Si te encuentras en medio de la muchas veces complicada tarea de acabar tu tesis de final de carrera, déjanos que te ayudemos explicándote cómo escribir un prólogo de un TFG.
El Trabajo de Fin de Grado suele convertirse en una especie de fantasma que persigue al estudiante durante toda la carrera. En el momento en el que se convierte en una realidad y hay que redactarlo y entregarlo, surgen miles de bloqueos y dudas sobre cómo hacerlo. Una de esas dudas es cómo escribir adecuadamente el prólogo para que cumpla su función: resaltar la relevancia de la investigación y del contenido del proyecto en su conjunto.
En este artículo te damos las claves para lograrlo y que escribir el prólogo de tu TFG, en lugar de parecerte inabarcable e intimidante, sea una tarea más que completas y que te acerca a la meta final.
Qué es el prólogo de un TFG y por qué es importante
Pensar que el prólogo solo puede ser literario, es decir, aparecer en novelas o colecciones de relatos, es un error. El prólogo es también una parte esencial de otro tipo de textos, como es el caso de los TFGs o tesis académicas de cualquier tipo.
Su función es, en esencia, siempre la misma: introducir un tema (en el caso de un TFG, la investigación) y hacerlo de modo que este resulte atractivo. No obstante, la forma en la que debe redactarse para que sea pragmático es diferente según si estamos ante una obra literaria o una académica.
El prólogo de un TFG
El prólogo del TFG introduce el tema y el proceso de investigación. Lo hace de manera breve, en apenas cuatro párrafos, y con un marcado carácter de ensayo.
A pesar de estar al inicio de estar al inicio del trabajo, suele escribirse una vez se ha acabado ya de redactar todo el trabajo. Esto tiene sentido, pues solo es al final del proyecto cuando puedes explicar y reflexionar sobre este.
La función del prólogo en un TFG
Como acabamos de explicar, el propósito principal del prólogo de un TFG es ser una especie de carta de presentación. No obstante, tiene otras funciones:
- Resumir el contenido, para que una persona que llega al TFG pueda conocer sus claves. Seguro que tú mismo, en la búsqueda de bibliografía para tu TFG, has acudido al prólogo de otros trabajos para valorar si merecía la pena leerlo entero o si el tema tratado o el modo de enfocarlo no eran del todo relevantes para tu investigación.
- Mencionar y agradecer la colaboración de otras personas. Estas pueden ser profesores, instituciones o participantes en un experimento, si es que has realizado uno. Es importante que tengas claro que el prólogo, aunque pueda incluir agradecimientos, no es la sección de «Agradecimientos», en la que sí puedes extenderte dando las gracias a personas ajenas a la investigación (por ejemplo, a tu familia).
- Reflexionar sobre la experiencia investigadora. El prólogo se suele escribir en primera persona precisamente porque te permite no solo agradecer a quienes te han ayudado, sino también explicar la razón principal para hacer ese trabajo o qué destacas de este. Eso sí, por mucho toque personal que puedas darle, recuerda que el prólogo sigue siendo un texto académico y el modo de redacción debe ser siempre formal.
- Explicar cómo se han organizado las tareas. Usar el prólogo para esto tiene más sentido cuando el TFG se ha realizado en grupo y se quiere comentar cómo ha sido la comunicación o el reparto de tareas entre los diferentes miembros.
La estructura de un prólogo de un TFG y sus elementos clave
Si te preguntas cómo escribir un prólogo de un TFG y qué estructura seguir para ello, lo primero que debes saber es que no hay una estructura determinada o que debas seguir obligatoriamente.
De hecho, la estructura depende mucho de qué vayas a incluir o a mencionar en el prólogo de tu TFG. No obstante, como guía, te recomendamos que el prólogo tenga una introducción, un desarrollo y un final. Esto te ayudará a organizar la información y a evitar divagaciones.
Cómo estructurar el prólogo de un TFG
Ya hemos mencionado que de manera general y orientativa el prólogo debe contar con tres partes: introducción, desarrollo y conclusión. Aunque qué incluir en cada una de estas secciones depende de cómo se enfoque el prólogo y de tu propia experiencia realizando el trabajo, aquí tienes unas indicaciones:
- Introducción: comienza el prólogo de tu TFG presentándote y presentado el trabajo, destacando las claves principales de este y a quién está dirigido o a quién puede interesar. Plantea también cuál es la tesis de la que has partido o la pregunta a la que das respuesta con tu investigación.
- Desarrollo: utiliza esta sección, que debería ser la más larga de todas, para extenderte en la motivación que te ha llevado a hacer este trabajo y en los retos, preguntas y respuestas que has encontrado por el camino. Aunque parezca intimidante redactar esta parte, recuerda que ya has hecho el trabajo y que, en líneas generales, lo que debes hacer es resumir en tres párrafos los apartados de «Objetivos/Hipótesis», «Metodología» y «Conclusiones».
