargo, son las tramas las que se desarrollan en el mundo, y no al revés.
El impacto de un buen worldbuilding en las novelas de fantasía y ciencia ficción
Si eres aficionado a la fantasía o la ciencia ficción, seguro que, cuando eliges una nueva novela o serie literaria, esperas que, más allá de la historia o los personajes, lo que te atrape sea el mundo ficticio que el autor ha creado cuidadosamente para ti.
En otras palabras, un lector espera encontrar técnicas de worldbuilding en géneros de fantasía y ciencia ficción que le hagan creerse que ese mundo existe, aunque solo sea entre las páginas de ese libro.
Por lo tanto, crear mundos ficticios memorables y creíbles es clave para tener éxito dentro de estos nichos literarios, pues es lo que se espera.
No solo eso, sino que las tramas, como ya hemos mencionado, se desarrollan en esos escenarios, culturas y sociedades inventadas. Solo tienen sentido en ellas.
Imagina, si no, que un autor te presenta personajes mágicos entre los que está un protagonista que es un centauro. Ahora, imagina que este protagonista y sus secundarios pasean por las calles de Madrid. No sería lógico ni lo esperable. Solo podría ser posible con una explicación que estuviese dentro de las reglas del mundo. Por ejemplo, algunas escenas de Harry Potter ocurrían en el mundo “real”, pero porque las reglas del universo creado por J. K. Rowling así lo permitían.
En definitiva, el worldbuilding es necesario en las novelas fantásticas y de ciencia ficción porque las hace más impactantes, creíbles y emocionantes. Se consigue así que algo totalmente inventado, cuando está bien construido, conecte con el lector y lo sienta como verosímil.
Elementos básicos del worldbuilding
Puesto que las técnicas del worldbuilding en género de fantasía y ciencia ficción lo que hacen es crear un mundo desde cero, son muchos los elementos a los que hay que dar forma.
Por supuesto, la complejidad y la profundidad de estos elementos dependen de las necesidades del autor o incluso de su público lector. Decíamos que Tolkien creó un idioma, pero hay otros autores, como Christopher Paolini en la saga adolescente de Eragon, que solo inventó algunas palabras.
No obstante, en este apartado vamos a ver cuáles son algunos de los elementos básicos que debe tener un buen mundo.

Geografía
Los escenarios físicos en los que se desarrolla cualquier libro son importantes, ya que muchas veces ayudan a generar un ambiente concreto y reflejar, por ejemplo, las emociones de un personaje.
En la creación de un mundo ficticio esto va un paso más allá, pues hay que construir una geografía única que actúe como escenario y, al mismo tiempo, ayude a explicar ciertas tramas.
Un ejemplo sería la división geográfica en reinos de Juego de Tronos. La organización territorial y cómo es cada lugar a nivel físico (montañoso, invernal, etc.), es crucial para la historia.
Como autor, a la hora de “dibujar” la geografía de tu mundo, ten en cuenta no solo los lugares a nivel individual, sino también cómo interactuarán entre ellos (por ejemplo, posibles enemistades, rutas comerciales, leyendas compartidas…).
Tanto para ayudarte a ti como, posteriormente, a los lectores, es buena idea que diseñes un mapa. Este te orientará durante la escritura para no cometer errores como decir que un punto está más lejos que otro y luego mencionar lo contrario. A tus lectores también les servirá como guía, así que puedes incluirlo como una especie de anexo inicial.
Historia
Crear la historia de un mundo es una de las técnicas de worldbuilding más complejas en géneros de fantasía y ciencia ficción, ya que, como veremos más adelante, puede llevarnos al infodumping.
Como escritor te puede ayudar hacer una enciclopedia en la que detalles eventos históricos del mundo que estás creando. No obstante, quizá no todos esos detalles lleguen a formar parte de la novela, puesto que solo deberías introducir aquellos que realmente influyan en la trama y la completen.
Así pues, los elementos históricos que debes desarrollar y, posiblemente, incorporar en la novela son:
- Leyendas o ritos
- Personajes históricos
- Eventos de gran importancia (por ejemplo, en Harry Potter acontecimientos históricos como las guerras entre magos son importantes y sirven como marco temporal para contextualizar a personajes como Dumbledore o Voldemort).
Cultura y sociedad
Muy relacionado con la historia está la cultura y la sociedad, que son de los elementos del worldbuilding más significativos.
Dentro de la cultura, según la naturaleza del mundo, hay otros elementos secundarios y que también deben ser coherentes:
- Normas de convivencia: es aquí donde entran las tan útiles enemistades entre pueblos, que en muchos libros mueven la acción.
- Estructuras de poder: como en cualquier sociedad, en las inventadas también suele haber poderosos y no tan poderosos. Utilizar estas estructuras en el worldbuilding es útil porque generan conflicto.
- Gobierno: relacionado con lo anterior está la forma de gobierno que rige en el universo literario. También puede ser un motivo de conflicto que favorezca ciertas tramas. Además, sobre todo en la ciencia ficción o la distopía, puede despertar una reflexión o una crítica social.
- Religión: la fantasía y la ciencia ficción suelen relacionarse mucho con ritos y creencias religiosas. No siempre es necesario incluir un dios o dioses a los que creer (en Harry Potter no se habla de ello), pero suele ayudar para explicar la cosmovisión de los personajes.
- Familia: el concepto tradicional de familia del mundo “real” no tiene por qué ser el del mundo literario. Esto abre muchas posibilidades para explorar personajes o emociones como el amor. Pensemos en Star Wars, aunque no sea una saga literaria, y en cómo las relaciones familiares entre los jedis es fundamental para la construcción del universo.
- Economía: además de establecer relaciones de poder, cuál es la economía del mundo también le da significado. Por ejemplo, si se trata de una sociedad rural en la que la mayoría de gente trabaja y vive de la tierra y de la agricultura, se estará diciendo mucho sobre su conexión con la naturaleza.
Reglas del mundo
Cuando se habla de worldbuilding el foco suele ponerse en las reglas del mundo, y es que son cruciales.
Estas reglas tienen que ver con la magia o con los “poderes” que mueven el mundo y, por lo tanto, la historia. Eso sí, no tienen por qué ser siempre sistemas mágicos al estilo Harry Potter, sino que a veces unos sistemas tecnológicos o unas leyes físicas modificadas o inventadas también sirven.
Lo importante es que estas reglas tengan sentido y no se inventen por inventar como un recurso tipo deus ex machina.
Como autor, debes hacer una lista bien explicada de las normas e ir introduciéndolas en la narración cuando se necesiten. Por ejemplo, en Harry Potter todas estas normas van apareciendo según los propios protagonistas las descubren. Lo que no tendría sentido es que en los tan importantes primeros capítulos se bombardease al lector con reglas para las que no encuentra un sentido porque la trama aún no le ha llevado a ellas.
Lenguaje
Ya hemos mencionado que hay autores que se atreven a crear idiomas totalmente nuevos para sus sagas y novelas. Esto puede ser muy valioso, sobre todo porque aporta un valor mayor a los libros y eleva la calidad del escritor.
Sin embargo, no es necesario crear el idioma élfico como hizo Tolkien. Inventar algunas palabras es suficiente, además de necesario. ¿Por qué necesario? Porque lo que tienen en común las técnicas de worldbuilding en géneros de fantasía y ciencia ficción es que se imaginan conceptos que no existen y para los que se requieren nombres.
En Juego de Tronos, George R. Martin debe inventar no solo nombres de lugares, sino también términos como “acero valyrio”. Lo mismo ocurre con el nombre de los hechizos de Harry Potter.
Coherencia entre los elementos
Antes de acabar con este punto queríamos destacar lo importante que es trabajarlos desde la coherencia narrativa.
Por ejemplo, si hemos establecido que la economía del mundo ficticio se basa en la agricultura, tendría sentido que la religión o los dioses en los que se cree estén relacionados con la naturaleza, en lugar de ser dioses tecnológicos.
De igual modo, si es una saga de ciencia ficción donde la tecnología lo rige todo, sería raro que los personajes se movieran entre sitios andando o en carros. Lo verosímil sería que tuviesen coches voladores.
Técnicas para desarrollar mundos memorables
Hemos visto cuáles son los pilares sobre los que sostener un mundo ficticio literario. Ahora es momento de centrarnos en las técnicas de worldbuilding en géneros de fantasía y ciencia ficción.