- Conclusión: como cierre para el prólogo, puedes incluir los agradecimientos pertinentes para las personas que hayan colaborado directamente en el trabajo (siempre con el tratamiento adecuado). También debes incluir tu nombre y la institución en la que se ha realizado el trabajo.
Consejos de redacción para escribir un prólogo de un TFG
Ahora que ya tienes clara la estructura, el siguiente paso para saber cómo escribir un prólogo de un TFG es empezar a redactar. Lo más probable es que después de estar semanas e incluso meses escribiendo el TFG lo que menos te apetezca es seguir haciéndolo, pero estate seguro de que el prólogo te resultará muy fácil de escribir.
Además, vamos a darte algunos consejos para que la tarea sea incluso más sencilla y el prólogo sea efectivo.
Cómo escribir un prólogo de un TFG que capte la atención
Si estás pensando en publicar tu TFG, el prólogo ya hemos explicado que será lo primero que una persona lea para saber si le interesa o no.
Esto no quiere decir que si no vas a publicarlo no debas preocuparte de escribir un prólogo atractivo. Piensa que los profesores que lo corrijan leerán primero el prólogo y este puede causarles una buena o una mala impresión. Si es buena, como seguro que lo será si sigues nuestras recomendaciones, esos docentes estarán predispuestos a disfrutar de tu TFG y a valorarlo con la nota que mereces.
Consejos prácticos para escribir un prólogo que cautive
- No tengas miedo a escribir en primera persona. Ya hemos visto como el prólogo, aunque sigue siendo un texto académico, resulta más personal. Por eso es buena idea utilizar el «yo» para conectar con el lector y humanizar la investigación. Eso sí, sin abandonar la objetividad.
- No abuses de los datos. Si lo haces, dada la brevedad del prólogo, no podrás explicarlos y carecerán de sentido, lo que hará que el lector pierda el interés.
- Incluye agradecimientos. Igual que usar la primera persona, lo agradecimientos humanizan y hacen que la persona que está leyendo el prólogo vea el TFG como más que una sucesión de hipótesis y conclusiones.
- Destaca cuáles son las conclusiones principales del trabajo. Son estos datos los que sí llaman la atención y despiertan interés. Quien lea en el prólogo cuáles han sido los resultados posiblemente quiera saber cuál ha sido el método científico aplicado para llegar a ellos.
- Utiliza palabras clave que ayuden a definir el tema del trabajo y, en consecuencia, el público al que va dirigido. Si lees un prólogo es posible que la aparición de unas palabras u otras te ayude a determinar si un trabajo habla de algo que te interesa o no. Por ejemplo, si estás buscando bibliografía sobre la literatura infantil y juvenil, el prólogo de un trabajo que incluya palabras como «cuento», «fábula» o «adolescencia» llamará la atención por encima de uno que hable de «novela» o «thriller».
“En la investigación es incluso más importante el proceso que el logro mismo”
– Emilio Muñoz
Cómo destacar la importancia y la relevancia del TFG
Además de captar la atención, el prólogo de tu TFG debe mostrar el esfuerzo que has hecho en esa investigación y por qué esta resulta relevante. Quizá no hayas realizado un descubrimiento científico digno de un premio Nobel, pero posiblemente hayas planteado el proyecto desde una perspectiva diferente a la común. O a lo mejor los resultados expuestos sugieren nuevas cuestiones antes no analizadas.
Sea cual sea el punto o puntos fuertes de tu TFG, el prólogo debe recogerlos para destacar la relevancia de este. Hay diferentes maneras de hacerlo. Una de ellas es resumir las conclusiones finales si estas son interesantes, o la metodología si esta resulta novedosa.
Otra manera de subrayar la importancia de la investigación es mencionar en lo agradecimientos a las personas que han colaborado en ella. Es probable que entre esos colaboradores haya profesores con renombre dentro de la academia.
También es posible que la relevancia no radique en quién ha colaborado o el modo en el que se ha enfocado la investigación, sino el qué se ha investigado. Por ejemplo, hay quien en su TFG analiza obras literarias poco estudiadas, lo que otorga a su proyecto originalidad. Si ese es tu caso, asegúrate de que así lo destacas en el prólogo.
La revisión y la edición: los últimos pasos
Por ser los últimos pasos la revisión y la edición del prólogo no son menos importantes. De hecho, dado que el prólogo será lo primero que muchas personas vean de tu trabajo, es fundamental que esté bien escrito y sin faltas que puedan dar una imagen negativa.