Con ellas, el objetivo es crear mundos inmersivos y coherentes que conecten con el lector y no le hagan sentirse perdido, sino dentro de un universo en el que nada falta ni sobra.

Micro y macro: las dos técnicas básicas para construir mundos ficticios
Dentro de las técnicas de worldbuilding en géneros de fantasía y ciencia ficción suelen destacarse dos según de dónde hacia dónde se construye el mundo. Esto puede sonar extraño, pero cobrará sentido una vez entiendas cada uno de los mecanismos.
- Micro: empieza por algún detalle aparentemente pequeño, y de ahí ve evolucionando. Por ejemplo, elige un elemento como la religión y crea el dios de tu mundo. Empieza a escribir, a esbozar y, poco a poco, ve viendo qué más sale. Otra opción es empezar creando a un protagonista memorable y a escribir escenas en las que interactúa con el mundo. ¿Cómo es ese mundo? Desarróllalo según desarrolles el personaje y ve construyéndolo de menos a más.
- Macro: define todos los elementos fundamental del worldbuilding y, antes de empezar a escribir la historia en sí, relaciónalos y genera una enorme red sobre la que sostenerte. Es decir, ve de lo general (del mundo) a lo concreto (las tramas y subtramas). Es un método algo más complicado, aunque más útil si tienes bastante claro cómo es el mundo o ya tienes experiencia en la creación de universos literarios.
Más allá de estas técnicas, existen recursos que te ayudan en el worldbuilding:
- Mapas: como hemos mencionado en el apartado anterior, es una herramienta muy visual para ti como autor y luego para el lector.
- Cronologías: tanto de la historia del mundo, si es que va a haber muchos acontecimientos relevantes para la historia, como para lo que ocurre en tu novela. Generalmente, en la fantasía y la ciencia ficción hay un gran número de personajes, subtramas y eventos, por lo que una cronología puede ser útil para no perderte (especialmente si vas a escribir una serie literaria de varias entregas).
- Dibujos de personajes: si estos son inventados, crear bocetos de su apariencia física es una gran idea. Estos son dibujos generales de las criaturas, por lo que si, además, quieres tener documentos detallando las características de personajes concretos, recuerda crear las fichas correspondientes.
- Mapas mentales: de nuevo, la complejidad de las relaciones del mundo literario puede confundirte y llevarte a errores e incoherencias. En este sentido, pueden ser valiosos mapas conceptuales en los que recojas información importante: cómo qué une a cada persona con otro, en qué lugar ocurrió un hecho y qué relación tiene con otro, etc.
Ejercicios prácticos de worldbuilding
Para llegar a un mundo ficticio completo, primero hay que practicar, y para ello te proponemos algunos ejercicios.
Son todas actividades de escritura que, aunque estén enfocadas en el worldbuilding también pueden ayudarte ante un bloqueo creativo o simplemente para desarrollar tu creatividad y tu técnica literaria.
- Empieza por una escena: una vez tengas claras algunas de las reglas de tu mundo, comprueba cómo te sientes escribiendo en él y sobre él. En lugar de lanzarte al gran proyecto de una novela, escribe una sola escena en la que presentas alguna de las normas o a un personaje. Esto te ayudará a encontrar la voz narrativa. No solo eso, sino que esa escena, o ese fragmento, puede terminar siendo parte de la novela.
- Define tu mundo en pocas palabras: es difícil porque es un mundo complejo, con muchos matices, pero sintetizar cómo es, te dará unas palabras o unas frases en las que apoyarte y que interiorizar. Así, cuando tengas dudas sobre si un elemento, una escena o un personaje tiene sentido en ese mundo, podrás acudir a esa definición como punto de partida.
- Escribe el diario de un personaje: incluso aunque no sea un personaje importante en tu novela. Lo que buscas es escribir sobre cómo alguien ve el mundo donde vive, qué destaca de él, qué le convence, qué no… Esto te ayudará a establecer la cosmovisión de la sociedad que habita el mundo e incluso a definir posibles conflictos.
- Imagina un objeto o una reliquia del mundo: ¿cómo es? ¿Qué historia tiene? ¿Quién lo usó? Las respuestas, y cómo has dibujado el objeto de manera “libre”, te darán pistas sobre cómo has interiorizado el mundo, además de algo de material para incluir en el libro.
Cómo evitar los errores comunes en el worldbuilding
Si nos has acompañado hasta aquí, seguro que aplicar nuestras técnicas de worldbuilding en géneros de fantasía y ciencia ficción te salvará de errores.
No obstante, es muy común cometer errores en la creación de mundos, ya que es un proceso difícil. Por suerte, antes de acabar queremos guiarte por estos posibles errores y su solución o prevención.

Identificar problemas frecuentes en el worldbuilding
Algunos de estos problemas ya los hemos mencionado, como el infodumping, pero vamos a profundizar en ellos para que, conociéndolos, estés pendiente de no cometerlos:
- Sobre explicar: hay elementos o normas de tu mundo que conocerás o incluso habrás planeado en introducir, pero que luego no resultan necesarios. Todo lo que no sea relevante para la trama, no tiene espacio en la novela. Del mismo modo, para explicar algo no le des mil vueltas ni te obsesiones con describirlo. Es mejor mostrarlo a través de la propia historia. Por ejemplo, J. K. Rowling explica qué son los dementores en la tercera novela cuando el protagonista se enfrenta a ellos, no antes.
- El mundo no es la historia: por lo que el mundo siempre está sujeto a la historia, y no al revés. Las descripciones que hagas del mundo nunca pueden tener más importancia que la trama en sí y lo que ocurre en esta. Puedes crear un universo excepcional, pero este no servirá de nada si luego el argumento carece de interés.
- No centrarte en los detalles: siempre que sean significativas, son esas pequeñas cosas las que ayudan a crear narrativas inmersivas. Por ejemplo, volviendo a los dementores de Harry Potter. Lo que les otorga esa atmósfera de miedo y oscuridad no es lo que hacen (absorber las almas) sino los detalles de cómo lo hacen (con un beso mortal) y lo que hacen sentir (una tristeza total, una depresión).
- Incoherencias: es importante que utilices recursos de worldbuilding (mapas, cronologías, fichas de personajes…) para que no te pierdas y no hagas que el lector se pierda. Las incoherencias son, en este sentido, el gran riesgo. No hablamos de decir primero que un personaje es rubio y luego hacer referencia a su melena oscura, sino más bien de establecer que el sistema mágico solo está al alcance de personas adultas y luego mencionar que hay una niña maga, sin explicar que es algo excepcional que, como tal, forma parte de la trama.
Cómo evitar las incoherencias en el worldbuilding
Queremos centrarnos en el último punto de las incoherencias, ya que son uno de los grandes retos, y preocupaciones, de los autores que utilizan técnicas de worldbuilding en géneros de fantasía y ciencia ficción.
Para evitarlas, además de utilizar los recursos ya mencionados, hay otros consejos y recomendaciones:
- Entiende el mundo como un iceberg, en el que el lector quizá solo vea la punta, pero tú como autor debes conocer su forma completa, incluso la que está sumergida en el agua. En otras palabras, debes conocer cada regla del mundo, aunque no todas se expliquen o aparezcan claramente en los libros.
- Permite que el mundo evolucione, ya que cuando lo creaste en un primer lugar tampoco sabías al cien por cien hacia donde te llevaría la historia. Siempre que no cometas una incoherencia, acepta el cambio en lugar de forzarte a mantener el primer esquema, pues eso terminará llevándote a errores o a que la evolución de los personajes y las tramas no tenga sentido.
- Mantén un registro de todo lo que ocurre, por mínimo que sea, para poder hacer comprobaciones ante posibles errores.
- Busca lectores beta o consulta a otros escritores que puedan detectar incoherencias o elementos que no quedan claros y que tú, por tener tan interiorizado tu mundo ficticio, no has detectado.
Ejemplos inspiradores de worldbuilding
Tenemos muchos ejemplos de grandes worldbuilding en la literatura fantástica y de ciencia ficción. De estos casos, tales como el de J. R. R. Tolkien o Ursula K. Le Guin podemos aprender mucho.

J.R.R. Tolkien
Autor de El señor de los anillos y creador de uno de los mundos literarios más impresionantes. De él siempre se ha destacado que creó el idioma élfico, que muchas personas se han esforzado incluso para aprender.