¿Cómo asegurarse de que el prólogo está libre de errores? Te damos algunos consejos prácticos:
- Utiliza un corrector ortográfico o incluso alguna herramienta de Inteligencia Artificial que pueda hacerte sugerencias de estilo y redacción (por ejemplo, para incluir un sinónimo y que una palabra no se repita en exceso).
- Revisa que no hay plagio. A veces no somos conscientes de que hemos copiado una frase tal cual de otro trabajo sin citarla correctamente. Para que no se te pase por alto nada así, asegúrate de incluir las referencias bibliográficas necesarias y hacerlo siguiendo siempre las mismas normas (es decir, no cites en el prólogo según las normas ISO y en el resto del trabajo según el estilo APA).
- Recorta y reduce el texto. Cuando empezamos la escritura en un principio nos asusta el número de palabras o la extensión mínima. Sin embargo, una vez empezamos solemos superarla con creces, ¿verdad? En el prólogo también te ocurrirá y terminarás escribiendo más de cinco párrafos. Recuerda que el prólogo debe ser breve y ser una introducción o resumen con puntos clave. Por eso te recomendamos que, si ha quedado demasiado largo, lo revises valorando exactamente qué es necesario incluir y qué no.
- Comprueba que no falta nada. No te dejes de agradecer a nadie cuyo nombre deba aparecer en el prólogo. Revisa también, con los resultados de tu TFG al lado, que no haya nada relevante que hayas omitido.
Últimas pautas sobre cómo sí escribir y cómo no escribir tu prólogo
A veces para entender cómo escribir un prólogo de un TFG necesitamos ver cómo otros lo han hecho antes y aprender de sus errores y aciertos.
Por suerte, la digitalización nos permite acceder y leer tesis de todo tipo y analizar sus diferentes secciones, incluido el prólogo. Unos serán mejores que otros, pero todos pueden ayudar a entender cómo estructurarlo, cómo introducir de manera resumida y eficaz los datos más importantes y cómo atraer la atención del lector.
Cuando te dispongas a buscar ejemplos, te recomendamos que estos sean del mismo tema o materia que el tuyo. Por ejemplo, si estás escribiendo un TFG analizando Rayuela del escritor Julio Cortázar, aunque una tesis de Administración y Dirección de Empresas pueda serte de ayuda, será mejor fijarse en una de literatura.
Ejemplos de prólogos de TFG
A continuación, y para cerrar esta guía sobre cómo escribir un prólogo de un TFG, compartimos algunos ejemplos de prólogos de TFG, mencionando sus aciertos para que tú también puedas emularlos.
- Prólogo de la tesis El teatro comercial en Murcia durante el siglo XVII: logra resumir brevemente una tesis de cientos de páginas para que el lector entienda de qué trata y cómo se estructura la investigación en los diferentes capítulos. Destaca también al final del prólogo algo que hace su trabajo diferente y atractivo (el hecho de que es multidisciplinar y que compara el teatro de Murcia con el de otras ciudades de España como Madrid).
- Este prólogo también se enfoca en la estructura del trabajo y, aunque cumple con esa función, quizá queda poco personal (abusa de la voz pasiva y no habla de la experiencia investigadora ni añade agradecimientos).
- En cambio, este otro ejemplo de prólogo de TFG sí usa la primera persona y habla de cómo ha enfocado el estudiante el proceso. Recalca así su esfuerzo y conecta con el lector, que se queda con ganas de saber más sobre por qué el trabajo ha supuesto un reto y cómo este se ha superado. Además, incluye los agradecimientos pertinentes y también deja entrever que los resultados pueden abrir nuevas discusiones.
«Escribir pese a todo, pese a la desesperación»
– Marguerite Duras
Conclusión: cómo escribir un prólogo de un TFG y poner un broche de oro a tu trabajo
No pienses en el prólogo del TFG como una sección más que tienes que tachar de tu lista. Considéralo como lo que es: una oportunidad para hacer que ese trabajo al que tanto esfuerzo y tiempo has dedicado destaque, atraiga y se reconozca.
Recuerda que para que así sea debes redactarlo con maestría, algo sencillo si sigues nuestros consejos y buenas prácticas. De nuevo, te recomendamos que la clave para la escritura de un buen prólogo de tu TFG es hacer una lectura crítica de tu tesis y abordar la redacción con tranquilidad. Créenos, si has llegado hasta aquí estás más que preparado para conseguirlo.
Cuando tu TFG esté listo, no olvides que cómo lo presentes también importa, especialmente si debes entregar copias físicas al tribunal que lo calificará. En coolLibri.es contamos con un servicio de impresión profesional para que puedas imprimirlo y maquetarlo con la máxima calidad. También puedes hacerlo en formato libro si quieres tener un recuerdo especial y duradero del trabajo bien hecho.
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