La maestría de Tolkien resulta difícil de imitar, pero sí nos deja muchos aprendizajes:
- No debemos temer a la profundidad ni evitarla para prevenir errores. Aportar muchos detalles, siempre que tengan coherencia y relevancia, crea una experiencia lectora única. Eso sí, lleva trabajo y esfuerzo.
- Lo imposible puede ser creíble y verosímil, por muy mágico que sea. Cuando una persona lee El señor de los anillos todo tiene tanto sentido que se percibe como una realidad totalmente plausible, lo que ayuda a la inmersión y conexión del lector.
- Que un mundo sea complejo no quiere decir que sea abrumador o que el libro esté lleno de descripciones. Tolkien siempre mantiene el mundo como un telón de fondo sobre el que desarrollar su argumento. Evita así sobrecargar al lector.
Ursula K. Le Guin
Esta autora tiene más de un mundo ficticio a sus espaldas, lo que la convierte en otra gran maestra de las técnicas de worldbuilding en géneros de fantasía y ciencia ficción.
Autora de varias sagas y novelas, como la trilogía de Hainish o Terramar, Le Guin demuestra que la creatividad no tiene límites y que son muchas las posibilidades en el worldbuilding:
- No solo hay que centrarse en la geografía, que suele ser el punto principal en la creación de mundos. Otros aspectos como las estructuras sociales y políticas también son elementos sobre los que construir.
- Lo fantástico o de ciencia ficción puede servir como medio para explorar temas actuales, como los abusos de poder, la sexualidad o el género. Esto hará que los lectores conecten de una manera especial con la lectura, sintiéndola más reflexiva e identificándose con ella.
George R. R. Martin
El mundo de Juego de tronos también destaca por su complejidad, especialmente por los muchos personajes, de diferentes reinos, que se entrecruzan en la saga.
De Martin podemos aprender:
- La importancia del conflicto como motor del argumento y como base del worldbuilding. En la famosa saga de Juego de tronos todo se basa en la existencia de reinos enfrentados y en cómo, hasta a nivel geográfico, unos son diferentes de otros. Así, lo propio del mundo (como es la geografía) potencia lo que es la historia en sí (el enfrentamiento entre reinos).
- El mundo impacta en la historia, como acabamos de ver, y en los personajes. Cómo es el mundo a nivel físico, pero también cultura, ayuda a retratar a los personajes, otorgándoles unas características y comportamientos. De nuevo, el worldbuilding se integra en el argumento, y no al revés.
J. K. Rowling
El sistema mágico rige el mundo de Harry Potter que J. K. Rowling desarrolló a lo largo de siete novelas.
El mayor reto, posiblemente, fue recordar las diferentes normas, hechizos y poderes, además de las criaturas mágicas y las relaciones entre ellas. Por lo tanto, Rowling nos enseña la importancia de la organización, pero también otras muchas cosas:
- El worldbuilding no tiene por qué ser siempre épico, y puede combinar lo más irreal e inventado con lo más cotidiano. De hecho, Rowling muchas veces usa elementos mágicos que “sustituyen” a elementos no mágicos (por ejemplo, los elfos domésticos y la esclavitud, o los exámenes TIMO y la selectividad). Esto aporta credibilidad a la historia.
- Las reglas del mundo deben introducirse de manera gradual, evitando que el lector sepa más que los protagonistas y se aburra o se sienta abrumado o sin saber para qué sirve cierta información. Además, ese ir “poco a poco”, genera expectación y suspense y anima a que el lector no abandone y quiera seguir leyendo página tras página, libro tras libro.
La importancia de conocer las técnicas de worldbuilding en géneros de fantasía y ciencia ficción
El worldbuilding es una herramienta fundamental en la literatura fantástica y de ciencia ficción. No se trata solo de crear mapas o sistemas tecnológicos o mágicos, sino de construir un mundo que se sienta vivo, con su propia historia, cultura, sociedad y lógica interna.
A lo largo del artículo, hemos visto cómo aspectos como la geografía, la historia, la política o la cultura pueden combinarse, de forma coherente, para dar profundidad a una historia. Los grandes autores lo han hecho así para construir mundos memorables y creíbles.
Comprender y aplicar las distintas técnicas de worldbuilding en género de fantasía y ciencia ficción permite no solo enriquecer la ambientación de una historia, sino también hacer que la trama y los personajes cobren mayor significado y conecten con los lectores.